El nuevo sistema de cotización de los autónomos parece que no podrá arrancar en enero de 2022, como el Gobierno había previsto. Es lo que trasladó ayer martes el Ministerio de la Seguridad Social a los agentes sociales y las principales organizaciones de autónomos, según varias fuentes. El motivo que alegó el Ministerio son las “dificultades técnicas” para poner en marcha la nueva herramienta de cotización, que la Seguridad Social trabaja con Hacienda. Ahora el debate, aún muy abierto, es cuándo podría ponerse en marcha el nuevo sistema de cotización para los trabajadores por cuenta propia, con la posibilidad incluso de que se posponga a enero de 2023.
La fecha de inicio en enero de 2023 no está tomada, coinciden varias fuentes de la negociación, que reiteran que la negociación “todavía está muy abierta”. En la actualidad, los autónomos eligen por cuánto cotizar y la inmensa mayoría (el 86%) lo hace por el mínimo posible. El Gobierno afronta ahora la tarea de adaptar el sistema, para que los autónomos coticen en función de sus ingresos reales, un compromiso del Ejecutivo de coalición pero también una recomendación de la comisión del Pacto de Toledo.
Sobre el papel, la propuesta del Ministerio sigue siendo aprobar el nuevo mecanismo de cotización de los autónomos para que esté listo en 2022 y se sigue planteando que en ese año arranquen nuevas obligaciones de comunicación de los trabajadores por cuenta propia, para adaptar su cotización a los ingresos. Pero, lo que trasladó ayer el Ministerio a los agentes sociales, es la “dificultad técnica” de arrancar efectivamente el nuevo mecanismo de recaudación en enero de 2022, por lo que planteó que “a efectos económicos” seguramente deba iniciarse más tarde.
¿Más tarde cuándo? He ahí la cuestión. Cuestión en la que hay muchos intereses cruzados. Hay partes, como los sindicatos y la organización UATAE, que han planteado desde el inicio su interés en que este sistema de cotización por ingresos comience lo antes posible. Con este mecanismo, los autónomos con ingresos más bajos cotizarán menos mientras que los que ganan más aportarán más a las arcas de la Seguridad Social. Según ha afirmado el ministro José Luis Escrivá, a raíz de las primeras proyecciones de la Seguridad Social, con la cotización por ingresos reales cotizarán lo mismo o menos el 70% de los trabajadores.
Por otro lado, están los interesados en que el nuevo sistema de cotización se posponga en el tiempo, sobre todo ahora, con la crisis derivada de la pandemia de coronavirus. Aquí se sitúan las patronales de empresarios y la organización de autónomos ATA (también parte de CEOE). La organización UPTA, vinculada a UGT, parece tener una postura más intermedia. Ve con buenos ojos que el inicio de la cotización por ingresos se produzca en 2023, pero rechaza la aplicación gradual en nueve años, que también se planteó ayer por parte del Ministerio. “No deben pasar más de tres años”, apuntó el dirigente de UPTA, Eduardo Abad.
Varias fuentes consultadas coinciden en que “no hay nada cerrado” y que en las próximas negociaciones se tendrá que aclarar tanto la letra pequeña del nuevo sistema de cotización como cuándo se pondría en marcha. El Ministerio ya ha comunicado que su idea es que se produzca una implantación “gradual”, en varios años que ahora deben concretarse, y que se aplique en función de diferentes tramos de renta, que también se tienen que acordar.
elDiario.es ha consultado al Ministerio de Seguridad Social, que rechaza hacer declaraciones al respecto dado que la negociación aún está en marcha.