CaixaBank-Bankia, Banco Santander, Banco Sabadell, BBVA y, presumiblemente, Unicaja-Liberbank. Todos han anunciado —o se les espera— recortes de plantilla para las próximas semanas y meses con el objetivo de reducir costes y, argumentan, adaptarse a las tendencias digitales y de menor uso de las sucursales. Sin embargo, ya en lo que va de año se ha producido un ajuste de 2.280 puestos de trabajo en España en las entidades citadas, pese a que en el sector no había procesos de ERE abiertos en 2020.
Este recorte de plantilla ha ido acompañado también del cierre de sucursales bancarias durante el periodo entre enero y septiembre, según los datos que figuran en los informes financieros de estas entidades presentados durante los últimos días. En concreto, en nueve meses han echado el cierre 854 oficinas en España, sumando los datos de los ocho bancos cotizados en España —los siete anteriormente citados más Bankinter—.
Es decir, pese a no estar abiertos algunos de los grandes ajustes del año pasado —el de Santander se cerró en marzo de este año— los bancos han seguido reduciendo el número de empleados y la red de oficinas, lo que los supervisores han dado a llamar el “exceso de capacidad” del sistema financiero. “Eliminar el exceso de capacidad es todavía más importante que antes”, llegó a asegurar Luis de Guindos, vicepresidente del BCE en una conferencia en Madrid el mes pasado. El anuncio de los nuevos procesos conocidos durante la pasada semana, hacen pensar que esta cifra de 2.280 bajas se va a multiplicar de manera significativa a corto y medio plazo.
El banco que ha hecho un mayor ajuste de plantilla en lo que va de año es BBVA. La entidad presidida por Carlos Torres ha reducido entre enero y septiembre en 808 el número de empleados en España, según los datos que figuran en el informe financiero del tercer trimestre de este año. La cifra es todavía mayor si se tiene en cuenta a todos los países donde participa el grupo y asciende hasta las 2.863 personas. En segundo lugar aparece Banco Santander, que hasta septiembre había reducido en 577 el número de empleados que tenía a cierre de 2019 en España. Teniendo en cuenta todas las filiales, el descenso fue de 3.841. Los datos en España de la entidad que preside Ana Botín todavía se ven afectados por el ERE presentado en 2019 que se dio por cerrado en marzo de este año.
En cuanto al resto de bancos, destaca Unicaja, que fue el tercer grupo que más redujo su plantilla, con 470 empleados menos que a 31 de diciembre del año pasado, quedándose con 6.249 trabajadores. Sabadell terminó septiembre con 219 empleados menos respecto al inicio del año; CaixaBank recortó su plantilla en 119 personas; Bankia, en 79; y Liberbank en 46. En el caso de esta última, su ajuste de costes laborales este año iba a producirse mediante una rebaja salarial para toda la plantilla, pero fue tumbada por la Audiencia Nacional este otoño tras los recursos de los sindicatos, que no veían suficientemente justificada la medida. Bankinter es una excepción, puesto que comparando la plantilla a 30 de septiembre con la que había a 31 de diciembre, aparece un ligero incremento de 35 empleados.
En cuanto a las sucursales, de las 854 cerradas en nueve meses, 260 corresponden a CaixaBank, que es la entidad con mayor número de cierres. Le siguen Bankia, con 148 menos; Sabadell, con 143; Santander, con 125 y BBVA con 121. Unicaja suma 31 cierres, seis han clausurado en la red de Liberbank y Bankinter cierra el periodo con la misma red que un año antes.
2020 no es una excepción en lo que está siendo el sector financiero desde la pasada crisis financiera, donde año tras año se ha recortado la plantilla. De hecho, pese a la entidad de las cifras, es un ritmo inferior al del año pasado y al que se prevé para el próximo. El curso 2019 estuvo marcado por los ERE de Santander, tras consolidar a Popular, y CaixaBank, sumando más de 5.000 salidas. Los casi 2.300 empleados de banca que han salido durante este año se suman a los 103.500 puestos de trabajo que se han recortado en el sector desde la anterior crisis. Además, las 800 oficinas que han cerrado durante estos meses se suman a las 22.061 que han desaparecido en España entre 2008 y 2019, casi la mitad de las que había antes del estallido de la burbuja. Ningún otro país ha cerrado tantas.
