Las trabajadoras de las 79 tiendas que Inditex cerrará en España antes de abril han recibido con sorpresa la lista de vacantes para su reubicación. El pasado mes de octubre, la compañía textil y los sindicatos CCOO y UGT llegaron a un acuerdo para mantener el empleo y ofrecer puestos nuevos a todos los afectados. El documento, celebrado por las tres entidades, establece que Inditex ofrecerá puestos en tiendas cercanas de la misma cadena. Pero se guarda la posibilidad de “adaptar” las jornadas y horarios a las necesidades de la tienda de destino. Y eso es lo que está haciendo.
Empleadas y sindicatos minoritarios a nivel estatal pero representativos en distintas provincias denuncian un patrón: las vacantes ofertadas son de menos horas (y menos sueldo), menor responsabilidad, peores horarios (siempre de tarde y con varios cierres semanales) o con contratos fijos discontinuos, para trabajar solo unos meses al año. “Lo que te ofrecen es tan malo que te invitan a marchar”, lamenta una trabajadora de Euskadi. “Creemos que quieren quitarse de encima a gente que lleva muchos años y cobra antigüedades. Es un ERE encubierto”.
Las reubicaciones afectan a 818 empleados. Eso sin contar los cierres que habrá en las cadenas Uterqüe, Zara Home y Kiddy's Class, no incluidas en la lista de cierres a la que ha accedido elDiario.es. Inditex no ha respondido a dos solicitudes de información de este diario.
Los sindicatos ELA, de Euskadi, la Confederación Intersindical Gallega (CIG), de Galicia y CGT, mayoritaria en algunas cadenas del grupo y provincias sostienen el mismo argumento. “El acuerdo que firmaron solo favorece a la empresa, porque le permite hacer lo que le dé la gana. Pretenden reubicar a trabajadoras que llevan muchos años con condiciones muy ínfimas al resto. No estamos dispuestas a tolerarlo”, incide Carminha Naveiro, secretaria de acción sindical del CIG, presidenta del comité de Zara en A Coruña y dependienta en tienda. “Con el cierre de Uterqüe en Santiago estuvimos tres días en huelga”.
Este diario ha accedido a la oferta de vacantes para uno de los centros cerrados: el Lefties del centro comercial Plaza Río, en Madrid. Inditex ofrece 38 puestos, de los cuales seis son con contrato fijo discontinuo y el resto con contrato indefinido. Dentro de los indefinidos, solo nueve son contratos de 40 horas: el resto oscilan entre 8 y 35.
Casi todos tienen horarios de tarde, cerrando a las diez y media de la noche seis días a la semana. Muchas incluyen domingos con el mismo horario. Y poco más de la mitad están en Madrid. El resto están en otras provincias: Gran Canaria, Tenerife, Badajoz, A Coruña, Melilla, Cuenca... Se da la casualidad de que todos los contratos de 40 horas, pagados a entre 16.000 y 21.000 euros anuales según la responsabilidad y la provincia, están fuera de Madrid. Y de que tres de ellos son nocturnos, para trabajar de doce de la noche a ocho de la mañana.
Es decir: si una dependienta que trabaja 40 horas en el Lefties de Plaza Río quiere mantenerlas, deberá plantearse un cambio de provincia. La empresa le pagará 3.000 euros de traslado. “Cómo serán las vacantes que solo una compañera se ha apuntado”, dice Soledad, representante de CGT en Madrid. La casualidad de que los mejores puestos estén en otras provincias se da en más tiendas, pese a que desde CCOO apuntan que en provincias grandes no debería suceder.
“Si en Soria solo hay un Zara y va a cerrar, es normal que la empresa ofrezca Ávila o Madrid porque no tiene más”, señala Ángeles Rodríguez, secretaria de comercio del sindicato y presente en las negociaciones. “En Madrid hay más tiendas y todo es relativamente sencillo”.
