Qué países ganan y pierden con la caída del precio del petróleo
La bajada del precio del crudo está poniendo en jaque a compañías, mercados y países enteros. Los diferentes actores procesan de forma muy diferente el bajo precio del petróleo. En el caso de los países productores, algunos se benefician de las gangas del oro negro y para otros hace peligrar su economía. El pacto entre Arabia Saudí, Rusia, Venezuela y Catar, intenta frenar la desestabilización de algunos de estos países que comenzaban a ver peligrar su órdago de inundar los mercados de oro negro barato. Con todo, la falta de un acuerdo con Irán y Estados Unidos pone en entredicho la efectividad del pacto.
Los países que ganan
Arabia Saudí
Hay dos factores que hacen que Arabia Saudí resistiera con holgura la bajada del precio del crudo. Por una lado, llenar un barril le cuesta al régimen de Salman bin Abdulaziz 9,90 dólares, como apunta este gráfico de CNN Money, lo que le deja un amplio margen de beneficio. Riad lleva a cabo movimientos para diversificar su economía y además posee amplias reservas tanto de crudo como de divisas, y puede capear el temporal mientras el resto de competidores se debilitan. Así lo demuestra el hecho de que en los últimos meses haya ganado cuota de mercado a costa de otros países. No obstante, sus ingresos se han reducido tanto que marcaron un déficit del 15% del PIB y una deuda pública del 5,8%, situación inédita para el Gobierno saudí que ya ha aprobado un paquete de medidas de ajuste en el presupuesto, con incidencia especial en el gasto. Este desequilibrio en las cuentas puede haber decidido al país a dar por terminada la guerra por el petróleo barato.
Kuwait
Perteneciente al Consejo de Cooperación del Golfo, tiene unos costes de extracción aún inferiores a los de sus vecinos saudíes, sacando barriles por 8,5 dólares. Ante esta situación, no se conforman con los tres millones de barriles diarios que extraen y ya han anunciado un aumento de la producción en al menos 150.000 barriles más para este año. El objetivo de este movimiento es el de mantener su cuota de mercado, aunque sea a costa de bajar los precios.
Irán
El gigante petrolero que había estado dormido por las sanciones ha regresado y está dispuesto a volver a colocarse en primera fila. Bajo el yugo de las sanciones internacionales, Teherán acumuló su producción y ahora posee la cuarta mayor reserva mundial de crudo según datos de la OPEP y no tiene ninguna intención de ir despacio en su vuelta al mercado. Según anunció el Gobierno, la idea es aumentar la producción por lo pronto en 500.000 barriles más.
Los países que pierden
Estados Unidos
En el nuevo panorama del petróleo mundial Estados Unidos pierde su posición privilegiada. Precisamente, su liderazgo en el sector del fracking ha sido uno de los catalizadores para que los países tradicionales en producción de petróleo bajaran el precio como estrategia para sacar a estos nuevos actores del mercado. Son varias las compañías petroleras, como Samson Resources, que han quebrado o entrado en bancarrota a raíz de la bajada de precios y el parón de la inversión en el fracking. Reuters asegura que si se mantienen los precios del crudo actuales, el negocio del fracking se tendrá que enfrentar a bancarrotas y deudas casi inasumibles. Por el momento, de las 184 compañías energéticas que operaban en Dakota del Norte en 2014 siguieron en pie solo 64 al terminar el 2015, con más de 10.000 empleos perdidos.
Azerbaiyán
El país de Asia central es uno de lo más perjudicados por la depreciación del valor del crudo. Su Gobierno ya ha cerrado dos bancos y hecho una petición de crédito tanto al Fondo Monetario Internacional como al Banco Mundial que asciende a 4.000 millones de dólares. El motivo, la poca diversificación de su economía, muy dependiente de las exportaciones de petróleo y que unido a los costes de extracción dejan muy tocado el balance financiero azerí.
Nigeria
Al igual que Azerbaiyán, la economía líder africana ya ha solicitado tanto al Banco Mundial como al Banco de Desarrollo Africano 3.500 millones de dólares ante la insostenibilidad de la situación. Su economía, cuyo presupuesto de 2015 fue financiado prácticamente en su totalidad por la actividad petrolífera, está sufriendo las consecuencias de unos precios por los que no obtienen una rentabilidad adecuada.
Venezuela
En las últimas semanas el Gobierno venezolano se había reunido con representantes rusos y de la OPEP para intentar buscar un consenso que reduzca el nivel de producción de petróleo y así frenar la caída de precios hasta conseguir cerrar el pacto anunciado ayer. Venezuela produce 2,7 millones de barriles diarios frente a los cinco millones que preveían a estas alturas. A esto se suma que 600.000 barriles son enviados a China como parte de pago de la deuda adquirida con el gigante asiático.
Brasil
La situación brasileña es complicada, ya que hasta se planteó un rescate al gigante Petrobras, que se había visto salpicado por un escándalo de corrupción. El alto coste de extracción, derivado sobre todo de los yacimientos submarinos, hace que el precio actual sea insostenible de cara a obtener rentabilidad. Recientemente Dilma Rousseff tuvo que desmentir los fuertes rumores de subasta de la explotación de Petrobras, asegurando que “tiene fuerza para mantenerse”. Esto se contrapone a los movimientos de la compañía, que ha reducido sus inversiones en un 24,6% hasta 2019.
Kazajistán
En el informe lanzado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), las previsiones para los kazajos han sido muy pesimistas. Según el organismo, su producción se reducirá en 40.000 barriles diarios hasta situarse en el millón y medio de barriles durante 2016. Como en otros casos, la gran dependencia de su economía de las exportaciones petrolíferas le va a lastrar, y ya incluso el Banco Mundial le recomienda aprovechar la situación para diversificar y aplicar reformas en su economía.
México
El panorama petrolero mexicano presenta un futuro con más sombras que luces. La compañía Pemex tiene que lidiar con un alto nivel de deuda y el cambio de legislación en el país, que se ha abierto a la competencia en su mercado interno. A día de hoy, las opciones que se plantean para la petrolera pasan por una inyección de liquidez desde el Banco de México o recursos a través de Hacienda emitiendo deuda pública. Con un coste de producción situado en 29 dólares, el panorama petrolífero mexicano está cada vez más cuestionado.
Rusia
Moscú sufre algunas de las peores consecuencias de esta crisis lo que le ha llevado a firmar el pacto para congelar la producción. Al efecto de las sanciones internacionales sobre su economía, se le suma un déficit fiscal importante y unos precios del crudo que no les permiten ajustar su presupuesto, ya no solo para este año sino para los siguientes. Que más del 50% de sus ingresos provengan del petróleo no ayudan a mejorar sus perspectivas. Rosneft, la mayor compañía petrolífera rusa, ya ha declarado que el mercado actual “es idiota”.