El salario mínimo subirá 15 euros mensuales desde este mes de septiembre. Ahora sí, el Gobierno ha alcanzado un acuerdo con los sindicatos mayoritarios para aumentar el SMI un 1,6% hasta los 965 euros al mes en 14 pagas. El alza de los salarios más bajos será aprobada sin el respaldo de las patronales de empresarios, que se han negado en redondo a cualquier incremento este 2021. Superadas las tensiones en la coalición de gobierno en este tema, que ha habido hasta el último momento, el Ejecutivo dará luz verde a la subida para los últimos cuatro meses del año, con efectos retroactivos desde el 1 de septiembre. La medida se calcula que beneficiará de manera directa a unos 1,5 millones de trabajadores.
Este jueves ha sido convulso. Comenzaba el día con la noticia de la Cadena Ser sobre que daba por hecho el acuerdo entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos para subir el salario mínimo, que más tarde ha sido desmentido en una rueda de prensa el líder de CCOO, Unai Sordo. Fuentes del Ministerio de Trabajo también explicaban que aún no había un pacto al respecto, aunque se estaba tratando de ultimar.
¿Qué faltaba? El Ejecutivo ya había solventado sus diferencias internas sobre la cuantía de la subida, de 15 euros, tras una negociación entre el alza que defendía la vicepresidenta Nadia Calviño (12 euros) y la que proponía el Ministerio de Trabajo, más elevada y que en los últimos días se situaba en esos 15 euros. Se trataba de un aumento moderado, en línea con el aumento salarial pactada en los convenios colectivos (1,5%), y que se correspondía a la senda intermedia que recomendó el comité de expertos al Gobierno en el camino para situar el SMI en el 60% del salario medio al final de la legislatura, un compromiso del acuerdo de coalición. El grupo de especialistas elaboró varios escenarios de subida, con una horquilla de 12 euros a 19 euros mensuales.
Pero esos 15 euros no eran suficientes para alcanzar un pacto con los sindicatos. Una vez que los empresarios se anclaron al 'no' a cualquier subida, por pequeña que fuera, y que la negociación se había extendido a la recta final del año (con un aumento de los precios alrededor del 3%), los representantes mayoritario de los trabajadores pedían más.
CCOO y UGT reclamaron al Ejecutivo que, si el incremento del salario mínimo para lo que restaba de 2021 no compensaba el crecimiento de los precios, fuera acompañado de un compromiso de situarlo en los 1.000 euros en 2022. En los últimos días, este ha sido el principal escollo: qué compromiso de subida fijar para 2022 para poder sumar a los sindicatos al acuerdo sin dejar a los empresarios fuera de esta decisión, que se negocia tradicionalmente en el mes de diciembre.
El “fleco” de 2022 ha seguido coleando hasta este jueves y durante todo el día. En este debate, las diferencias en el seno del Ejecutivo han vuelto a relucir. Mientras que Trabajo y los sindicatos estaban de acuerdo en plasmar por escrito que el Gobierno se comprometía a elevar el SMI en 2022 en la línea de la recomendación del comité de expertos, este texto no salía adelante a la espera de la luz verde de la parte socialista, según fuentes conocedoras de la negociación.
Finalmente, el acuerdo contempla este compromiso para el año próximo. No concreta una cifra de subida para el próximo año, pero sí la intención de continuar el aumento según lo recomendado por los especialistas para llegar a la meta de 2023. En el escenario intermedio de los expertos, se plasmaba un aumento del SMI de 15 euros en 2021 y de 31 en 2022, hasta los 996 euros al mes.
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha celebrado el acuerdo: “Vale la pena por ese millón y medio de trabajadores [que cobran el SMI]. Esta subida les va a ayudar a mejorar su vida”, ha defendido en una entrevista en el Canal 24 horas de TVE. La también ministra de Trabajo ha criticado a la patronal por su actitud en el diálogo social: “Lamento mucho y me apena que la CEOE no haya negociado. Entró pidiendo cero y salió pidiendo cero. Hemos cedido todas las partes y creo que esto es lo que quiere nuestro país”, ha señalado. No obstante, ha asegurado que “hubo diálogo social del bueno” y ha agradecido la disposición de los sindicatos CCOO y UGT a negociar.
