Estados Unidos ha logrado contactar al fin con el español José Luis Casero, al que el regulador bursátil de ese país, la Securities Exchange Commission (SEC), reclama unos 1,8 millones de euros por lucrarse usando información privilegiada cuando trabajaba en Goldman Sachs, el gigante neoyorquino de la banca de inversión.
Tras meses enviándole mails sin respuesta, el pasado 11 de noviembre la SEC recibió un correo electrónico de Casero. “El demandado preguntó qué se requería de él” y dejó claro “que no tiene fondos para un abogado”, señala un escrito que acaba de publicar el organismo.
El 14 de noviembre, la SEC remitió a Casero una traducción de la documentación del procedimiento abierto contra él. El español confirmó la recepción del email ese mismo día. El 1 de diciembre, se le hizo llegar documentación adicional.
Una vez confirmada su recepción, la SEC insiste en que va a continuar “los esfuerzos para localizar una vivienda o domicilio profesional del demandado”, de la mano de “las Autoridades españolas y/o la Oficina de Litigación Extranjera”, una entidad que depende del Departamento de Justicia de EEUU. Si estas gestiones no dan resultado, la SEC estudiará utilizar “medios alternativos”.
Casero ha dado señales de vida un año después de que la SEC pidiera auxilio al Ministerio de Justicia español para localizarle y tras poner el asunto en manos de la citada oficina de Litigios Extranjeros, con oficinas en Panamá, Londres y Roma.
El supervisor bursátil estadounidense lleva tiempo tras este granadino, al que demandó en septiembre de 2021 por vía civil ante la Corte de Distrito de Nueva York. Le acusó de embolsarse ilegalmente “al menos” 471.725 dólares, cerca de 450.000 euros, usando información privilegiada a la que había tenido acceso trabajando en Goldman Sachs en Varsovia (Polonia).
Casero se había incorporado a esa entidad estadounidense en septiembre de 2019, con 33 años, como analista Senior en la División de Compliance, hasta que dimitió el 27 de mayo de 2021, un día después de mantener una entrevista con los responsables del banco sobre ciertas operaciones sospechosas.
Según la SEC, desde septiembre de 2020 hasta su salida del banco, “abusó de su posición de confianza” aprovechándose de “información sensible relativa a al menos 45 fusiones y adquisiciones, ofertas públicas de adquisición, operaciones de financiación y otros acontecimientos corporativos significativos en los que estaban implicados clientes y/o posibles clientes de Goldman Sachs”.
El español trabajaba en la Sala de Control del banco de inversión en la capital polaca, una de las ocho de Goldman en todo el mundo. Formaba parte del equipo responsable de monitorizar el flujo de información confidencial entre la pata de banca de inversión de la entidad y sus divisiones de ventas, trading, investigación o gestión de inversiones. Su misión era asegurarse de que los empleados de Goldman Sachs no negociaban con información confidencial. Pero supuestamente la utilizó en beneficio propio.
Según la SEC, utilizó cuatro cuentas bancarias a nombre de sus padres en corredurías estadounidenses de bolsa con las que realizó supuestamente las operaciones ilegales con compraventas de títulos de compañías de la Bolsa de Nueva York o el índice tecnológico NASDAQ. Alternaba operaciones entre una cuenta y otra “para evitar ser detectado”. Pero le acabaron pillando.
Joseph Sansone, jefe de la Unidad de Abuso de Mercado de la SEC, acusó a Casero al anunciarse la denuncia de “graves violaciones de las obligaciones de un profesional del Cumplimiento” al “explotar la información sensible que le pagaban por proteger”. “Condenamos este comportamiento atroz”, dijo por su parte Goldman.
Los padres de Casero, que inicialmente figuraban en el proceso como “acusados nominales”, acordaron reintegrar el dinero de esas cuentas ante el juez, según se recoge en la resolución judicial de abril de 2022.
El regulador bursátil ya había logrado para entonces una orden para congelar activos del español, “incluyendo ciertas cuentas que utilizó para llevar a cabo su esquema”. El 7 de abril de 2022, la Corte neoyorquina le condenó a devolver esos 471.725,65 dólares y otros 14.330,89 dólares en intereses. Y como reclamaba la SEC, le exigió la máxima multa posible, del triple de la ganancia ilícita obtenida: otros 1.415.176,95 dólares.
El juez estadounidense adoptó esa decisión dado que “operó ilegalmente en múltiples ocasiones y de forma recurrente, abusó de su posición de confianza como analista de cumplimiento, ha demostrado un alto grado de intencionalidad y no ha comparecido para defenderse de los cargos”.
Silencio hasta ahora
El español, que ya en 2021 no se personó para recoger la documentación del proceso judicial, no compareció ante la Justicia de EEUU. Y la SEC no había tenido noticias de él hasta hace unos días.
Casero ha enviado ese mail después de que el organismo iniciase en septiembre de 2022 un procedimiento administrativo para darle la oportunidad de defenderse en una audiencia pública, responder a las acusaciones y plantear “acciones de remedio”. Para comunicarle la incoación del expediente, la SEC primero envió una notificación a través de Fedex a su último domicilio conocido en Granada; luego se puso en contacto con Luis Ras, un abogado en Nueva York que representó a sus padres en el caso en EEUU.
También probó con mensajes enviados a hasta cuatro direcciones de correo electrónico vinculadas a él. En octubre de 2022 cursó una petición al Gobierno español amparándose en un convenio relativo a la obtención de pruebas en el extranjero en materia civil o mercantil suscrito en La Haya en 1970 y que España ratificó en 1976.
El 14 de junio el departamento que entonces dirigía Pilar Llop comunicó a la SEC que había intentado dar con Casero a través de sus últimas direcciones conocidas en España, con dos tentativas en abril y mayo. En el segundo intento, según la SEC, “un vecino contó al funcionario que la familia del demandado todavía vivía en su último domicilio conocido. Sin embargo, el vecino también dijo que el demandado se había mudado al extranjero” y no ofreció más información al respecto.
En septiembre, la SEC facilitó al Ministerio de Justicia español una copia del DNI de Casero y le solicitó “una búsqueda de propiedades a su nombre, en un intento por localizar al demandado”. El 10 de octubre las autoridades españolas informaron de que su búsqueda no había dado resultado. Solo ahora, Casero ha dado señales de vida desde un paradero desconocido.
Su actividad en redes sociales se ha quedado congelada en enero de 2019, poco antes de incorporarse a su puesto en Goldman Sachs. En su Facebook se puede ver el rastro de visitas a lo largo de los años a países como Suiza, Dinamarca, Polonia o Croacia.
El granadino, un joven cualquiera, aparece posando ante un majestuoso lago en el Parque nacional polaco de Tatra, frente a la mezquita de Córdoba, los Acantilados de Moher en Irlanda o en Praga. Eso fue pocos meses antes de ingresar en Goldman Sachs, en el puesto que luego le ha llevado a enfrentar graves acusaciones y una reclamación millonaria desde el otro lado del charco.