La banca española acusa a la regulación de lastrar a su rentabilidad y pide igualdad con las grandes tecnológicas

Digitalización y regulación. Los bancos españoles buscan su posición y su estrategia en la nueva realidad del sector financiero, donde las líneas con otros sectores, en especial el tecnológico se difuminan. Y lo hacen con dos críticas: por un lado la “presión regulatoria” y, por otro, la “asimetría” de las normas respecto a los nuevos rivales.

En estos puntos se ha centrado buena parte del congreso sobre sector financiero que organizan IESE y EY en Madrid este martes y donde participan los principales directivos de la banca española. La principal crítica ha sido hacia las exigencias de capital que plantea la normativa europea para reforzar a los bancos ante una posible nueva crisis y así evitar su quiebra.

Desde que estallara la crisis financiera y se tendiera hacia la unión de la supervisión a nivel europeo, los reguladores comunitarios han ido añadiendo exigencias de capital para los bancos. Esto es, que guarden en balance capital necesario para poder afrontar nuevas crisis sin quebrar y sin que esto suponga un desembolso de dinero público, como ocurrió en la crisis de 2008.

Pero las entidades entienden que estas obligaciones van contra la rentabilidad del negocio. En este sentido, los consejeros delegados de BBVA, Bankia o Sabadell, han apuntado que cuanto más capital se les exige en sus balances, más se lastra la rentabilidad del negocio. “Esto supone evidentemente un mayor coste para los bancos”, ha asegurado Jaume Guardiola, consejero delegado de Sabadell. “Se toman decisiones que no tienen todo el sentido económico y estas nos condicionan mucho”, ha subrayado.

En este sentido, Carlos Torres, futuro presidente del BBVA, ha asegurado que actualmente se “presiona” sobre ingresos y sobre el capital y que eso afecta a la rentabilidad. En este sentido, ha deslizado una crítica a los bajos tipos de interés a nivel europeo por parte del BCE.

En esta línea, José Sevilla, consejero delegado de Bankia, ha apuntado que los bancos pueden ser “muy rentables” con tipos de interés bajos, pero no negativos y ha defendido que la actual situación “no es sostenible a largo plazo”. Además, ha criticado que este año ha habido nuevas exigencias de capital que también están afectando a la rentabilidad. “Toda la normativa que busca defender de la quiebra a las entidades financieras tiene un efecto directivo en la rentabilidad”, ha subrayado.

Sevilla ha añadido además que un ejemplo de las exigencias de regulación es el que ha llevado a la venta de activos tóxicos de la banca. “Lo adquieren fondos pero la diferencia entre su capacidad de gestionarlo y la nuestra es mínima”, ha apuntado, señalando que estos grandes fondos de inversión que se han hecho con estas carteras de los bancos españoles “tienen otras regulaciones que les permiten asumir estas inversiones”.

En esta línea se suma también la crítica que han hecho durante las jornadas los inversores. Álvaro Serrano, directivo de la banca de inversión Morgan Stanley, ha apuntado que estas exigencias de capital son “dividendos” que se llevan los reguladores y que esto es “frustrante” para los inversores.

Guardiola asegura que estas exigencias han provocado paralelamente que la financiación de las empresas sea cada vez más por mercados de capitales y aseguradoras. “A lo mejor vemos que la fuente de riesgo en el futuro se encuentra en otro sector”, ha apuntado. “No sé si este es el mejor camino”.

Rivalidad de las grandes tecnológicas

Otro de los temas que ha protagonizado el debate ha sido el de la nueva competencia en el sector financiero, donde las fintech y las grandes tecnológicas (big tech) tienen cada vez un papel más importante. Estos directivos tienen a ver a las primeras como aliadas pero a las segundas como rivales.

En cualquiera de los casos, han criticado, como ha apuntado Guardiola, que se produzca una “asimetría regulatoria”. En esta idea ha coincidido también Torres, quien ha criticado que estas empresas, entre las que se encuentran Facebook, Google o Amazon, puedan tener acceso a los datos financieros de un cliente si este les da permiso, pero los bancos no a la información que tienen estas plataformas. “Debería ser trasversal porque sería bueno para el cliente”, ha subrayado.

En concreto, se ha referido a la normativa de medios de pago, conocida como PSD2, que obliga a los bancos a abrir sus plataformas a empresas no financieras para realizar distintas operaciones. Desde el principio, esta norma fue criticada por los grandes bancos, que consideraban que se creaba una diferencia entre empresas. “La UE se empeña en sancionarles por su dominio de mercado pero les facilita aquí la entrada, será que hacemos lobby peor”, ha asegurado sarcásticamente Guardiola.

Ha puesto el ejemplo de Apple Pay. Al principio los bancos fueron reticentes, “pero al final todos acabamos estando presentes en la aplicación”, ha apuntado. “Ahora ninguno hacemos dinero, el que sale ganando es Apple”, ha subrayado. “Ocurren cosas curiosas y esto puede afectar al negocio”, ha añadido Sevilla, de Bankia.