El ministro de Consumo, Alberto Garzón, se propone regular las denominadas cajas de recompensas de los videojuegos, también conocidas como cajas botín o “loot boxes”: paquetes virtuales con los que los usuarios (a menudo, menores de edad) pagan pequeñas cantidades de dinero por un premio aleatorio en un videojuego, usualmente a través del teléfono móvil.
Fuentes al tanto de la medida indican que el Ministerio de Consumo se ha propuesto regular estos incentivos como ya han hecho otros países como Bélgica y Francia, con el objetivo de prevenir la ludopatía entre los menores de edad.
La lógica que maneja el ministerio es que, en la práctica, estos instrumentos, muy utilizados por la industria del videojuego para fidelizar al usuario mediante el desbloqueo de logros que permiten avanzar en el desarrollo de la partida, equivalen a un juego de azar y pueden incitar a comportamientos de consumo compulsivos asociados al azar, similares a los de una máquina tragaperra.
Esto puede suponer una nueva puerta de entrada al consumo de juegos de azar por parte de niños y adolescentes, muchas veces con el desconocimiento de madres y padres, que ignoran que el videojuego (que en principio suele ser gratuito) incorpora ese tipo de dinámicas nocivas.
Los “loot boxes”, que se enmarcan en la filosofía pay-to-win, se han convertido en una mina de oro para el sector de los videojuegos, cuya industria en España facturó en 2018, según la Asociación Española de Videojuegos (AEVI), 1.530 millones de euros, casi el triple que la industria del cine (585 millones).
Estas cajas de recompensas permiten al usuario conseguir un equipo mejor, un arma más potente o subir de nivel antes, siempre que pague. Y llevan tiempo en el punto de mira de los Gobiernos. En noviembre de 2018, 16 reguladores europeos del juego (entre ellos el de España) ya pusieron sobre la mesa la necesidad de crear una regulación específica para los videojuegos sociales tipo casino y los que incluyan loot boxes (cajas botín) y ventas de skins (trajes, camuflajes para armas, empuñaduras y demás objetos para dar a los personajes aspecto único dentro del juego).
A finales de 2018, el neuropsicólogo Álvaro Bilbao, autor de El cerebro de los niños explicado a los padres (Plataforma Editorial), explicaba así a eldiario.es la mecánica de estos incentivos: “Todos esos estímulos activan el sistema de recompensa del cerebro, llamado núcleo accumbens. Consiguen que pongamos toda la atención en la actividad que los genera para poder volver a obtenerlos”. “Cuanto más pequeño es el niño más sensible es a este tipo de estímulos, que son muy adictivos incluso para adultos”, añadía.
Si el desarrollador del juego quiere valerse de los principios del refuerzo y la conducta adictiva, “lo que hará será ofrecer muchas recompensas al principio, en forma de monedas fáciles de conseguir, puntos o trofeos. Sin embargo, a medida que progresas estos estímulos se van dando de manera no contingente. Qué significa no contingente: algunas veces ganas, otras pierdes, y no hay manera de predecirlo”, explicaba.
Garzón comparece este viernes por primera vez en el Congreso de los Diputados para explicar las líneas generales de la política de su departamento, unos días después de presentar el borrador de real decreto para regular la publicidad del juego online que estaba pendiente de desarrollo desde la aprobación de la Ley del Juego de 2011.
Consumo trabaja con un plan integral para abordar la problemática ocasionada por el juego en España y del que el Real Decreto de comunicaciones comerciales de las actividades del juego es un “primer paso” en el que por primera vez se crea un marco regulatorio de la publicidad de apuestas.