Soplan vientos de cola para la banca. Los resultados son históricos, la rentabilidad se recupera, suben los tipos de interés, se incrementa el precio de los préstamos y, por todo ello, se aumenta el valor en Bolsa. Un año después del comienzo de la guerra en Ucrania, los bancos pueden decir que su valoración en el mercado es muy superior. El cambio económico que aceleró el conflicto, que provocó un aumento de los precios y, con ello, la vuelta a una política monetaria restrictiva tras más de una década han provocado un aumento del valor de los bancos españoles. Las seis entidades del Ibex valen hoy 24.000 millones más que cuando Putin comenzó la invasión de Ucrania.
En concreto, Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja suman una capitalización bursátil de 147.150 millones de euros. Esta valoración es un 20% más alta que la que tenían estos bancos el 24 de febrero de 2021. No se puede concluir que los bancos hayan ganado valor por la guerra, de hecho ha sido un tema de preocupación para muchas de estas entidades y los supervisores por los problemas que puedan generar en la economía y, por lo tanto, en su actividad. Sin embargo, algunos de los impactos económicos indirectos han favorecido la mejora de sus resultados financieros y bursátiles.
Antes de 2022, la banca española perdía peso en la Bolsa. Cotizaban a la baja, arrastrando importantes problemas de rentabilidad. Los tipos de referencia, como el euríbor, seguían una tendencia a la baja y terminaban aquel año en su mínimo histórico, más de medio punto negativo. El acelerón de los precios de la energía comenzó a provocar problemas en la inflación, que se aceleraron con la guerra de Ucrania, las consiguientes sanciones a Rusia y los problemas de abastecimientos en determinados alimentos como los cereales. Esta situación generó un cambio de perspectivas para la economía y la proyección de una posible vuelta a las subidas de tipos de interés elevó el euríbor, que volvió a estar en positivo en la primavera del año pasado. En aquel 24 de febrero se situaba en el -0,323% y hoy ronda el 3,5%.
El terreno de juego había cambiado para los bancos y los inversores volvieron a los valores que habían abandonado en otro momento. Una muestra del furor que han tenido en los últimos meses lo ejemplifica Goldman Sachs. Fondos del gigante estadounidense hicieron una apuesta financiera relámpago que durante unos días les convirtieron en los principales accionistas de BBVA y Santander, los dos grandes bancos españoles.
Los analistas han situado en los últimos meses a los bancos españoles entre los valores con mayor recorrido al alza y con recomendaciones de compra. Los datos del conjunto del año pasado mostraban el avance de los bancos en Bolsa. Tres de los cinco valores que más crecieron fueron entidades financieras: CaixaBank, Sabadell y Bankinter. Esto se mantiene también en lo que va de ejercicio de 2022, con Sabadell, Santander y BBVA entre los que más se han revalorizado. Incluso en los últimos meses ha habido una nueva incorporación bancaria en el Ibex 35, con Unicaja.
Sabadell esquivó por poco las pérdidas durante la pandemia y sufrió el revés de la frustrada operación de fusión con BBVA. Sin embargo, cerró un 2022 como la empresa del Ibex 35 que más subió en Bolsa y sigue liderando este año este ranking. Es el banco que más ha aumentado su valor con el cambio de ciclo acelerado por la guerra de Ucrania. Desde entonces ha crecido más de un 52%. O lo que es lo mismo, 2.300 millones más.
Unicaja, el sexto banco del Ibex, ha superado los 3.000 millones de valor en Bolsa. Su fuerte crecimiento en los últimos meses le ha dado entrada al selectivo bursátil español, valiendo casi 800 millones más. No en vano, desde que arrancara la crisis en Ucrania, el incremento es del 33%. Un poco por encima del de Bankinter, un 26% más, quedando en 5.800 millones de euros.
