El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, asume la cara oscura de la austeridad justo con un pie fuera del cargo. De Guindos ha remitido el Plan de Estabilidad Presupuestaria a Bruselas, en el que se explica la nueva senda fiscal y los nuevos objetivos de déficit para los próximos ejercicios. Después de asegurar como un mantra durante meses que las cuentas presentadas a la carrera en el verano pasado eran suficientes para cumplir con lo prometido a Bruselas en 2016, el Ejecutivo se ha caído del caballo y pone sobre el papel un nuevo compromiso algo más creíble aunque aún difícil de alcanzar. Así, ha negociado un déficit del 3,6% para este año, frente al 2,8% que marcaba el pacto con la Comisión Europea.
De Guindos, en una comparecencia en el Congreso de los Diputados, ha explicado que cumplir lo prometido supondría, “un esfuerzo que podría tener un impacto muy negativo para nuestro crecimiento” y ha insistido que no había que “perder bajo ninguna circunstancia” la recuperación conseguida hasta ahora. Este final de intervención, que tenía incluso tintes expansivos, ha sido recibida con un aplauso por los diputados del PP presentes en la Comisión de Economía del Congreso.
Según El País, el nuevo objetivo fue acordado ya con Bruselas en un encuentro del ministro de Economía, Luis de Guindos, con el comisario del ramo, Pierre Moscovici durante los encuentros de primavera del Banco Mundial y el FMI en Washington, pero la decisión definitiva aún no está tomada. Sin embargo, el vicepresidente de la Comisión Europea para el Euro y el Diálogo Social, Valdis Dombrovskis, subrayó en una inesperada, por no anunciada, rueda de prensa en Bruselas que no se ha tomado “ninguna decisión” sobre las medidas que aplicará después de que España haya vuelto a incumplir sus objetivos de reducción del déficit público, informa Efe.
El diputado del PSOE Pedro Saura ha replicado afeando al ministro que pese a estar en funciones haya marcado un nuevo objetivo de déficit sin consultar al Congreso, en el que el PP no tiene mayoría. Saura ha atribuido a la práctica del rodillo en la legislatura pasada la forma de actuar del ministro en funciones y ha lamentado que ese acuerdo tenga escasa legitimidad.
Alberto Montero, diputado de Podemos, insistió en la contradicción del Ejecutivo que no quiere comparecer en la Cámara para rendir cuentas porque se consideran en funciones pero que se “arrogan” potestades como la de negociar el déficit. Con todo, Montero se ha felicitado por que De Guindos haya reconocido tácitamente que “la austeridad no funciona” tal y como viene defendiendo su partido. Además, irónicamente le felicitó por haber alcanzado un acuerdo con Bruselas que venía recogido en el programa de su partido y que en campaña se había denostado.
Además, se ha incorporado también un elemento a las previsiones que hasta ahora no se valoraba. De Guindos ha reconocido que el contexto internacional ha frenado la economía, una de las razones que también adujo para no cumplir con el déficit pactado inicialmente. Aunque de forma generalizada en España solo se habla de que la incertidumbre política estaría lastrando el crecimiento, De Guindos se ha referido al contexto internacional para hablar de este frenazo que se sitúa en un crecimiento del 2,4% para 2017. Esto es lo que haría que en 2017 el agujero de las cuentas aún estaría en un 2,9%, un déficit al que por ahora no se le puede poner remedio ya que, asegura, como Gobierno en funciones no pueden tomar medidas para atajarlo.
Incumplimiento de la ley
Cabe destacar que incumpliendo lo marcado por la ley, De Guindos no ha remitido este plan a la Autoridad Fiscal Independiente, tal y como es preceptivo. Por lo tanto, la nueva senda fiscal no ha sido sometida a ningún tipo de fiscalización, ni de la Autoridad competente ni del Congreso. Tan solo ha pasado por el filtro de un Gobierno en retirada. El cambio en los tempos también llama la atención. Bruselas ya había asimilado hace meses que le tocaría rebajar el objetivo para España pero la postura oficial es que tendrían que llegar a este nuevo compromiso con el Gobierno que surja en los próximos meses, no con un Ejecutivo en funciones.
En la réplica, De Guindos ha asegurado que “la AIReF tiene todos los detalles del cuadro macroeconómico, se le mandó hace aproximadamente siete u ocho días, antes de lo estrictamente necesario”, refiriéndose a una hoja con los nuevos objetivos que también se distribuyó entre los diputados del Congreso.
El Gobierno del PP se quedará como el responsable de haber conseguido retrasar los objetivos de déficit, algo que apenas se ha defendido desde el Ejecutivo popular. En enero, Mariano Rajoy insinuó la posibilidad de flexibilizar el déficit, pero sin concretar en nada esta posibilidad y recordando que “hay que cumplir lo prometido”.
En este sentido, en la réplica, De Guindos ha insistido en que creía en los beneficios de reducir el déficit. El ministro se ha mostrado visiblemente enfadado en su segunda intervención con el portavoz de Ciudadanos, Toni Roldán, pero ha mantenido el tipo de con los diputados de Podemos e Izquierda Unida, Alberto Garzón.
En 2016 el Gobierno se había comprometido a alcanzar un 2,8% de déficit, algo imposible tras la desviación del déficit anunciada hace apenas 15 días por Cristóbal Montoro que situaba el tamaño del agujero del Estado en el equivalente a un 5% del PIB. En un primer momento, Montoro aseguró que no se moverían los objetivos de déficit del plan que se presenta hoy pero, finalmente, el Ejecutivo se ha decidido a cambiar su previsión a un más realista 3,6%. Con todo, esta cifra siga estando muy por encima de las previsiones de los organismos nacionales e internacionales, que sitúan el tamaño del déficit en un 4% para este ejercicio.
De Guindos ha explicado en el Congreso que se alcanzará el 3,6% gracias al improvisado recorte de 2.000 millones de euros anunciado el pasado viernes en Consejo de Ministros por Montoro, y por la obligación de congelar el gasto que Hacienda ha remitido a las comunidades autónomas. Así, las comunidades tendrían que ajustarse el cinturón el equivalente a otros 2.000 millones de euros (otras dos décimas) para cumplir con la nueva cifra. El ministro, sin embargo, no ha hablado de ninguna medida ad hoc para la Seguridad Social, una de las partidas que más se ha desviado de sus objetivos y que más impacta en las cuentas públicas.
Las nuevas cifras sitúan la previsión del déficit ocho décimas por encima para 2016 y 1,5 puntos para el año que viene. La previsión de la tasa de paro para este año sube dos décimas y se sitúa en el 19,9%, mientras que para 2017 sube tres décimas al 17,9%. Por su parte, la deuda pública, que cerró 2015 en el 99,2% del PIB, se quedará en el 99,1% este año y el 99% en 2017, de acuerdo con el nuevo cuadro macro.