Una ex alto cargo de Mariano Rajoy asesora en las opas sobre Talgo y la química Ercros
María Luisa Poncela, ex secretaria de Comercio, es consejera del fabricante de trenes, opado por un grupo húngaro, y de Bondalti, que aspira a comprar Ercros y pertenece a los Mello, vinculados por medios lusos a la financiación de los ultras de Chega
De ocupar importantes posiciones en la Administración a asesorar sobre dos de las grandes operaciones empresariales de estos días en España: la oferta pública de adquisición (opa) del grupo húngaro Magyar Vagon sobre Talgo y la del grupo portugués Bondalti sobre la química catalana Ercros. En ambas va a tener cierta relevancia María Luisa Poncela, alto cargo en los gobiernos de Mariano Rajoy.
La ex secretaria de Estado de Comercio entre 2016 y 2018 es consejera independiente de Talgo y de Bondalti, opada y opante, respectivamente. Es una de las actividades en el sector privado de la economista, funcionaria del cuerpo de técnicos comerciales del Estado, que fue también secretaria General de Ciencia e Innovación (2013-2016), directora Internacional de Renfe Operadora hasta que en 2020 fue nombrada consejera de Talgo, directora del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI) o consejera económica y comercial de la Embajada de España en Budapest (Hungría).
De allí procede la oferta sobre el 100% del emblemático fabricante español de trenes controlado por un vehículo en Luxemburgo del fondo de inversión Trilantic, Torreal, del multimillonario Juan Abelló, y el equipo directivo, encabezado por el presidente de Talgo, Carlos de Palacio y de Oriol, nieto del fundador José Luis Oriol y cuarto hijo de los marqueses de Villarreal.
La oferta del grupo húngaro ha sido oficializada finalmente este jueves pese al rechazo expresado por varios miembros del Gobierno español. Ofrece 5 euros por acción y valora Talgo en 619 millones de euros. El 45% de la sociedad que lanza la oferta es una entidad pública del gobierno de Hungría, que lidera el ultraderechista Viktor Orbán.
El Gobierno español podría vetar la opa en virtud del denominado escudo anti-opas que puso en marcha con la pandemia para defender empresas consideradas estratégicas, incluso aunque el comprador sea europeo, si bien tendrá que argumentar muy bien su decisión para evitar futuros litigios. El Ejecutivo ha apuntado que podría haber inversores rusos detrás y ha adelantado que intentará frenarla, al considerar Talgo una empresa clave, sobre todo ahora que la movilidad sostenible se presenta como principal revulsivo para la economía.
Los húngaros ya consiguieron el miércoles un preacuerdo con la banca para esquivar el principal obstáculo que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) les puso a su primera intención de presentar esta opa a principios de febrero. El regulador encontró entonces un problema regulatorio: que los bancos pueden cancelar sus préstamos con Talgo si cambia el propietario de la compañía. En las cuentas de Talgo figuran 23 entidades con unos créditos de 329 millones. La oferente, Ganz-Mavag, liderada por los empresarios György Bacsa y András Tombor, ha convencido a la banca para seguir apostando por el proyecto de Talgo, incluso si cambia de manos. Esto supondrá un precedente de cara a la decisión del Gobierno de vetar o no esta operación.
La intención de los húngaros es aprovechar la tecnología de Talgo en alta velocidad para aumentar su capacidad, ahora bastante limitada frente a otros gigantes europeos como Alstom. La compañía española acumula casi dos años de retraso para la entrega a Renfe de los trenes Avril. Por esta demora podría tener que asumir una indemnización de 116 millones.
Además de en Talgo, Poncela también se sienta en el consejo de administración de, entre otras, la tecnológica Amper y en la portuguesa Bondalti, perteneciente a la familia Mello, la tercera más rica de Portugal, que esta semana ha lanzado una oferta por Ercros.
En este caso, el grupo luso ofrece 3,6 euros en efectivo por cada acción del grupo químico, lo que valora el 100% en 329,2 millones. Bondalti ha condicionado su oferta a la aceptación del 75% del capital y a obtener todas las autorizaciones pertinentes.
El precio ofertado por Bondalti supone una prima del 40,6% sobre el precio al que cerraron el lunes las acciones de Ercros (2,56 euros) y del 51,3% sobre la media ponderada del mes previo a su presentación. El martes, cuando trascendió la opa, los títulos de la empresa española se dispararon más de un 33%, hasta 3,42 euros. Ercros confirmó este jueves a la CNMV que su consejo “no tenía conocimiento previo de la Oferta y que, por tanto, se trata de una Oferta no solicitada ni consensuada previamente”.
El consejo de Ercros, que preside desde 1996 Antoni Zabalza (ex alto cargo con Felipe González), está en proceso de nombrar a un asesor financiero y a un asesor legal para asistirle en este proceso “en el mejor cumplimiento de sus deberes y la salvaguarda de los intereses de los accionistas de la Sociedad”. Este órgano “se pronunciará en su debido momento” sobre la oferta, una vez la autorice la CNMV.
