El Ministerio de Hacienda aprovechó los últimos días de 2012 para hacer balance de la evolución del juego online, una de las actividades recientemente reguladas en España y que previsiblemente va a suponer una fuente de pingües beneficios para las arcas del Estado.
Desde junio, cuando las apuestas online dejaron de ser ilegales en España, los internautas han gastado en este tipo de juegos alrededor de 2.354 millones de euros, según los datos publicados la pasada semana por la Dirección General de Ordenación del Juego. Esa cifra podría superar en 2013 los 5.000 millones de euros si se cumplen las estimaciones del Ministerio encabezado por Cristóbal Montoro.
En total, en España operan con licencia 53 empresas que ofrecen juegos y apuestas online, compañías entre las que están cadenas de televisión como Antena 3 o Telecinco, grupos de comunicación como Unidad Editorial o las grandes multinacionales del juego online como Bwin o 888.
Pero más allá de los grandes números, el Ministerio de Hacienda ha tratado de dibujar un perfil sobre quién apuesta online en España, cuánto gasta, en qué tipo de páginas web y si considera que se trata de una actividad lo suficientemente regulada y segura. Para hacerlo, puso en marcha a finales de octubre una encuesta entre más de 1.000 internautas.
El estudio, realizado por la consultora TNS, pone de relieve cómo, a pesar de la crisis, quienes juegan en la red gastan de media 51,2 euros semanales en póker online; 35,7 euros en casinos o 23,5 euros en el portal de Loterías y Apuestas del Estado. De hecho, el 69% de los encuestados reconoce ser usuario habitual de la web de la Lotería estatal, mientras un 38% frecuenta las web de póker.
Los hombres universitarios apuestan más
Con esta encuesta, la Dirección General de Ordenación de Juego ha tratado de poner rostro al apostante online. Así, según puso de relieve en su último informe oficial publicado la pasada semana, en España ya hay más de 997.000 apostantes registrados y la gran mayoría son hombres. En concreto, el 68% de los encuestados son varones, con una edad media de 37 años.
El porcentaje más alto de mujeres se da en el bingo online, donde representan el 44% de los usuarios, mientras en las apuestas deportivas sólo son el 22%. El perfil del jugador online demuestra que la mayoría de apostantes (el 67%) tiene actualmente trabajo, aunque un 19% reconoce estar en paro. Además, el 45% de los apostantes tiene estudios universitarios.
Aunque el juego online no era legal en España hasta junio, la gran mayoría de los internautas reconoce que lleva jugando en la red entre dos y tres años (el 36%) o incluso más de cuatro años (el 22%), porcentajes que ponen de relieve cómo la actividad de las apuestas a través de internet hace tiempo que está consolidada en España, aunque fuese al margen de los cauces legales.
La encuesta, denominada Observatorio del Juego Online en España, también indica algunos de los problemas vinculados al juego a esta actividad. Por ejemplo, el 49% de los apostantes reconoce que en ocasiones “ha vuelto a jugar para recuperar el dinero perdido”, o el 17% asume que esta actividad le ha causado “problemas de salud, como estrés o ansiedad”. Además, el 27% señala abiertamente que en determinados momentos “ha jugado más dinero del que se podía permitir” y el 24% “siente que puede llegar a tener un problema”.
En este sentido, el desconocimiento de la regulación entre los apostantes queda patente, ya que el 78% asume que, en caso de incidencia, no sabe a qué organismo debe dirigir sus quejas.
140 millones para Hacienda
Cuando en junio entró en vigor la regulación, el Ministerio de Hacienda quiso ser precavido. Sus estimaciones auguraban que los ingresos fiscales a través del impuesto sobre el juego online alcanzarían, como mínimo, los 70 millones de euros y, como máximo, los 160. Finalmente, se ha acercado a sus previsiones más optimistas, ya que en la segunda mitad de 2012 habrá ingresado por este concepto 140 millones de euros. Los tipos impositivos para este tipo de actividad en la red alcanzan un máximo del 25% que se aplica, por ejemplo, a los ingresos netos de las apuestas deportivas de contrapartida, las que se realizan en portales de apuestas como Bwin.
Hay que recordar que algunas de las empresas que operan actualmente con licencia en España ya lo hacían cuando esta actividad no era legal y que, algunas de ellas, tienen su sede en paraísos fiscales como Gibraltar o Malta. Por ello, algunos de estos operadores debieron pasar por la Agencia Tributaria para ponerse al día. Gracias a esta regularización, en 2011, se cuantificaron ingresos por juego online por valor de 60 millones de euros.
Al margen de los ingresos fiscales, otro de los objetivos que se plantearon con la regulación del juego online era el control de las operaciones para evitar el blanqueo de dinero. Por ejemplo, se fijó un límite para los depósitos de los jugadores: 600 euros como tope para el importe diario; 1.500 euros semanales y un límite de 3.000 euros mensuales. Además, estos depósitos deben gestionarse desde una cuenta bancaria dentro de territorio español. Según el último informe publicado por la Dirección General de Ordenación del Juego, en España hay alrededor de 100 millones de euros en depósitos realizados por los jugadores online.
En cuanto operaciones irregulares, la dirección dependiente de Hacienda asume que en los últimos meses ha abierto 16 expedientes sancionadores a empresas que han operado de forma irregular (tres ya han sido clausuradas), cuyas multas pueden alcanzar un máximo de 50 millones de euros, aunque no especifica si ya ha impuesto alguna sanción de este tipo.
Si se cumplen los objetivos de Hacienda para el año recién estrenado, el juego online alcanzará en España un volumen de ingresos superior a los 5.000 millones de euros, una cifra que queda muy lejos de la registrada en otros países vecinos. Por ejemplo, esta actividad movió en 2011 en el Reino Unido más de 16.200 millones de euros, mientras que en Francia e Italia rondó en cada uno los 10.000 millones. Esas cifras no parecen alcanzables a corto plazo y podrían acelerar la creación de un mercado común europeo de apuestas online con el simple objetivo de que, a más jugadores, más apuestas y mayores ingresos fiscales.