El Estado también saca un rédito indirecto de esta subida de la banca en Bolsa. Su participada CaixaBank vale hoy en torno a un 26% más que lo que valía el 24 de febrero de 2022. Sin embargo, la ganancia del valor de la participación del FROB en la entidad catalana es algo mayor, ya que ha aumentado su peso en el accionariado tras la última reducción de capital que ha ejecutado el banco. CaixaBank vale hoy más de 30.000 millones de euros, casi 6.200 millones más, y ya se encuentra entre las cinco compañías españolas cotizadas más valiosas.
La cuarta y la tercera posición de esa clasificación la ocupan las otras dos entidades españolas: BBVA y Santander, respectivamente. Ambas se han beneficiado en menor medida de la subida de los tipos de interés en Europa y eso hizo que durante el año pasado fueran las que menos crecieron en el mercado. Buena parte de su beneficio vienen de otras geografías como México o Brasil, con inercias diferentes a las que se viven actualmente en España, mientras que los otros grandes bancos españoles son eminentemente nacionales. Pese a ello, se anotan un aumento desde entonces de casi el 13% en el caso de el Santander y del 20% en el del BBVA. Ambas han acelerado sus subidas en lo que va de 2023, con un crecimiento de más del 25%, hasta los 59.000 y 42.000 millones, respectivamente.
Estas variaciones tienen en cuenta el valor de estas entidades en el mercado, no del precio por acción. Tanto BBVA, como Santander o CaixaBank realizaron el año pasado recompras de acciones que se han traducido en una retirada de las mismas de la cotización. Al haber menos títulos negociándose, el valor de cada uno ha aumentado. El precio de la acción ha crecido, por tanto, más que el valor conjunto de las entidades.
Los bancos expresaron como uno de sus argumentos en contra del impuesto extraordinario al sector por los beneficios añadidos por la subida de tipos de interés, que iba a afectar a los inversores. El argumento era que un aumento de la fiscalidad redundaría en menor rentabilidad y, por tanto, menor valor en Bolsa. Si bien es cierto que en el momento del anuncio varias entidades vieron caer sus acciones, la situación se ha más que compensado durante estos meses.
Lluvia de dividendos
Los bancos han logrado, hasta el momento, beneficiarse del cambio de política monetaria sin sufrir algunos de los posibles efectos secundarios. Las hipotecas variables, mayoritarias en España, han comenzado a revalorizarse y lo seguirán haciendo durante los próximos meses, lo que redundaría todavía en un aumento de los ingresos. Sin embargo, todavía no se han comenzado a remunerar los depósitos, lo que reduciría los márgenes de los bancos, ni se ha apreciado un aumento de la morosidad por la menor renta disponible de los hogares.
Esto ha llevado a cosechar unos beneficios históricos en la banca de más de 20.500 millones de euros en 2022. Grupos como BBVA, Bankinter o Santander han anunciado el mayor beneficio de su historia. Con ello, los bancos han acelerado sus políticas de dividendo y han abierto más el grifo. Serán más de 9.300 millones de euros los que van a llegar a los bolsillos de los inversores en los próximos meses, ya sea mediante pagos en efectivo o con nuevas recompras de acciones. El año anterior fueron 7.600 millones de euros.
Un año después del inicio del conflicto en el Este de Europa, el panorama es muy distinto para los bancos. Beneficios históricos, mejora de la rentabilidad, aumento significativo de los ingresos y un valor en Bolsa que no deja de aumentar. La única chincheta que a día de hoy está en el camino de los bancos —a falta de saber si finalmente un empeoramiento de la economía afectará a la morosidad— es el impuesto español a los ingresos extraordinarios. Y, para retirarla de su recorrido hacia este contexto más favorable, los bancos ya han abierto su batalla judicial contra el nuevo tributo. Tras las patronales, Bankinter, Sabadell, Abanca o Kutxabank, a las que se unirán otros nombres en los próximos días, han recurrido ya en los tribunales el cambio fiscal.
Mientras tanto, esta semana ya han tenido que hacer el primero de los pagos, equivalente al 50%. Según el Ministerio de Hacienda, son 637 millones de euros lo que ya han pagado, acercándose al objetivo que se marcó la norma de llegar a los 1.300 millones de euros al cabo del ejercicio.