El Banco Central Europeo (BCE) ha repetido hasta la saciedad que sus decisiones “dependen de los datos” y que se toman “reunión a reunión”. Dos conceptos muy claros para conseguir lo contrario: mantener “todas las opciones abiertas”, y nunca defraudar “al mercado [una forma de referirse a las operaciones los grandes inversores y los fondos]”. Sin embargo, en estos momentos, el estancamiento de la economía de Alemania y la moderación de la inflación en el conjunto de la eurozona están perfilando la hoja de ruta de la institución monetaria y empujando a que acelere los recortes de los tipos de interés.
Por ahora, el Consejo de Gobierno del BCE ha bajado el 'precio' oficial del dinero dos veces (en ambas ocasiones 0,25 puntos) en este ciclo de austeridad monetaria. La primera, en junio, como principio del fin de un agresivo ciclo de incrementos que comenzó en 2022 para luchar contra la inflación. La segunda, el mes pasado, cuando tras un ajuste técnico lo dejó en el 3,5%.
Este jueves, el principal órgano de decisión prepara otro recorte de los tipos de interés de 0,25 puntos, al 3,25%, y las expectativas para los próximos meses se están moviendo de una bajada cada trimestre de aquí a otoño, hasta alcanzar un nivel del 2% o el 2,25%, a un ritmo cinco bajadas consecutivas para llegar a la misma meta en primavera.
La economía necesita oxígeno. Las subidas de precios se moderaron ya al 1,8% en el conjunto de la eurozona en septiembre, en tasa interanual. Y al 1,5% en España. Es decir, la inflación está por debajo del objetivo teórico del 2% del BCE. Mientras, la debilidad de la actividad económica en algunos países, entre ellos Alemania o Francia, es evidente. Sobre todo, en el sector industrial. Un abaratamiento de las condiciones de financiación resulta clave, tanto para las familias hipotecadas o para las que buscan un préstamo como para las empresas que quieren invertir.
Los expertos coinciden: el BCE bajará los tipos de interés este jueves
“El Banco Central Europeo (BCE) ha vivido entre la esperanza y el miedo”, observa Kevin Thozet, experto de la gestora Carmignac. Esperanza de que el crecimiento del PIB repuntara por fin tras cinco trimestres consecutivos rondando el 0% —sobre todo en Alemania—, y temor de que las persistentes subidas de precios en los servicios limitara el ritmo de desinflación. “Ha ocurrido lo contrario”, resume el mismo experto.
“Por supuesto, es probable que el BCE mantenga su mensaje de un enfoque pragmático y gradual. La orientación es que las decisiones de política monetaria se adopten reunión a reunión [se celebran cada seis semanas], en función de la evolución del crecimiento y la inflación. Pero los mercados miran más allá y ya anticipan un recorte de tipos en cada reunión del Consejo de Gobierno hasta abril de 2025, y que el tipo de interés de la facilidad de depósito aterrice» en el 2% durante el verano del próximo año”, explica Thozet.
“Creemos que el BCE anunciará esta semana un recorte de 0,25 puntos de los tipos de interés debido a la atonía de la actividad económica y a la trayectoria más alentadora de la inflación. Aunque querrá mantener la flexibilidad sobre la futura trayectoria, esperamos que se anuncien nuevos recortes de 0,25 puntos en diciembre y enero, con lo que el tipo de la facilidad de depósito alcanzará una zona de aterrizaje en torno al 2% a finales de junio de 2025”, coincide Erick Muller, experto de otra gestora internacional, Muzinich & Co.
“Consideramos que tras el recorte de tipos de esta semana, los datos seguirán empujando al BCE a recortar en cada reunión hasta junio de 2025. Sin embargo, no creemos que estén listos aún para tomar o señalar tal decisión”, matiza Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa.
Sin duda, la amenaza de estancamiento de la actividad o, incluso, de recesión pesa sobre el BCE (España es una excepción, y lidera el crecimiento del PIB entre las grandes países de la UE). Pero es un riesgo que el organismo asumió en su agresiva lucha contra las subidas de precios, que precisamente ha consistido en ahogar la capacidad de compra de las familias y de inversión de las empresas para frenar la demanda y moderar así la inflación.
En la actas de la última reunión del Consejo del Gobierno de la institución. la de septiembre, queda claro que “los miembros [los gobernadores de los bancos centrales de cada país del euro y el comité ejecutivo que preside Christine Lagarde] siguen decididos a garantizar que la inflación vuelva a la meta de mediano plazo del 2% en el momento oportuno y que mantendrán los tipos de interés oficiales suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para alcanzar ese objetivo”.
“También seguirán aplicando un enfoque basado en los datos y reunión por reunión para determinar el nivel y la duración adecuados de la restricción”, continúa el documento. Con “restricción”, la jerga monetaria se refiere a que las condiciones de financiación dañen la demanda.
“No debería haber ningún compromiso previo respecto de una trayectoria de tipos determinada. Por consiguiente, es mejor mantener la plena opcionalidad durante el período venidero para tener libertad para responder a todos los datos que se vayan recibiendo”, explican las actas del BCE.