La alternativa es el despido con indemnización
Las vacantes ofertadas hasta la fecha son de adscripción voluntaria: los empleados pueden solicitar alguna o no. La empresa también puede decidir si la concede. Si no hay acuerdo entre las partes, se pasa a la adscripción obligatoria, en la que la empresa debe garantizar las condiciones previas (contrato, horas de trabajo y reducción de jornada, si la hubiera) pero puede forzar el traslado a otra provincia.
Esto es lo que temen las personas consultadas. “Si en las voluntarias ya te ofrecen eso, no creemos que en la obligatoria te lo vayan a mejorar”, dice Marigé Fernández, responsable de comercio de ELA. “En Bilbao, la plaza más cercana que ofrecen está en San Sebastián y es de tarde. Eso es intentar que la gente se marche”. Si el empleado no acepta ninguna vacante, puede irse con una indemnización equivalente a la del despido improcedente. “No son las prejubilaciones del BBVA o Santander, pero es una incentivo a rescindir la relación laboral”, dicen fuentes sindicales.
La CGT, sindicato mayoritario de Zara y Lefties en la Comunidad de Madrid que prepara demandas para impugnar reubicaciones individuales, entiende que el acuerdo debería ser “expansivo” al grupo de empresas. Que si no hay vacantes cercanas en una marca, Inditex debería ofrecerlas en otra. Y lo cierto es que así está recogido en el documento, con la salvaguarda de la “adaptación” de jornadas y condiciones. Tanto CIG como ELA y SB han propuesto que los cambios de centro se limiten a la misma provincia y que las condiciones se mantengan. Lo han hecho en reuniones posteriores a la firma del acuerdo convocadas para 'negociar' acuerdos individuales por cada marca del grupo, dado que en el gran acuerdo no estuvieron presentes.
“Inditex hizo una negociación a nivel estatal con Comisiones y UGT. Ventilaron ese acuerdo porque sabían que estos sindicatos lo iban a firmar. Fue un paripé”, critica Naveiro. “Y la empresa, por miedo a que otras centrales sindicales lo impugnáramos, nos invitó a ir cadena por cadena”. Los acuerdos individuales de cada cadena no difieren en nada del estatal, pero han servido para que estos sindicatos expresen sus puntos de vista.
“CIG reitera su impresión de que no ha habido ninguna negociación real y que este proceso solo responde a la necesidad de Inditex de dar validez legal a un preacuerdo firmado con CCOO y UGT, ya que esta negociación no modifica absolutamente nada”, recoge el acta de la reunión sobre Zara Home, revisada por este diario. “No existiendo causas económicas, manifiesta que no hay motivo para que la empresa no garantice los puestos de trabajo con sus respectivas condiciones”.
La secretaria de comercio de Comisiones, firmante del acuerdo con la multinacional, no cree que se trate de un ERE encubierto. Pero reconoce que las condiciones ofrecidas no son las mejores. “Cuando estas cosas empiezan, hay revuelo. Luego ya se irá normalizando y haciendo bien”, sostiene. “Sí hemos detectado que las vacantes ofrecidas no son de calidad, así que hemos pedido a la empresa que las haga más atractivas. Nuestro objetivo es que el 100% de la plantilla siga trabajando y mantenga su puesto. Quizá nos quedemos en el 90%, porque hay gente que ve el dinero de la indemnización y se cree que es la panacea”.
El plan de cierres de Inditex solo acaba de empezar. A las 79 tiendas que desaparecerán de aquí a abril en España hay que sumar alrededor de 200 más que cerrarán hasta 2023. El objetivo del grupo es “acelerar e impulsar la transformación digital de la compañía” e impulsar el negocio digital.
“A una empresa así le sobran recursos para recolocar a todo el mundo con las mismas condiciones”, concluye Naveiro. “Las tiendas no se cierran por no ser rentables, sino para fomentar la venta online. Todos estamos de acuerdo en el cambio de modelo empresarial, pero no a costa de los trabajadores”.