Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), ha dado marcha atrás este jueves respecto a la “agresividad” que su número dos, Gita Gopinath, pidió en agosto a los bancos centrales para luchar contra la inflación. La institución admite ahora que la inflación se ha vuelto “más persistente”, que el riesgo de recesión está aumentando y que, incluso con crecimiento económico, las subidas de precios se sentirán como una crisis por el golpe a los salarios. Por eso, advierte que la clave es “evitar un dolor mucho mayor”.
Según ha trasladado Kristalina Georgieva a los bancos centrales en una conferencia en la Universidad Georgetown, en Washington DC, subir los tipos de interés “demasiado” provocará una “recesión prolongada”.
“Endurecer la política monetaria demasiado y demasiado rápido, y hacerlo de manera sincronizada en todos los países, podría empujar a muchas economías a una recesión prolongada”, ha incidido la directora del FMI, quien ha explicado que “los tipos de interés más altos están dañando la demanda interna, incluso en los mercados inmobiliarios. Pero la inflación se ha mantenido obstinadamente alta y generalizada, lo que significa que los bancos centrales deben seguir respondiendo”.
“Es lo correcto: actuar con decisión incluso cuando la economía inevitablemente se desacelera”, ha continuado. Pero ha admitido que “esto no es fácil, y no será sin dolor en el corto plazo”, para rematar recomendando que “la clave es evitar un dolor mucho mayor y más duradero para todos”.
Los riesgos que plantea Kristalina Georgieva van más allá de las consecuencias de una “recesión prolongada”, con un aumento del desempleo como la mayor amenaza para las familias trabajadoras. El principal riesgo es que, tras tres años de “conmoción, tras conmoción, tras conmoción”, la inflación implica en estos momentos que “cualquier país puede perder el rumbo”.
“Es más probable que empeore a que mejore”
“Primero, la COVID. Luego la invasión de Rusia a Ucrania. Y desastres climáticos en todos los continentes. Estos impactos han infligido un daño inconmensurable en la vida de las personas. Su impacto combinado está impulsando un aumento global de los precios, especialmente de los alimentos y la energía, lo que provoca una crisis del coste de vida. Y lidiar con ellos se hace más difícil por la fragmentación geopolítica”, ha reflexionado.
Por esta razón, propone “estabilizar la economía mundial”. Según ha adelantado, en el FMI “esperamos una pérdida de actividad global de alrededor de 4 billones de dólares de aquí a 2026. Este es el tamaño de la economía alemana”.
“Y es más probable que empeore a que mejore”, ha añadido. “La incertidumbre sigue siendo extremadamente alta en el contexto de la guerra y la pandemia. Y podría haber aún más shocks económicos. Los riesgos para la estabilidad financiera están aumentando”, ha enumerado Kristalina Georgieva, en este último caso en referencia al sobreendeudamiento que soportan muchos estados tras esfuerzo en el gasto público por la COVID.
Entre las soluciones que propone el FMI, además de la advertencia a los bancos centrales, incluye “una política fiscal responsable, que proteja a los vulnerables, sin agregar combustible a la inflación [es decir, sin bajadas de impuestos generalizadas, sino dirigidas a las familias y empresas que las necesitan]”. Y, por último, ha pedido “mayor cooperación global”.