Díaz ha evitado concretar si el salario mínimo subirá a mil euros en 2022. Ante las preguntas del periodista al respecto, se ha limitado a responder: “Vamos a cumplir con la senda que los expertos y expertas han determinado” para alcanzar el 60% del salario medio en 2023. “El salario mínimo es bueno para la economía en general y es el salario que llega a las tiendas de nuestros barrios, a las cafeterías de nuestros barrios, a las peluquerías de nuestros barrios...”, ha valorado la vicepresidenta.
CCOO y UGT también han valorado positivamente el acuerdo. “Con esta nueva subida, la segunda desde el inicio de la legislatura, el Gobierno y los sindicatos avanzan en el compromiso para que el SMI, mediante su progresiva revisión en 2022 y 2023, alcance el 60% del salario medio antes del fin de la legislatura, tal y como determina la Carta Social Europea suscrita por España”, han destacado las dos centrales sindicales y el Ministerio de Trabajo en un comunicado conjunto.
Una de las primeras peleas internas del curso
El incremento del SMI ha sido, junto con el precio de la luz, la primera gran batalla de la coalición este trimestre. Lo que parecía un camino expedito dada la orden de Pedro Sánchez de subirlo de forma “inmediata”, que dejó clara nada más comenzar el curso político en su alocución ante sindicatos y una nutrida representación del Ibex-35, se le ha atragantado al Gobierno más de lo esperado.
La parte socialista del gabinete se impuso a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a principios de 2021 en la decisión de congelar el salario mínimo en 950 euros bajo la premisa de esperar a la evolución de la economía. Pero el mensaje que traslada ahora Moncloa es que los datos acompañan en una recuperación que se esfuerza en asegurar que será “justa” y alcanzará a toda la sociedad. Un enfoque radicalmente distinto al de la crisis financiera de 2008 con el PP en el poder. Por eso, una de las primeras decisiones que Sánchez quería adoptar este curso en esa dirección era la subida de los salarios más bajos, que es una prerrogativa que compete al Ejecutivo.
El “deseo” era subir el SMI en el marco del diálogo social, como viene logrando el Gobierno con la mayoría de medidas laborales que ha tomado y muestran numerosas fotos con los sindicatos y, más destacable, la patronal a su lado. Pero el Ejecutivo asumió que esta vez no sería tan fácil. Algunas fuentes gubernamentales consultadas aseguran que los empresarios están bajo importantes presiones políticas. Por eso la decisión en esta ocasión fue incrementar el SMI con o sin acuerdo de la patronal.
Los tiras y aflojas en este asunto llevan meses y, más centrados en los detalles, desde que el propio Sánchez pronunció su discurso el 1 de septiembre. A la salida del acto en la Casa de América, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ya abordó el asunto con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, que es el encargado de coordinar la actuación del Gobierno.
Cuando la negociación en el diálogo social continuaba, con pocos visos de prosperar con las patronales, intervino la vicepresidenta Nadia Calviño para situar el incremento del SMI para octubre. El Ministerio de Trabajo estaba planteando a los agentes sociales en la mesa de diálogo el alza desde el 1 de septiembre, lo que se interpretó como un intento de la responsable económica de intervenir en las conversaciones.
Dado que las patronales no salían del 'no' a la subida en 2021, sin ninguna manera de que se movieran de su posición, el Gobierno tuvo que decidir qué hacer: pactar el incremento con los sindicatos o aprobarlo en solitario. Yolanda Díaz se plantó esta semana y evidenció públicamente las diferencias en el seno de la coalición. Su voluntad era pactar con los sindicatos, pero dejó la pelota sobre el tejado de Pedro Sánchez ante la falta de entendimiento entre las áreas económicas del Ejecutivo. Los sindicatos, por su parte, reclamaban un incremento de entre 25 y 30 euros para este año y, en caso de ser inferior, que hubiera un compromiso para las subidas de los próximos años.
Tras una intensa negociación dentro del Ejecutivo, los últimos escollos se han salvado al filo de las 21 horas. La previsión es que el Consejo de Ministros apruebe el decreto de subida del SMI el próximo martes, aunque esta vez no habrá foto con los agentes sociales por el descuelgue de la patronal. En la agenda, mientras tanto, están las nuevas reuniones para retomar las negociaciones de la reforma laboral, las pensiones y los ERTE. En el Ejecutivo son conscientes de que las tensiones se van a repetir y de que cada vez será más difícil alcanzar acuerdos con los empresarios.