Ni los objetivos de déficit ni los de crecimiento. El informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) deja en muy mal lugar las previsiones económicas contenidas en los presupuestos presentados por el Gobierno de Mariano Rajoy. Las diferencias además no son de unas pocas décimas, sino mucho más relevantes.
El Fondo mantuvo en general sus previsiones para España: una caída del PIB del 1,5% este año y del 1,3% en 2013. La diferencia es notoria con los planes presupuestarios de Luis de Guindos y Cristóbal Montoro: los presupuestos contemplan una caída de sólo el 0,5% el próximo año.
Al menos, los datos publicados sobre la economía española para el 2012 representan una mejora de dos décimas frente a las proyecciones de julio. El Fondo empeoró, sin embargo, en una décima el dato de 2013.
En relación al déficit y el paro, los pronósticos del FMI son pesimistas. Si el Gobierno confía en un objetivo de déficit del 6,3% en 2012, el Fondo dice que será el 7%. Para 2013, Madrid dice que llegará al 4,5%. En realidad, será el 5,7%, según el FMI. A este ritmo, las previsiones del organismo internacional son que España no alcanzará el objetivo del 3% hasta 2017.
El paro no baja
El FMI advierte también en su informe sobre la elevada tasa de desempleo para España, que calcula que se alcanzará el 24,9% este año y el 25,1% el que viene.
“En Europa, más de una de cada diez personas estará desempleada a lo largo de 2013. En Grecia y España, la proporción es de uno de cada cuatro trabajadores. Casi la mitad de los jóvenes están sin trabajo en la periferia de la zona euro”, afirma el informe.
En lo que se refiere a la inflación en España, el Fondo pronostica un 2,4% tanto para este año como para el próximo.
A la recesión de España también ha contribuido, según el informe de la institución dirigida por Christine Lagarde, el “legado de elementos previos a la crisis, especialmente el alto endeudamiento de los hogares tras la burbuja inmobiliaria, que han constreñido el consumo privado”.
De la periferia llega la recesión
El organismo internacional, que celebra esta semana su reunión anual conjunta con el Banco Mundial (BM) en Tokio (Japón), alerta de que la recesión en la periferia de la eurozona “está extendiéndose a otras economías en la región” y destaca que “ni siquiera Alemania es inmune”.
De hecho el Fondo recortó en medio punto, del 1,4 % previsto en julio al 0,9% en la actualidad, la expansión de la economía alemana, y mantuvo idénticas las proyecciones de 2012, que cifran el crecimiento en el 0,9%.
El Fondo contempla un repunte de la actividad económica en Europa para comienzos de 2013, impulsada por “el incremento de la demanda externa por parte de los mercados emergentes, la suavización de las tensiones financieras, el apoyo político y la mejora de la confianza”.
En este sentido, pronostica que la eurozona volverá a crecer en 2013, con un repunte del 0,2% tras la contracción del 0,4% prevista para este año. Los nuevos datos representan una rebaja de las perspectivas de crecimiento de una décima para 2012 y de 0,5 puntos para 2013.
El FMI sitúa a Italia a la cola de la actividad económica en la eurozona durante 2012, con una contracción del 2,3% y del 0,7% para 2013, cuatro décimas peor que las previsiones de julio para ambos años.
También reduce las previsiones de crecimiento de Francia, que deja en un 0,1% este año y un 0,4% en 2013, dos décimas y cinco décimas menos que lo esperado en julio pasado.
“El gran riesgo para Europa”, agrega el Fondo, “es la retrasada o insuficiente acción política (respecto al proceso de unión bancaria y fiscal). Hasta que la crisis se resuelva, la situación sigue siendo precaria”, explica.
El Fondo alaba las últimas medidas expansivas en política monetaria por parte del Banco Central Europeo (BCE) y su programa de compra de bonos soberanos, pero subraya que la eurozona debe avanzar en su proceso de integración fiscal y bancaria.
“A menos que se tomen más medidas (en este proceso de integración europeo), las recientes mejoras en los mercados financieros pueden resultar efímeras”, advierte el FMI.