La Fundación FAES, vinculada al Partido Popular, pide con contundencia ir más allá de la reforma laboral. Por un lado, critica un salario mínimo que considera elevado y perjudicial para la contratación y que pide eliminar o cambiar; por otro, pone en el punto de mira el sistema de prestaciones por desempleo y pide más presencia de las empresas de trabajo temporal. Lo hace en el documento “Reflexiones sobre el mercado de trabajo: continuar la reforma”, coordinado por el director general de Estrategia y Fomento del Empleo de la Comunidad de Madrid, Valentín Boté, y con Miguel Marín, responsable de políticas económicas y de empleo de FAES, como director.
FAES asegura que el salario mínimo en España (que ha sido congelado varias veces en los últimos años y que se sitúa actualmente en 645 euros mensuales) resulta “elevado” cuando se compara con el salario mínimo medio de los países de la OCDE. En este club de países industrializados hay países como México, Turquía, Corea del Sur o Australia, fuera de la UE y que no son competidores naturales de España. En cualquier caso, recomienda que, o bien se reduzca o bien se elimine tal y como se concibe ahora. La Fundación propone que puedan establecerse diferentes salarios mínimos para los distintos grupos de población, algo que ya ha sugerido la patronal en varias ocasiones al hablar de un salario especial para jóvenes.
Según el informe, una de las “debilidades” de la intervención pública en el mercado laboral es que “el seguro de desempleo, al igual que el salario mínimo, resulta ser muy generoso”. Tanto que, asegura, un salario mínimo elevado “parece ser perjudicial para la contratación de trabajadores”. Eso sí, mencionan la posibilidad de que se compensen con “ayudas del estado” las posibles reducciones del salario mínimo, y señalan el ejemplo de Alemania.
La fundación insiste: “De los resultados se concluye que los países con mayores barreras a la creación de empresas y mayores niveles de protección al trabajador son los que presentan mayores crecimientos de sus tasas de desempleo; por lo que una desregulación conjunta de ambos mercados que module el poder negociador de los trabajadores y reduzca la dualidad del mercado laboral debe considerarse positiva para el país”.
Sin embargo, el informe señala que estas medidas deben ir acompañadas de reformas que favorezcan “la desregulación del mercado laboral”, como la reducción de las indemnizaciones por despido, mayor movilidad geográfica de la mano de obra, establecer una negociación salarial a nivel de empresa o reducir las barreras para crear empresas.
Reducir las prestaciones por desempleo
Indica también que una reducción de las prestaciones por desempleo y de las cotizaciones a la Seguridad Social ayudaría a reducir la tasa de paro de la economía española. “El sistema español de prestaciones por desempleo, en términos comparativos, en un sistema generoso, tanto en la cuantía de la prestación como en la duración de la misma”, dice el informe. Para FAES, esta generosidad supone un “desincentivo” a la salida del desempleo de las personas con prestaciones más elevadas frente a las que tienen prestaciones escasas.
“El sistema de prestación por desempleo en España genera unas dinámicas que conducen a considerar la prestación como un derecho adquirido por haber trabajado, en lugar de ser considerado como un seguro que sirve para cubrir una contigencia indeseable que se espera subsanar en el menor tiempo posible”, subraya el informe. En palabras de FAES, habría que “modular” las prestaciones para que dejen de considerarse un derecho y pasen a ser vistas como un seguro: concentrar las cantidades en los primeros meses de desempleo, pero reducir los plazos de cobro, algo que, dicen, no tendría por qué impedir aumentar incluso la cuantía total que se percibe.
La FAES critica, además, que los requisitos asociados a una prestación son laxos: aunque es obligatorio que los perceptores acepten una oferta de empleo adecuada, asegura que ese concepto es “restrictivo” y que hace difícil ofertar a los desempleados un puesto de trabajo que tengan que aceptar. Señala también que el número de sanciones que reciben las personas en paro por incumplir su compromiso de actividad (a buscar activamente empleo) es “sorprendentemente reducido” en comparación con los países de nuestro entorno.
“En definitiva, hemos configurado un sistema de prestaciones por desempleo que no genera los incentivos correctos, puesto que se aúnan, por una parte, una alta generosidad con unas obligaciones impuestas a los perceptores relativamente reducidas y laxas en su obligación”, afirman.
Por otro lado, el documento recomienda mayor participación de las empresas de trabajo temporal en la recolocación de parados, algo que “contribuiría a reducir el desempleo” y a “mejorar la eficiencia” del mercado de trabajo. FAES propone también reducir las modalidades de contratos y avanzar hacia “la igualación” de los costes del despido de todos los trabajadores. Pide también que se avance en la desvinculación de los salarios a la inflación y en la reforma de la negociación colectiva.