Solo unas horas antes de que miles de agricultores hayan paralizado Francia bloqueando sus principales carreteras, el primer ministro francés, el recién nombrado Gabriel Attal, cargó contra los sectores agrícolas de España e Italia, a los que acusó de competencia desleal. Estas críticas se añaden a los ataques a camiones que transportan productos desde España y que, además, se producen en plena tormenta política sobre el Ejecutivo de Emmanuel Macron, entre otros motivos, por el accidentado recorrido legislativo de la polémica ley sobre inmigración.
Ni críticas ni ataques a transportistas son nuevos, sino periódicos, y tiran de argumentarios que ya se han utilizado en otras ocasiones. La diferencia es que ahora se producen en paralelo a las crecientes protestas en media Europa, con los problemas del mundo agrario como telón de fondo. También sobrevuela el temor a que se conviertan en un catalizador de la extrema derecha a las puertas de las elecciones europeas de mayo.
En este caso, las críticas del Gobierno francés han provocado la reacción tanto del Gobierno español como del Ejecutivo comunitario y de las organizaciones agrarias españolas. Estas últimas tienen previsto reunirse este martes, para poner de relieve sus propios problemas, por lo que tampoco hay que descartar que las protestas del campo lleguen ahora a España.
Una acusación a España e Italia
“Vamos a seguir avanzando para luchar contra la competencia desleal. A nuestros agricultores se les imponen reglas que a otros no”, aseguró Gabriel Attal a los medios de comunicación franceses después de visitar, el pasado fin de semana, una explotación agrícola en Indre-Loire.
Según el primer ministro francés, la legislación medioambiental en España e Italia es más laxa, lo que va en detrimento de los productores franceses y, por ese motivo, el Ejecutivo francés va a “proponer más medidas” a escala comunitaria para frenar esa supuesta “competencia desleal”.
También ha prometido cambios legales el titular de Agricultura, Marc Fesneau, pero ha descartado “un cierre de fronteras” para los productos agrícolas españoles e italianos, como ha llegado a demandar la extrema derecha. En su caso, porque teme medidas similares en contrapartida. Sin embargo, insistió en que el Gobierno de Macron va a proponer cambios y que va a llevar los problemas del sector primario al Consejo Europeo de este jueves. Entre esos cambios se baraja la eliminación del barbecho obligatorio o poner límites a las importaciones de productos agrícolas ucranianos, que se levantaron tras la invasión de Rusia.
La reacción del Gobierno y de Bruselas
Que el Gobierno de Macron señale con el dedo al campo de países vecinos como culpable de su falta de competitividad ha provocado una cascada de reacciones del Gobierno español y, también, de Bruselas. “Estamos en la Unión Europea, por tanto, las normas de producción, de comercialización, son similares en todos los países miembros y todos los países miembros las aplicamos igual. Así que no hay ninguna ventaja competitiva derivada por la aplicación de normas distintas”, reaccionó este lunes el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.
“Si nuestras frutas y hortalizas, todos los productos agroalimentarios, están situados en primer lugar dentro de Europa y también en muchos países del mundo, es precisamente por el trabajo de nuestros agricultores y ganaderos e industria agroalimentaria por su calidad y competitividad, y no por ninguna otra razón”, aseguró Planas a los medios.
También Bruselas se ha posicionado en contra de ese supuesto daño a la competitividad del campo francés. No la ven desde “ningún ángulo”, según indicaron fuentes comunitarias a Europa Press. También, que si se trata de una cuestión de precios eso no es “anticompetitivo per se”. Las mismas fuentes aseguraron que la Comisión ha enviado una carta a las autoridades francesas en la que piden explicaciones sobre los ataques a transportistas y a que den una respuesta “lo antes posible”.
La reacción del campo y de los transportistas
Sin embargo, las principales reacciones a las opiniones del Gobierno francés y a las protestas de los agricultores del país vecino –se calcula que han bloqueado carreteras con más de 800 tractores– llegan del propio sector primario y de los transportistas.
“Estamos ante la política agraria común, que son de las pocas políticas europeas que son precisamente comunes, y la legislación lo mismo es en Alemania, que en Francia, que en España o que dentro de los 27 países”, respondió el secretario general de la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos (COAG), Miguel Padilla, quien tachó las palabras del primer ministro francés de “indignantes”.
“Las declaraciones del señor Attal son impresentables y, además, son mentira. Se espera de un gobernante como un primer ministro francés que, por lo menos, conozca la normativa europea y se atenga a la verdad. Los productores españoles utilizan exactamente los mismos productos y técnicas que los franceses. Competencia desleal, ninguna. Lo que hay es el trabajo del sector agrario español”, aseguró la vicesecretaria general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), Montse Cortiñas. “Le pedimos que rectifique cuanto antes y exigimos que el Gobierno español presente una crítica formal por las acusaciones a todo un sector de algo que es mentira”, reiteró.
Algunas organizaciones ya están poniendo cifras a los daños que puede provocar el paro de los agricultores del país vecino y el bloqueo de las carreteras. La Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería (Coexphal) asegura que el bloqueo les puede costar a la semana cerca de 75 millones de euros. Mientras, la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) pide la actuación del Gobierno español para evitar el bloqueo de los vehículos y calcula que cada día cruzan la frontera con Francia 20.000 camiones que, si son bloqueados, suponen un coste de 600 euros por camión y día.
En este escenario, este martes se reúnen representantes de COAG, UPA y de la patronal Asaja, para hablar de la situación del campo en España, por lo que tampoco hay que descartar que las protestas den el salto a España. Cabe recordar que hace dos años ya se manifestaron en el centro de Madrid. La vicesecretaria general de UPA habla de “unidad de acción” entre las organizaciones agrarias “porque hay problemas que son comunes, otros no”. “Las organizaciones profesionales agrarias nos movilizaremos por los problemas en España si es que es así. Hemos enviado una carta al Ministerio y esperamos movimientos sobre el tema francés y sobre distintas mesas. Necesitamos soluciones”, asegura.