“Tax the rich”. Es uno de los lemas más emblemáticos de los últimos años, en los que el 1% de la población concentra gran parte de la riqueza del planeta. En el caso de la UE, el 0,5% de los más ricos tienen el 20% de la riqueza y en España esa cifra es de una cuarta parte. Esa situación de desigualdad ha llevado al grupo de Los Verdes en la Eurocámara (The Greens/EFA) a elaborar un informe en el que concluyen que cobrar un impuesto a esas grandes fortunas tendría un impacto de 213.000 millones de euros en las arcas de los 27.
La elaboración del informe ha tenido como inspiración el gravamen temporal a los ricos impuesto por el Gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez. Los ratios a los que se aplica señalan que esa tasa afecta al 0,5% de la población española. A partir de ahí han hecho una extrapolación de lo que supondría una imposición de entre el 1,7% y el 3,5% al 0,5% de la población más rica de cada Estado miembro.
“Gravar a quienes se encuentran en la parte superior de la distribución de la riqueza a una tasa moderada es justificable desde una perspectiva social y ética. Mientras que la mitad de la población de los Estados miembros de la UE posee solo el 3,5% de la riqueza total, el 0,5% más rico posee el 19,7% de la riqueza total, y ha aumentado su fortuna (ajustada a la inflación) en un 35% en los últimos 10 años”, explican Los Verdes en su informe.
En Irlanda el impuesto a los ricos empezaría a recaudarse a partir de los 4,6 millones de euros, que es donde se encuentra el umbral del 0,5%. Le seguirían Francia (3,6) y Alemania (3,2). En el lado opuesto de la tabla se encuentran Polonia (749.441 euros) y Croacia (888.130 euros). Alemania sería el país con el que más se recaudaría con el gravamen (65.128 millones de euros); y después, Francia (46.126 millones).
En el caso de España, el informe presenta una disparidad en las cifras respecto al impuesto a los ricos que se puso en marcha con carácter temporal con motivo de la crisis de la guerra en Ucrania. Así, apunta a que se aplicaría a las fortunas de más de 2,89 millones de euros con una recaudación total de 19.691 millones de euros frente a los 1.500 millones estimados por Hacienda. La explicación de los redactores [página 83 del informe] es que el estudio “no otorga ninguna exención para clases de activos específicas” y que toman como base para la proyección bases de datos distintas.
“Un impuesto sobre el patrimonio que sea progresivo podría dar a los presupuestos nacionales el impulso que necesitan. Y esto es lo que plantea este estudio. Así como una batería de propuestas de redistribución de esa riqueza en sectores donde hay déficit”, señala el eurodiputado de Los Verdes Ernest Urtasun sobre algunas de las propuestas que plantea el texto, como el incremento en un 39% del presupuesto para educación o costear el 83% de las medidas extraordinarias puestas en marcha en la crisis energética.
“La desigualdad seguirá creciendo mientras no hagamos nada al respecto”, afirma Urtasun, que apunta a que “el primer paso es la transparencia: ahora mismo, los gobiernos desconocen el alcance de la riqueza de su ciudadanía. Sectores muy ricos de la sociedad, corruptos y delincuentes llevan demasiado tiempo ocultando su riqueza en paraísos fiscales a través de empresas offshore. La Unión Europa debe abordar las lagunas jurídicas que permiten ocultar su actividad y riqueza. Es posible tener una sociedad más justa e igualitaria que funcione para todos, sin olvidar la lucha contra la crisis climática. Pero ese futuro debe empezar con medidas específicas y que son esenciales, como este impuesto progresivo sobre el patrimonio”.
El planteamiento del impuesto a los ricos tiene, además, un prisma de género dado que “de las diez personas más acaudaladas son hombres y, en promedio, los hombres poseen un 50% más de riqueza que las mujeres”, según los datos de Oxfam International y Forbes. “Dado que en los países europeos los ingresos por el trabajo casi siempre se gravan con una tasa mayor que los ingresos por el patrimonio, las mujeres y las personas racializadas soportan una carga fiscal más alta, a pesar de que sus condiciones económicas son menos favorables. Por lo tanto, gravar a los ricos es una forma de abordar las desigualdades superpuestas, asignar una mayor responsabilidad financiera a quienes son más capaces de soportarla y aliviar la carga de quienes se enfrentan a mayores dificultades”, argumenta el informe.
Los Verdes también se rebelan contra uno de los argumentos que desde los círculos más conservadores tradicionalmente se esgrimen contra la imposición a los poderosos: que supondría una fuga de las fortunas. “Una forma sencilla de limitar las respuestas migratorias dentro de la UE es la implementación colectiva de un impuesto sobre el patrimonio en todos los Estados miembros. Implementar el impuesto a nivel de la UE sería una forma aún más efectiva de descartar respuestas migratorias dentro de la UE y restringir las oportunidades de las personas para ocultar su patrimonio en otros Estados miembros”, explican. Así, estiman que la huida a otros territorios sería del 3,2%. La recaudación alcanzaría 208.500 millones de euros.
Como complemento al gravamen, el grupo ecologista considera que se debe plantar batalla a la evasión de los “superricos” a paraísos fiscales como las Islas Bermudas, Caimán o Vírgenes Británicas en las que se pierden 59.500 millones. Así, el cálculo es que con el impuesto a los ricos y la lucha contra el fraude los 27 recaudarían 272.700 millones de euros, cerca del 1,73% del PIB que, en otros términos, equivaldría a “un talón de 1.083 euros a todo hogar europeo”.
Por países, Irlanda y Alemania son los que más fugas tienen (aunque el informe señala que el primer caso puede ser porque los dueños son, en última instancia, extranjeros). En España, el cálculo es que se van a paraísos fiscales 1.494 millones de euros.