El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha vuelto a revisar al alza sus previsiones económicas para España, hasta un 2% este año, tres décimas más que en octubre, y ha mantenido sin cambios las del próximo año en el 1,8%.
El repunte español se produce en un contexto de revisión a la baja de los principales países de la zona euro, para la que en su conjunto se prevé un crecimiento del 1,2% en 2015 y del 1,4% en 2016, dos y tres décimas menos de lo anticipado, de acuerdo con el informe de 'Perspectivas Económicas Globales' presentado esta madrugada en Pekín.
“Son buenas noticias para España”, ha señalado el economista jefe del Fondo Monetario Internacional, Olivier Blanchard, cuando se le ha preguntado por las conclusiones del informe sobre nuestro país, aunque no ha tardado en matizar ese optimismo. El economista ha señalado que, aunque España tendrá un mayor crecimiento que Europa en 2015, “la tasa de paro está muy por encima del 20%, así que queda un largo camino por recorrero porque con el actual ritmo de crecimiento no bajará el paro de manera rápida”.
Malas noticias para el conjunto de la zona euro
La mejora de las perspectivas para España contrasta con el empeoramiento de las previsiones para los principales países de eurozona. Este es el caso de Alemania, locomotora europea, que ve reducidas sus previsiones de crecimiento al 1,3% en 2015, dos décimas menos; y 1,5% en 2016, tres décimas por debajo de lo previsto en octubre.
Asimismo, Francia crecerá un 0,9% este año y un 1,3% en 2016, una y dos décimas menos de lo anticipado; e Italia, que vuelve a la senda positiva tras dos años de recesión, un 0,4% en 2015 y un 0,8% en 2016, aunque en ambos casos medio punto menos de lo previsto anteriormente.
La razón de este descenso en las perspectivas de la zona euro, de acuerdo con el FMI, se basa en la “debilidad de la inversión” a finales de 2014 y una inflación y perspectivas inflacionarias que siguen en retroceso.
Para este año, el organismo dirigido por Christine Lagarde “prevé que la actividad estará respaldada por el descenso de los precios del petróleo, una política monetaria más distendida (algo que los mercados financieros ya anticipan en general y que los tipos de interés reflejan), una orientación más neutral de la política fiscal y la reciente depreciación del euro”.
No obstante, matizó que “estos factores quedarán compensados por el debilitamiento de las perspectivas de inversión -que en parte refleja el impacto del menor crecimiento de las economías de mercados emergentes en el sector exportador”.