La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, anunció hoy en Bruselas que el organismo ha llegado a un acuerdo con Ucrania para proporcionar al país asistencia por 15.500 millones de euros (17.500 millones de dólares) durante cuatro años.
“Es un programa ambicioso, duro y no sin riesgos”, señaló la responsable del Fondo Monetario Internacional (FMI) durante una conferencia de prensa en Bruselas, en la que señaló que espera someter el pacto alcanzado con Kiev a votación del directorio del organismo a finales de febrero.
Igualmente indicó que la asistencia del FMI “forma parte de un paquete de asistencia (financiera) más amplio que llega a 40.000 millones de dólares”, y que contará con aportaciones bilaterales de países, así como otras de organismos multilaterales.
Lagarde precisó que “este nuevo programa de cuatro años apoyará la inmediata estabilización económica de Ucrania al igual que el conjunto de reformas emprendidas por el gobierno para restaurar un crecimiento económico firme a medio plazo y mejorar los estándares de vida de la población”.
La responsable del FMI calificó el programa de “realista y su implementación efectiva puede ser un hito para Ucrania”.
Asimismo indicó que “ha habido varias razones por las que ha sido posible el acuerdo”, entre las que mencionó que “pese a un entorno desafiante, las autoridades de Ucrania han mostrado su compromiso con reformas ambiciosas en varios frentes”.
“Las autoridades ucranianas están mostrando una ambición para acometer reformas nunca vista antes”, valoró Lagarde, que indicó que esas medidas “están dando mejores resultados de lo esperado”.
Entre los aspectos que han mejorado en ese país se incluye una firme disciplina fiscal que ha permitido reducir en 2014 su déficit público hasta el 4,6 % de su PIB, cuando el objetivo era del 5,8 %, además de que han adoptado una política de cambio flexible.
Lagarde destacó también que en el país ha habido “un incremento significativo de los precios del gas, hasta del 56 %, y de los combustibles, hasta el 40 % durante 2014”.
Además, agregó, “por primera vez en muchos años han empezado a reforzar el marco para la lucha contra el fraude y la corrupción”.
La directora gerente del organismo internacional señaló también que el Gobierno del presidente Petró Poroshenko se ha comprometido a reforzar las medidas que acompañan este programa de asistencia, incluyendo ir hacia “mayores incrementos de las tarifas de la energía, así como de reformas de gobernanza y otros cambios legales que pondrán en marcha una agenda de lucha contra la corrupción y en favor de una reforma judicial”.
“Este programa va a requerir de una firme determinación de las autoridades de Kiev para reformar la economía”, indicó la política francesa, que apuntó a que el país necesitará de más medidas para asistir a los grupos sociales más pobres y que sientan menos el efecto del ajuste.
Lagarde mencionó también los cambios que incluye este programa respecto a otros anteriores y que se refieren a que “tiene más fondos, más tiempo, más flexibilidad y mejores términos de financiación para que Ucrania ponga en práctica su agenda de reformas”.
Los recursos del FMI, una vez el programa sea aprobado por el directorio de la institución con sede en Washington, se completará con otras aportaciones hasta un total de 40.000 millones de dólares en cuatro años.
Lagarde señaló también el compromiso del Gobierno de Poroshenko para mantener conversaciones con los tenedores de deuda soberana ucraniana para mejorar a medio plazo su sostenibilidad.
Consideró que “el programa ofrece al gobierno ucraniano la oportunidad de mejorar su economía en un momento crítico para la historia del país”, al tiempo que señaló que el “mayor riesgo” procede de “los desarrollos geopolíticos que puedan afectar a los mercados y a la confianza de los consumidores”.
En ese sentido se refirió “a que parte del éxito será que haya un entorno de paz” en un país que lleva ya casi un año inmerso en una crisis política y económica tras la anexión por parte de Rusia de la península ucraniana de Crimea y los posteriores enfrentamientos entre Kiev y separatistas prorrusos en su región oriental.