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Holanda cede y permite una respuesta económica de la UE ante el coronavirus

EFE

Bruselas —

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Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) fueron finalmente capaces de acordar este jueves una serie de medidas económicas ante la pandemia del coronavirus por valor de medio billón de euros, después de que Holanda aceptara suavizar las condiciones de acceso al fondo de rescate de la eurozona.

En cualquier caso, y como era previsible, entre las iniciativas pactadas no figura la emisión de deuda conjunta por parte de los países del euro mediante los llamados “coronabonos”, un instrumento que de salir adelante en el futuro serviría para financiar la recuperación económica después del COVID-19.

Tras un primer intento fallido del Eurogrupo, que comenzó el martes y se prolongó durante dieciséis horas hasta la mañana del miércoles, los ministros de la eurozona, acompañados por los del resto de la UE, lograron el acuerdo ayer noche.

El consenso fue posible gracias a la mediación de París y Berlín y tras intensos contactos bilaterales que retrasaron el reinicio de la cita hasta las 21:30 horas (19:30 GMT), cuando se puso sobre la mesa un borrador respaldado por Francia, Alemania, España, Italia, Holanda y el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno.

Se habían limado las diferencias entre La Haya y Roma en lo referente al fondo de rescate.

LAS AYUDAS DEL FONDO DE RESCATE

El acuerdo contempla una línea de crédito del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate, con 240.000 millones de euros en préstamos.

El último escollo para el pacto eran las condiciones para acceder a esos créditos, ya que Holanda seguía reclamando que se impusieran a los beneficiarios ajustes y reformas estructurales, lo cual constituía una línea roja para España e Italia.

El resto de países coincidían con Madrid y Roma en que no tenía sentido imponer condiciones como las de los rescates financieros, al tratarse de una crisis de la que ningún Estado es responsable.

Finalmente el acuerdo fija como condiciones para acceder a la línea -que podrá prestar a cada país hasta el 2 % de su producto interior bruto (PIB)- que los fondos se destinen a gastos sanitarios, directos o indirectos, por el coronavirus. Una vez que la crisis del COVID-19 finalice, los Estados deberán fortalecer sus finanzas en línea con las normas económicas de la UE, como las relacionadas con el control del déficit y la deuda.

El ministro neerlandés de Finanzas, Wopke Hoekstra, ya dejó claro en Twitter, tras la reunión, que si se usan los fondos para “apoyo económico”, no para gasto sanitario, será “con condiciones”.

“Todos consiguieron algo. Italia y sus aliados obtuvieron una condicionalidad muy suave y Holanda logró que el uso (de la línea de crédito) esté muy restringido”, explica a Efe Grégory Claeys, investigador del centro de estudios Bruegel, en referencia a que el empleo del MEDE con condiciones más ligeras solo podrá cubrir gastos sanitarios.

Añade que incluso con las condiciones suavizadas, el acceso al préstamo todavía requerirá que todos los países que aportan dinero al fondo de rescate, los diecinueve socios de la eurozona, lo aprueben por unanimidad.

Así, si un Estado solicita el crédito, Parlamentos como el alemán, holandés o finlandés deberán dar su visto bueno.

De todas formas, Claeys duda de que los países quieran pedir ayuda al Mecanismo Europeo de Estabilidad por el “elevado coste político” que supone, pues acarrea el estigma de los rescates concedidos a Grecia o el sector bancario español durante la anterior crisis financiera.

“Creo que todo el mundo sabe que esta herramienta es útil desde el punto de vista simbólico, pero no la necesitamos, así que básicamente, quizá por ese motivo, lograron un acuerdo”, constata el analista de Bruegel, quien insiste en que usar el MEDE es “tóxico”.

UN ÉXITO CON MATICES

Junto a la línea de crédito del MEDE, los ministros dieron luz verde a un fondo del Banco Europeo de Inversiones con hasta 200.000 millones de euros en créditos para empresas, y un fondo temporal contra el paro con 100.000 millones para ayudas al empleo.

En general, Claeys apunta que tener un acuerdo “ya es un éxito”, pues éste no se podía dar por hecho, si bien reconoce que, al mirar los detalles, se siente “un poco más decepcionado”, ya que las medidas aprobadas se limitan a proporcionar préstamos.

“Lo que acordaron es bastante pequeño, quizá marginal, no muy significativo, pero se le da la bienvenida en tanto que supone un acuerdo”, expone.

¿UN FUTURO CON CORONABONOS?

El Eurogrupo también decidió trabajar en un fondo de recuperación temporal cuyo montante no precisó, pero dejó en manos de los jefes de Estado y de Gobierno la decisión sobre “sus fuentes de financiación y sobre instrumentos financieros innovadores”.

Ahí podría entrar en juego la emisión de deuda conjunta mediante coronabonos, como defienden España, Italia o Francia. No obstante, Alemania, Austria, Países Bajos y Finlandia rechazan esa opción.

“Creemos que este concepto no ayudará a Europa y a Holanda en el largo plazo”, advirtió en Twitter el titular holandés de Finanzas.

Mientras, Centeno dijo en la rueda de prensa posterior a la reunión que “algunos Estados miembros” creen que el fondo de recuperación debería financiarse “con la emisión de deuda común”.

“Otros Estados dicen que hay que encontrar alternativas”, completó el político.

Desde el centro Bruegel, Claeys considera que los ministros han pasado “la patata caliente” sobre la financiación de ese fondo a los jefes de Estado y de Gobierno, que deberán abordar la cuestión en una cumbre europea el 23 de abril.

No obstante, reconoce que es una parte “interesante” del acuerdo, pese a la falta de detalles.

Preguntado directamente por los coronabonos, admite que “por el momento” no se necesitan, porque el Banco Central Europeo (BCE) ya se encarga de ayudar a los países para que puedan financiarse por sí mismos.

“No es una cuestión inmediata. Creo que el problema puede llegar el año que viene o cuando la crisis haya terminado y empecemos con la recuperación y nos demos cuenta de que hay muchos países con un alto porcentaje de deuda respecto al PIB”, argumenta.

En cualquier caso, afirma que es “un poco extremo decir que el futuro de la UE esté en juego” si no hay coronabonos.

Por Julio Gálvez