Este miércoles 30 de noviembre el grupo sueco Hennes & Mauritz (H&M) cierra su año fiscal. Lo hará con las dudas que se ciernen sobre el consumo por el impacto de la inflación en las semanas más importantes del año para el comercio. También, con nubarrones generados en los últimos meses sobre la sostenibilidad de sus prendas, en concreto, sobre aquellas que comercializa con la etiqueta de tener un menor impacto medioambiental.
El último nubarrón le ha llegado de Estados Unidos. Un grupo de consumidores ha presentado una demanda ante los tribunales de Misuri. Se consideran perjudicados por haber comprado productos que H&M comercializa bajo la etiqueta Conscious Choice, con precios de venta más altos pero, según la empresa, con menor huella medioambiental.
En la demanda, los consumidores ponen el foco en las prendas fabricadas con poliéster procedente reciclado de plásticos. En concreto, aquellas que se hacen a través de botellas de polietileno (PET). Un método de reciclaje del que se obtienen fibras aptas para uso textil y que, aseguran en la demanda, “es problemático” en tres sentidos.
Fibras textiles hechas con botellas de plástico
Por un lado, argumentan que reciclar las botellas de plástico para hacer prendas textiles aboca a que estas sean de menos calidad y no puedan recuperarse después de su uso, como sí sucede con otro tipo de fibras recicladas y reciclables, por lo que esas prendas acaban directamente en vertederos. En cambio, si esas botellas PET se reciclan para mantener su función como plástico, sí tienen varias vidas.
También, porque esa competencia generada por el uso de estos plásticos es medioambientalmente dañina en sí. “Los materiales deben reutilizarse y reciclarse de igual a igual para evitar el desperdicio y la basura innecesaria. (...) En otras palabras, la ropa debe convertirse en ropa nueva, y los envases, en envases”, afirman en su demanda.
Y, por último, indican que ese uso de plástico para la moda no “reduce el desprendimiento de microplásticos” que acaban en los océanos, el aire o los alimentos, enumeran.
Bajo esas premisas, señalan que la colección Conscious Choice de H&M contiene un mayor porcentaje de fibras sintéticas que la colección principal, porque estas proceden en mayor medida del reciclaje de este tipo poliéster PET. “Este material no hace que el producto sea más sostenible y respetuoso con el medioambiente”. Este, en cambio, es el mensaje que la empresa traslada a los consumidores y por lo que los demandantes se decantaron por su compra.
A partir de ahora habrá que ver si esa demanda se convierte en una acción colectiva y si de ahí deviene o no que los jueces establezcan que hay un engaño o un perjuicio para los consumidores. También, si deriva en algún tipo de compensación a los demandantes. La compañía no ha contestado a las preguntas de elDiario.es sobre la demanda presentada en Misuri y sobre si afecta a su política de sostenibilidad.
La información de sus etiquetas
Esta acción en los tribunales llega después de que el medio estadounidense Quartz publicase en primavera que las puntuaciones de sostenibilidad de las prendas que la marca sueca coloca en sus prendas pueden resultar engañosas.
En Europa, la Autoridad de Consumo de Noruega (NCA en sus siglas en inglés) también ha apuntado en esa dirección. En este caso no es un asunto que afecte solo a H&M, también al fabricante de prendas de montaña Norrøna.
Ambas compañías han utilizado el Higg Materials Sustainability Index (Higg MSI) desarrollado por Sustainable Apparel Coalition (SAC) para comparar el impacto medioambiental del algodón orgánico de sus prendas respecto a un algodón al uso. Clasificación que desglosa datos en función de cuatro categorías: calentamiento global, uso de combustibles fósiles, consumo de agua y contaminación del agua.
“La NCA ha concluido que Norrøna ha comercializado sus productos con afirmaciones sobre impacto medioambiental que pueden ser engañosas para los consumidores”, explica en su informe sobre la compañía de prendas de abrigo.
“La documentación que nos ha proporcionado Norrøna no constituye evidencia suficiente sobre la reducción del impacto medioambiental a través del uso del índice Higg MSI”, que se construye sobre datos promedio, no sobre el impacto de un producto en concreto. Por eso, esta autoridad nórdica pidió a Norrøna que prescindiera del empleo de este índice.
H&M está vinculada a estas apreciaciones sobre la marca de ropa de montaña porque así lo cita la propia NCA. Argumentar que también H&M emplea este índice Higg MSI. “Pedimos a H&M que se familiarice con la carta enviada a Norrøna y los motivos en los que se fundamentan nuestras conclusiones” que, asume, solo tienen aplicación dentro del territorio noruego.
La multinacional textil explica en su web por qué usa este índice y argumenta sobre su fiabilidad. El objetivo de este “es ayudar a las marcas y a los minoristas a compartir parte de esta información con los clientes”, afirma.
“Todos los datos de impacto ambiental generados por el MSI y mostrados en los productos se verifican de forma independiente y todos los productos que muestran los Perfiles de Sostenibilidad del Índice de Higg pasan por un riguroso proceso de verificación de terceros”, indica la también dueña de marcas como Coss o & Other Stories, entre otras.