Se acelera el cierre de la reforma de pensiones. El Ministerio de la Seguridad Social ha citado mañana viernes a los agentes sociales a una reunión de la mesa negociadora, que no se sienta desde hace meses. Tras muchos contactos bilaterales, la intención es tratar de consensuar por fin las medidas del último paquete de cambios de la reforma del Gobierno. Varias fuentes negociadoras son más optimistas sobre la posibilidad de un acuerdo político y social, al menos con los sindicatos, que semanas atrás.
La convocatoria se ha enviado esta mañana a los sindicatos y las patronales mayoritarias. Se ha fijado el viernes por la mañana a las 12.30h. Este jueves, Pepe Álvarez, líder de UGT, emplazaba al Ejecutivo a ir “a la mesa con ese tema bastante avanzado” y Carlos Bravo, secretario de Políticas Públicas y Protección Social de CCOO, también ha pedido al Gobierno la convocatoria de la mesa de diálogo “cuanto antes”, de manera inmediata, para intentar “cerrar un acuerdo”, apuntaba en otra rueda de prensa.
Así, frente a las críticas recientes de ambos sindicatos al Ministerio sobre el parón de la negociación sobre pensiones, ambos responsables de CCOO y UGT han destacado los trabajos de diálogo de manera bilateral con el departamento de José Luis Escrivá, que en paralelo está negociando también con la Comisión Europea y con varias formaciones políticas.
El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha afirmado que la cita con los agentes sociales “debe entenderse como que estamos prácticamente llegando ya a un acuerdo”. Su Ministerio ha estado abordando sus propuestas “en detalle” con Bruselas y en su departamento confían en que “valoren positivamente” los cambios. Eso sí, antes debe cerrarse del todo en España y la Comisión solo evaluará la legislación a posteriori, como parte de uno de los hitos del Plan de Recuperación.
Varias fuentes consultadas son optimistas sobre la posibilidad de cerrar por fin este acuerdo en breve, al menos con los sindicatos, dentro del Ejecutivo y con los socios de investidura. Los empresarios parece que no están en la disposición de pactar este último bloque por el aumento de las cotizaciones que supone.
No obstante, todas las voces consultadas insisten en la cautela porque aún el Gobierno debe poner sobre la mesa todos los detalles y la letra pequeña de la legislación y lograr el respaldo de todos los actores implicados y necesarios para que el texto llegue al BOE. Un ejercicio complejo, como se ha comprobado con el retraso de la reforma, que estaba comprometida en Bruselas para el pasado diciembre.
Consensuar el contenido final de la reforma
El cierre de la reforma debe concretar finalmente cómo quedan las medidas que, en principio, se prevén en este último bloque de cambios. Por un lado, el aumento de los ingresos de la Seguridad Social a través de dos vías: extender el mecanismo de equidad intergeneracional (MEI) y acabar con la exención de cotizar a los salarios más altos que hoy sitúan a España como uno de los países donde menos aportan las remuneraciones más elevadas.
Por otro lado, la ampliación de los años que se tienen en cuenta para el cálculo de la pensión, que Escrivá defiende como una medida más equitativa para las carreras laborales menos estables, pero que en Unidas Podemos y otros actores políticos y sindicales inquietaba por los casos en que la extensión conllevara una reducción de la pensión futura.
El ministro José Luis Escrivá ha destacado en sus últimas intervenciones su voluntad de lograr un consenso en este punto, por lo que todo indica que la Seguridad Social intentará presentar una propuesta sobre el cómputo que pueda contentar a sus socios de coalición y al resto de partes negociadoras.
Para ello, Escrivá además ya se abrió a incorporar más medidas en esta última fase que habían reclamado partidos y sindicatos, como la mejora de las pensiones mínimas, una propuesta más ambiciosa en la cotización de los salarios más altos (que se prevé en forma de una “cuota de solidaridad”) y de las lagunas en las carreras de cotización, entre otras iniciativas para amortiguar la brecha de género.
Este jueves, en CCOO insistían en dos ideas en las que el sindicato podría entrar a un acuerdo. Un paquete de medidas que “tiene que mejorar los ingresos”, apuntaba Carlos Bravo, y “también tiene que mejorar la protección social”. “Más ingresos y más protección, esa es la clave de un acuerdo en la segunda fase”, ha reiterado. Desde UGT, Pepe Álvarez advirtió la semana pasado que el sindicato necesita conocer la letra pequeña de la norma y todos sus detalles para analizar la reforma a nivel interno y comprobar si existe el respaldo de sus miembros.