El Gobierno ha destacado este viernes el aumento del riesgo de pobreza entre los mayores de 65 años, entre los que se encuentran muchos pensionistas, desde 2013. La tasa ha aumentado en 3,4 puntos porcentuales desde ese año, subraya en una nota el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, hasta llegar a un 14,8% en 2017, según la Encuesta de Condiciones de Vida correspondiente al año pasado, publicada este jueves por el INE.
Trabajo explica en un comunicado que la tasa de riesgo de pobreza de este colectivo (considerando el valor del alquiler imputado) ha pasado del 6,3% en 2016 a 8,9% en 2017. Considerar en el cálculo de la tasa de riesgo de pobreza el valor de la vivienda en la que reside el hogar, cuando esta es de su propiedad –algo habitual en los mayores de 65 años– o la tiene cedida gratuitamente, “hace que dicha tasa disminuya”, destaca el INE.
Además, el ministerio dirigido por Magdalena Valerio considera que los datos publicados por Eurostat que miden el riesgo de pobreza y exclusión mediante el indicador Arope “corroboran que las políticas de estabilización de las pensiones han intensificado el aumento de la tasa de pobreza en el colectivo de mayores”.
Menos tasa de pobreza, pero en aumento
Hay que decir que los mayores de 65 años son el colectivo que resulta mejor parado en estas estadísticas sobre riesgo de pobreza. Frente a una tasa del 8,9% para esta población, un 28,3% de los menores de 16 años se hallan en riesgo de pobreza (considerando el valor del alquiler imputado) y en el caso de los jóvenes entre 16 y 24 años, el porcentaje es del 27,1%. Sin embargo, la tasa se redujo en todos los grupos de edad el pasado año excepto entre la población de más de 65 años.
La población en riesgo de pobreza es un indicador relativo “que mide desigualdad”, como recuerda el INE. No mide pobreza absoluta, sino cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población.
Lo que ocurrió el pasado año es que ascendió el umbral de la pobreza, esa franja de ingresos bajo la cual una persona se halla en riesgo de pobreza. Este umbral se fija en el 60% de la mediana de la renta de la población. Al aumentar los ingresos del conjunto de la población, este umbral ha subido (en 320 euros para un hogar de una persona), y lo que ha ocurrido es que ha aumentado el número de pensionistas que se encuentran por debajo de este límite.
El Gobierno señala a las “políticas de estabilización de las pensiones” ya que los pensionistas han afrontado en los últimos años la semicongelación de sus ingresos vía pensiones, debido a las subidas del 0,25%. Con esta medida, sus prestaciones se han revalorizado menos de lo que aumentaron los salarios (0,5%).
Colectivo que “precisa una mayor protección”
Trabajo señala que a esta evolución negativa ha contribuido el hecho de que, durante la crisis, “han sido en muchos casos los pensionistas quienes han soportado la carga de la familia, dando cobertura a sus descendientes cuando se hallaban en situación de desempleo”.
“La salida de la crisis coincide, por tanto, con un aumento de la tasa de pobreza en el tramo de edad en el que se enmarcan los pensionistas, un colectivo especialmente vulnerable que precisa una mayor protección”, añade Trabajo.