Algunos le llaman “ambigüedad constructiva”. Otros hablan de significantes flotantes. Son aquellos términos y expresiones que no significan lo mismo en función de quién los lea. Salvo que se les empiece a poner apellidos.
Es lo que ha pasado con la resolución aprobada este viernes en el Parlamento Europeo. El texto fue previamente pactado por populares, socialistas, verdes y liberales. “Cada palabra costaba un día”, explicaba Luis Garicano, uno de las personas que han participado en su redacción. Y justamente un día es el tiempo que se ha necesitado para que los verdes se hayan descolgado de un texto que firmaban y en el que se piden “bonos europeos para la recuperación garantizados por el presupuesto de la UE”.
Fuentes de la dirección de los verdes explican que ellos habían avisado al resto de los grupos en las negociaciones que no secundarían la resolución si se tumbaba su enmienda. ¿El resultado de la votación de este viernes sobre la resolución? 395 votos a favor, 171 en contra y 128 abstenciones: los integrantes del gobierno de coalición español han votado diferente: los eurodiputados del PSOE, a favor; y los de Unidas Podemos, abstención.
¿Eso significa “mutualización de la deuda” o eurobonos, como pedía la enmienda de los verdes y apoyada también por la Izquierda Unitaria? Para los ecologistas, no; tampoco para el GUE. Para liberales y socialistas, sí. Pero, para los populares europeos, de ningún modo.
Así, unido al hecho de que el confinamiento del coronavirus ha causado que las enmiendas se hayan votado 24 horas antes que la resolución, ha dado tiempo a que los verdes hayan pasado del sí a la abstención de este viernes después del rechazo del jueves a mutualizar“ –expresamente– la deuda generada por la crisis del coronavirus ”a escala de la UE“ por una diferencia de 44 votos –326 en contra; 282 a favor–.
La enmienda presentada por el copresidente de los verdes, Philippe Lamberts, y apoyada por socialistas y la Izquierda Unitaria, decía así: “Se considera esencial que, con el fin de preservar la cohesión de la Unión Europea y la integridad de su unión monetaria, se mutualice a escala de la Unión una parte sustancial de la deuda que se emita para combatir las consecuencias de la crisis de la COVIDâ19”.
Los verdes pretendían enmendar la resolución aprobada este viernes por populares, socialistas y liberales, que recoge una “respuesta conjunta al COVID-19” y que prevé la necesidad de “bonos de recuperación garantizados por el presupuesto de la UE”, unos bonos que no asumirían “deudas existentes” sino las que se vayan a crear como consecuencia de la lucha contra la pandemia.
“El texto de la resolución hace mención específica a la necesidad de aumentar el presupuesto para la UE, y además de permitir que ese presupuesto pueda apalancarse, es decir, que pueda emitir deuda que es plenamente comunitaria, mutualizada, porque es deuda de la UE sustentada en las contribuciones que hacen los Estados miembros, y por lo tanto la mutualización es evidente en el texto pactado”, explicaba el eurodiputado socialista Jonás Fernández.
Así respondía el diputado verde de Catalunya en Comú, Ernest Urtasun:
“El texto aprobado a proposición del equipo de economía de Renew Europe explícitamente propone los 'bonos para la recconstrucción' conjuntos emitidos por la Comisión para financiar un 'paquete masivo de inversiones' y rechaza mutualización de deuda pasada”, terciaba en Twitter Luis Garicano, vicepresidente de Renew y portavoz de Ciudadanos en Europa.
La existencia de bonos comunes, de la emisión de deuda conjunta, es uno de los elementos que más dividen a los líderes de la UE. Por un lado están Francia, España e Italia y, por otro, Alemania, Holanda, Austria y Finlandia, que no quieren oír ni hablar de mutualización de deuda.
La resolución pide a la Comisión Europea “que proponga un paquete ambicioso de recuperación y reconstrucción de inversiones para apoyar la economía europea después de la crisis, más allá de lo que el Mecanismo Europeo de Estabilidad [MEDE], el Banco Europeo de Inversiones y el Banco Central están haciendo”.
Según el texto, “la inversión necesaria se financiaría con un aumento del Marco Financiero Plurianual [el presupuesto 2021-2027, que se encuentra atascado], los fondos e instrumentos financieros existentes de la UE y bonos de recuperación garantizados por el presupuesto de la UE”.
“Este paquete no debe involucrar la mutualización de la deuda existente y debe estar orientado a futuras inversiones”, dice el texto, que, además, pide que el MEDE movilice más de los 240.000 millones anunciados, y llegue hasta los 410.000 de que dispone y “subraya que, ”como medida a corto plazo, el Mecanismo Europeo de Estabilidad debería ampliar inmediatamente las líneas de crédito preventivas a los países que buscan acceder a él para abordar las necesidades de financiación a corto plazo deben hacer frente a las consecuencias inmediatas del COVID-19 y con vencimientos a largo plazo, precios competitivos y condiciones de reembolso vinculadas a la recuperación de las economías de los Estados miembros“.
El Parlamento Europeo ha votado entre el jueves y el viernes en Bruselas varias propuestas para redirigir fondos europeos a la lucha contra la pandemia, además de la resolución en la que pide a la Comisión y al Consejo el uso de bonos de reconstrucción para financiar la recuperación económica.