Bondalti es líder en química industrial en Portugal. Líder ibérico en producción de cloro, también está presente en el sector del tratamiento y reutilización de aguas. Cuenta con instalaciones industriales en Estarreja y Sintra (Portugal), Cantabria y La Rioja (España), y logísticas en Aveiro, Barreiro (Portugal) y Vigo (España), operaciones en Luanda (Angola) y oficinas en Lisboa (Sede), Barcelona, Madrid, Pontevedra y Logroño.
Bondalti pertenece al grupo José de Mello, un gigante en Portugal que además de esta división (industria química) abarca las concesionarias de autopistas (Brisa), la sanidad privada (grupo CUF, líder en este sector allí), los geriátricos o las bodegas (Winestone).
La discreta y numerosa familia De Mello (más de 100 miembros), que ya va por la cuarta generación, amasó buena parte de su fortuna durante la dictadura de Salazar. Se les atribuye un patrimonio superior a los 2.600 millones. Son la tercera fortuna del país, tras las hermanas Amorim (accionistas de la petrolera Galp y Corticeira Amorim) y los Soares dos Santos, dueños de Pingo Doce (el Mercadona portugués).
Vínculos con Chega
La saga Mello fue vinculada en 2022 por un reportaje de la revista Sábado con la financiación del partido ultraderechista Chega a partir de extractos bancarios de la cuenta de donativos a la formación de André Ventura, que en las elecciones del próximo domingo aspira a más que duplicar sus resultados de 2022. En los anteriores comicios alcanzó el 7,18% de los sufragios y fue la tercera fuerza más votada.
Según publicó Sábado, en 2021 un Mello figuraba entre los donantes de Chega junto con otra de las sagas más ricas del país, los Champalimaud. Se trata de Pedro Maria Cunha José Mello, sobrino de José de Mello [factótum del grupo] y primo de Vasco de Mello, presidente del Grupo José Mello.
Ese empresario, cuyo hermano (Manuel Cunha José de Mello) es patrono en una fundación que preside Vasco de Mello, donó el 14 de julio de 2021, a dos meses de las elecciones municipales de aquel año, 5.000 euros a Chega, de cuya Comisión Política Nacional formaba parte. Se trata de un órgano asesor privado con miembros de la “sociedad civil” nombrados por Ventura, que suele repetir como mantra la frase de que “quien manda es el pueblo y no las élites que nos gobiernan”.
Fuentes de Bondalti explican que Pedro de Mello, “al que se hace mención en las noticias de la prensa portuguesa, no ostenta ni ha ostentado cargo alguno ni participa en el Grupo José de Mello ni en Bondalti. El Grupo José de Mello, como no podía ser de otra manera, es absolutamente apolítico y lleva más de 120 años dedicado a la actividad empresarial, generando riqueza y puestos de trabajo en los países en los que opera”.
El pasado 25 de febrero, el diario portugués Público insistía en la vinculación de los Mello y de los Champalimaud con Chega, en un extenso reportaje sobre la “gran familia” de la formación ultraderechista que incluía otros nombres ya conocidos, como João Maria Bravo, dueño de Sodarca, principal proveedora de armas y equipamiento militar al Estado luso, o el empresario del transporte José Paulo Duarte. Y otros nuevos, como João Talone, todavía presidente de EdP, la mayor eléctrica del país, conocido en España por ser socio del ex banquero Ángel Corcóstegui en el fondo de capital riesgo Magnum.
Ese mismo día, Sábado publicaba un texto que fuentes del grupo Bondalti aseguran que es un “desmentido” de la vinculación de la familia con Chega. Sábado aclaró que el miembro de los Mello que hizo esa donación a Chega, “siendo de la familia, no tiene ni ha tenido nada que ver con CUF o sus negocios de salud”, después de que la izquierdista Mariana Mortágua asegurase que Ventura sirve a los intereses de sus financiadores, como “los Mello, dueños del grupo privado de salud, dueños de CUF”.
Bondalti emplea a unas 700 personas y en 2022 facturó 595 millones. Es la antigua Companhia União Fabril (CUF), fundada por Alfredo Da Silva allá por 1898, que dio origen luego al grupo José de Mello, dedicada entonces a la producción de abonos. Tras diversificarse en las siguientes décadas en múltiples sectores (banca, seguros, tabacos, naviero, sanitario…), el grupo acabó convirtiéndose en la mayor empresa de Portugal. La CUF fue nacionalizada tras la Revolución de los Claveles de 1974. Tras las indemnizaciones pagadas en los ochenta, la saga dirigió sus negocios a dos ramas separadas: Nutrinveste (dueña de la aceitera Sovena) y grupo José de Mello.
En el consejo de este último grupo hay conocidos de la élite empresarial española como el banquero António Horta Osorio (ex del Santander) o Raúl Galamba, actual consejero de BBVA y presidente de la empresa postal CTT, privatizada en 2013 por exigencia de la troika y que tiene entre sus principales accionistas a los Champalimaud.
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