“Todo está en los Simpson”. Esta frase se ha convertido ya en una suerte de lema generacional, por la que por obra y gracia de un poco de imaginación se puede identificar cualquier faceta vital con algún capítulo de la serie de Fox. El caso más reciente, el del episodio 17º de la undécima temporada de la serie en el que se avanza la llegada a la presidencia de Donald Trump. Casi 16 años después de su emisión, Trump tomaba posesión como máximo mandatario estadounidense.
Haciendo otros paralelismos con los avatares de Los Simpson, pocas cuestiones de esta ficción se alejan de la realidad. El portal estadounidense Vox hizo un análisis demostrando el encaje de Homer en la clase media estadounidense, pero la amplia vida laboral del padre de los Simpson se puede tomar también como espejo para analizar el estereotipo laboral de un trabajador medio español.
El CV de Homer Simpson: temporal y precario
Si hay un puesto de trabajo que ha caracterizado a Homer Simpson a lo largo sus 28 temporadas en antena ha sido el de técnico en la planta nuclear de Springfield propiedad de Montgomery Burns. Pero no ha sido el único. A lo largo de la serie el padre Simpson ejerce de teleoperador, mayordomo, alcalde, chófer, detective y así hasta unos 200 empleos.
Lo primero que salta a la vista es la cantidad de puestos que ha ejercido Homer, un fenómeno poco ajeno a los trabajadores españoles. La precariedad laboral es uno de los peores puntos del empleo en España, especialmente por la preponderancia de los contratos temporales frente a los indefinidos. La Comisión Europea criticó recientemente el uso “generalizado” de los contratos temporales en España, por sus efectos negativos para la productividad y porque están asociados al riesgo de pobreza.
Los últimos datos de paro registrado certificaron que los contratos temporales arrasaron a los indefinidos en febrero. Solo el 10,4% de los casi millón y medio de contratos formalizados el mes pasado fueron indefinidos.
Además, muchas de las ocupaciones de Homer, como cuando ejerce de niñero o árbitro, son con jornadas parciales. Y precisamente este es otro de los factores que más afectan a la precariedad laboral. En el caso de España, febrero dejó jornadas parciales en el 29,9% de los nuevos contratos firmados. También en el caso de los indefinidos la jornada parcial gana terreno: en febrero, de los 151.072 contratos estables, 91.245 fueron a tiempo completo y unos 60.000 a tiempo parcial.
Homer, Marge y la brecha de género
Las diferencias entre la vida laboral de Homer y la de Marge Simpson son abismales en un reflejo de lo que ha sido y en gran parte sigue siendo la sociedad actual. Mientras el currículum de Homer lo componen decenas de empleos, el de Marge apenas supera la decena de trabajos fuera de su habitual dedicación a las tareas del hogar y el cuidado de Bart, Lisa y sobre todo Maggie.
En España la situación no dista de lo que ocurre en la familia Simpson. Un estudio realizado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) profundizó en las diferencias de género en el reparto de las tareas domésticas. Según el informe, las mujeres dedican una media de dos horas más al día a las tareas domésticas que los hombres. La participación del género masculino en el hogar ha aumentado, pero dista de alcanzar la igualdad real.
Marge, habitualmente desempleada pero ocupada con las tareas domésticas por las que no percibe ninguna remuneración, se sitúa como uno de los ejemplos que explican las diferencias salariales entre hombres y mujeres. En España, prácticamente el 70% de las horas que se dedicaron al trabajo doméstico sin sueldo a cambio lo realizaron mujeres.
En el capítulo siete de la cuarta temporada de la serie, Marge entra a trabajar como técnica en la planta nuclear de Springfield, uno de los numerosos empleos que realiza Homer. Pero el salario por ese mismo puesto no sería igual en España para cada uno de los personajes. Un informe de UGT lanzado con motivo de Día de la Igualdad Salarial señala que la brecha se ha ampliado en 2014 un 0,7% respecto a los últimos datos de 2010. De hecho, en los últimos 20 años el salario de las mujeres aumentó en 9,6 euros, nada en comparación a los 247,6 euros que creció el de los hombres.
Educación y empleo
La educación nunca fue el fuerte de Homer Simpson. Su titulación oficial equivaldría a la secundaria española, aunque en alguna temporada hace incursiones en la universidad e incluso obtiene un título universitario con métodos difusos. En España el perfil del padre del clan Simpson tendría un panorama poco halagüeño por delante. Así lo demuestran las estadísticas del INE que señalan la influencia del nivel educativo en el empleo. Las últimas cifras oficiales, de 2015, muestran que en esa franja educativa el paro es del 19,2%.
Marge Simpson lo tendría algo peor en el mercado laboral español. Con su nivel de estudios, igual al de Homer, la tasa de paro de las mujeres con su misma educación es del 24,3%, cinco puntos superior al de los hombres en otra muestra más de la brecha de género que azota el ámbito laboral.
Si aceptáramos la titulación universitaria de Homer como válida, esa que obtiene con las trampas de sus amigos ‘empollones’ que hackean sus resultados para aprobar el suspenso inicial, su situación en España sería mejor. La tasa de paro entre los titulados superiores es del 11,3% entre los hombres. La brecha de género vuelve a mostrar la desigualdad existente con un desempleo del 15% entre las mujeres.