Los ERE que están por venir
La urgencia de la baja rentabilidad, que viene de lejos pero se ha agravado con la crisis del coronavirus, ha llevado a los supervisores a incentivar las fusiones entre bancos para lograr reducir costes mediante la eliminación de duplicidades. Por el momento se ha acordado la fusión de Bankia y CaixaBank y se está en negociación entre Liberbank y Unicaja. Por ello, para la próxima primavera, cuando se cumpla la absorción de la entidad rescatada, se producirá uno de los ERE de mayor tamaño que se espera, por las grandes duplicidades que tienen ambos bancos. Si la otra operación llega a buen puerto, también se producirá otro recorte, aunque de menor tamaño al ser dos entidades que apenas coinciden en el territorio.
Sin embargo, los bancos que, por ahora, no están participando en estos acuerdos de fusiones ya han avanzado sus planes para los próximos meses en cuanto a gestión de costes que incluyen importantes recortes de plantilla. El primero en anunciarlo fue el Banco Santander, en la presentación de resultados de la pasada semana. La entidad que preside Ana Botín acometerá en dos años un recorte de 1.000 millones de euros de gastos en todas sus filiales europeas, incluida España, aunque no avanzó a cuántos empleados les afectará este ajuste. Tampoco lo hicieron este martes en la primera reunión con los sindicatos y se espera que aporte estos datos en la segunda reunión, de este viernes, según informaron los representantes sindicales. Algunas informaciones publicadas en medios apuntan a una cifra que rondaría los 3.000 empleados, una cantidad similar a la del ERE realizado hace apenas un año.
El segundo recorte en conocerse fue el de Banco Sabadell. Es uno de los nombres que ha figurado en las quinielas del sector para participar en la próxima operación que se produzca, aunque por el momento no se ha concretado ninguna negociación, pese a que la entidad dice estar abierta a oportunidades. Mientras, prepara un ajuste que afectará a 1.800 empleados, según trasladó en una reunión con los sindicatos celebrada este lunes, según informaron éstos en distintos comunicados. No será mediante un ERE, sino a través de un plan de prejubilaciones y bajas incentivadas.
BBVA, por su parte, es una entidad que no ha realizado grandes ERE en los últimos años, sino que ha apostado por ir haciendo reducciones continuadas en la plantilla. El consejero delegado del grupo, Onur Genç, aseguró que se trata de una “gestión dinámica” de la plantilla para adaptarla a las nuevas necesidades del grupo, cada vez más digitales. Este año han salido más de 800 personas y se avanzó en una rueda de prensa para presentar los resultados que para el próximo año se prevé una cifra similar o, incluso, una “aceleración” en las salidas.
Fuera de los ocho bancos cotizados se encuentra Ibercaja, aunque sí figura en la lista de entidades que han contactado con los sindicatos para realizar un recorte de plantilla. El grupo aragonés tenía abierto un plan de ajuste de empleo a comienzo de año, pero cuando estalló la crisis del coronavirus lo dejó apartado a la espera de conocer la envergadura del impacto de la pandemia. El pasado viernes, los sindicatos avanzaron tras una reunión con la entidad que la dirección tenía previsto retomar estos planes para los próximos meses. Según informó este martes CCOO en un comunicado, el ERE que pone sobre la mesa el grupo aragonés afecta a 790 empleados (15% de la plantilla) y 220 oficinas (el 21% del total de la red comercial).
Santander, Sabadell e Ibercaja han citado a lo largo de la semana a los sindicatos para nuevas reuniones para abordar los recortes de plantilla.