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Más sanos y menos estresados: así se sienten los trabajadores con una jornada laboral de 30 horas

En una residencia de ancianos en Gotemburgo, Suecia, se ha puesto en marcha una jornada laboral de 30 horas a la semana. Los enfermeros constituyen el mayor grupo profesional de Suecia, siendo la mayoría de ellos mujeres y un estudio ha tratado de anallizar los efectos de esta propuesta para proyectar sus efectos en el resto del mercado labora.

En la investigación se compara a los trabajadores con los de otro centro de atención a personas de la tercera edad con la jornada habitual. Los representantes de la Izquierda en el Ayuntamiento de Gotemburgo, aseguran que el estudio concluye que los empleados con jornada de 30 horas tuvieron  “menos bajas por enfermedad, un mejor seguimiento de las personas que necesitan cuidados y se desenvolvieron en un entorno laboral más saludable con menos estrés, con menos necesidad de hacer horas extras y de realizar contrataciones para hacer sustituciones”.

La Izquierda es el principal promotor de la jornada laboral de seis horas en la ciudad sueca. Daniel Bernmar es miembro de esta formación izquierdista y uno de los promotores de la idea. Él ha seguido de cerca el experimento de Svartedalen y habla sobre la experiencia con aparente satisfacción. “El proyecto hasta ahora está siendo lo que queríamos que fuera”, dice Bernmar a este periódico. Según cuenta, al poco de ponerse en marcha la jornada de seis horas en la residencia, ya se percibían mejoras entre los enfermeros. “Ya en primavera pudimos reunirnos con un grupo de trabajadores que se mostraba más feliz y con menos estrés”, según Bernmar. “Hablaban de cómo se ocupaban mejor de los mayores” y de “cómo tenían más tiempo para sus familias”, agrega.

“Los indicadores muestran que los participantes de este experimento tienen más energía, son más cooperativos y tienen más tiempo para ocuparse de los inquilinos, además hay menos bajas por enfermedad porque los participantes se sienten mejor, más sanos”, expone a este periódico Bengt Lorentzon, responsable del estudio de Pacta Guideline. Lorentzon sostiene con cautela que estos primeros “indicadores” podrían “cambiar de aquí a año y medio”, ya que la prueba de Svartedalen está prevista que dure dos años. No obstante, este primer análisis sí da cuenta de que “el cuidado de las personas está mejorando en Svartedalen, algo que se puede medir desde ya atendiendo, por ejemplo, al número de actividades que hacen las personas que viven en la residencia”, según Lorentzon.

Las 30 horas puestas a prueba en el caso de Svartedalen han precisado la contratación de catorce enfermeros para cubrir los huecos creados por la programación de las nuevas jornadas. En total, ahora trabajan allí 50 personas. Además, los sanitarios que lo hacían a tiempo parcial en esa residencia de ancianos han accedido gracias al experimento a un empleo a tiempo completo, mientras que las personas contratadas a plena jornada ha visto reducida sus horas laborales sin perder remuneración.

La jornada laboral de Suecia es de media de unas 41 horas semanales. No es de los países donde más tiempo se pasa en el trabajo. Austria y Grecia encabezan las clasificaciones de tiempo dedicado a la jornada laboral en Europa, con semanas de unas 45 horas de media. La idea de trabajar menos para compartir los puestos de trabajo y reducir así el desempleo (una preocupación política nacional al ser del 8% en un país que ha estado lustros con niveles que rondaban el 2%) es algo que explica en parte la iniciativa de las autoridades de Gotemburgo. “Buscamos promover mejores entornos laborales, pero también acabar con el trabajo a tiempo parcial compartiendo más puestos de trabajo”, subraya Bernmar. En Gotemburgo, el paro es ligeramente superior a la media nacional sueca y se encuentra en el 8,8%.

Los planteamientos de La Izquierda en Suecia contrastan con las recientes conclusiones de otro país pionero en la reducción de jornada, Francia. Así, el socialista François Hollande es crítico con la idea que de la jornada de 35 horas que se adoptó la década pasada sea la solución al paro. “La izquierda pensó, hace tiempo, que Francia podría mejorar trabajando menos”, pero “eso ya ha quedado atrás”, ha llegado a afirmar al respecto el ministro de Economía galo, Emmanuel Macron.

En Gotemburgo, desde La Izquierda señalan que, en realidad, en el Ejecutivo francés han cedido ante la agenda política conservadora. Esa lista de prioridades en Suecia plantea una política laboral según la cual “trabajar más” es “mejor para la sociedad”, de acuerdo con los términos promovidos por el último Gobierno conservador que ha tenido el país, liderado entre 2006 y 2014 por Frederik Reinfeldt.

En La Izquierda abogan, sin embargo, por una política “de la libertad de los trabajadores”. Es decir, facilitar que los empleados tengan más tiempo libre. Esta apuesta es, en realidad, consecuencia de una lógica histórica, aseguran en La Izquierda. “Mirando de forma retrospectiva, en Europa hemos pasado del trabajo esclavo, de doce horas siete días a la semana hace doscientos años, a unas 40 horas semanales en Suecia”, mantienen fuentes del partido en Gotemburgo. Bernmar sostiene que frente al pasar más tiempo en el trabajo, la idea que su formación está poniendo a prueba en Gotemburgo es “trabajar mejor” o “trabajar de forma más inteligente”.

Con todo, él se muestra cauto sobre el futuro de las jornadas de seis horas laborales. “Los resultados que tenemos ahora mismo son indicadores, habrá que revaluar el conjunto de la experiencia en un año”, sostiene. Además, no hay que perder de vista que el primer ministro socialdemócrata, Stefan Löfven, gobierna en minoría junto a Los Verdes y el apoyo de la coalición de centro-derecha La Alianza. Löfven no quiso contar con los 21 diputados logrados por La Izquierda tras las últimas elecciones generales Suecia, celebradas hace un año. “En Gotemburgo tenemos una buena cooperación con los socialdemócratas, pero a nivel nacional no gozamos de la misma situación, así que de este Gobierno no me esperaría un cambio de paradigma hacia una vida laboral más sostenible”, concluye Bernmar.