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El FMI eleva el crecimiento de España medio punto al 2,9% en 2024 y lo deja en el 2,1% en 2025

Daniel Yebra

22 de octubre de 2024 15:00 h

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha elevado su previsión de crecimiento económico de España en 2024 medio punto, hasta el 2,9%, en línea con los últimos centros de análisis que han revisado sus estimaciones y un par de décimas por encima del cuadro macroeconómico del Gobierno.

Para 2025, el FMI deja su proyección de PIB (Producto Interior Bruto) en el 2,1%, frente al 2,4% del Ejecutivo. Según el conjunto de previsiones del organismo que dirige Kristalina Georgieva, nuestro país liderará a las principales economías de la eurozona, donde destaca la debilidad de Alemania. Su PIB permanecerá estancado en 2024, tras contraerse tres décimas en 2023. Además, a nivel global, el FMI advierte sobre la escalada de los conflictos abiertos y el riesgo de que impacten en el comercio mundial.

La excepcionalidad de España se explica en buena parte por el dinamismo del consumo de las familias, que se apoya en la moderación de la inflación, en las bajadas de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE), en la histórica creación de puestos de trabajo y en la menor precariedad de los contratos, tanto por la reforma laboral como el incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Respecto a las subidas de precios, el FMI estima que la inflación cerrará el año en el 1,9% en España y que se mantendrá en ese nivel de media en 2025.

Mientras, pese al aumento del empleo, nuestro país seguirá siendo la economía con una tasa de paro más elevada entre las grandes de la eurozona. El desempleo se reducirá un punto, al 11,2% en 2025, desde el 12,2% desde 2023. En el conjunto de la eurzona se quedará en el 6,4%, según el FMI.

El crecimiento de España se desmarca de la eurozona

Tomando como referencia los datos de Funcas, publicados justo antes de la actualziación de las proyecciones del FMI y que atisban un horizonte similar, el nivel de PIB de España superará al final de 2024 en 6,7 puntos porcentuales el nivel previo a la pandemia, el del cierre de 2019, y en 2025 en 8,9 enteros. Mientras, el nivel de PIB del conjunto de la eurozona lo hará en 4,2 y 5,7 puntos, respectivamente.

Los titulares y acusaciones políticas sobre que nuestro país iba a la cola de la recuperación han envejecido muy mal. Un relato catastrofista que solo pudo prosperar por el error del INE en el cálculo de la Contabilidad Nacional (según se explica en esta información), y que tras tres correcciones históricas todavía no ha subsanado por completo.

En este escenario, la reactivación de las reglas fiscales de la Unión Europea (UE) son un primer freno a la actividad económica de nuestro país. El Gobierno ya ha enviado su Plan Fiscal y Estructural para los próximos siete años a la Comisión Europea, en el que promete una disciplina que conlleva limitar el aumento anual del “gasto primario neto” al 3% de media entre 2025 y 2031. Obviando la complejidad técnica y la falta de detales del cálculo de esta nueva ratio que se vigilará desde Bruselas, lo que significa es que el “consumo público” dejará de ser un impulsor decisivo del crecimiento del PIB, como sí lo ha sido desde 2020 hasta este año.

Otro motor de nuestra economía es el turismo, que también será una de los factores que ahondará en la desaceleración de 2025, respecto a 2024. El turismo no tiene un límite que venga impuesto, sino que se trata de un 'techo', que si no se ha alcanzado ya, está muy cerca, lo que ha quedado reflejado en su impacto en las grandes capitales y en los principales destinos, tanto por su presión al precio de la vivienda como por el deterioro general de las condiciones de vida en esos lugares.

Otros riesgos para España son precisamente el difícil acceso a la vivienda, la debilidad de Alemania y de la eurozona y, por otro lado, una acumulación de ahorro de las familias fuera de lo normal. 

“Los niveles de ahorro actuales solo se han observado en contextos de elevada incertidumbre. Es la primera vez que se aprecian estos niveles en un entorno de creación constante de empleo. Si bien la reducción de los tipos de interés permitirá un mayor crecimiento del consumo, existe evidencia de que los beneficios de la recuperación están concentrándose en colectivos con una menor propensión marginal a consumir. Además, el incremento del empleo se encuentra desproporcionadamente concentrado en los inmigrantes”, explica el equipo de expertos de BBVA Research.

“Del lado positivo, la tasa de ahorro de los hogares podría descender más de lo previsto, generando un importante impulso del consumo de las familias. Además, cabe resaltar que tanto los hogares como las empresas han mejorado su situación financiera en términos agregados”, opinan en Funcas.

La gran sorpresa positiva en clave de futuro de nuestro sector exterior son las exportaciones de otro tipo de servicios (de consultoría, relacionados con la tecnología, la comunicación...). Por último, todos los expertos apuntan a que es clave que la inversión empresarial despierte, en lo que juegan un papel clave los fondos europeos del Plan de Recuperación.