Haya Real Estate, la inmobiliaria del fondo buitre estadounidense Cerberus, ultima un recorte de plantilla a través de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) mientras prepara un bonus para sus directivos, según fuentes internas de la empresa.
Esas fuentes explican que “una de las razones que se esgrimen para el ERE son económicas, y posiblemente intentarán que sea salvaje, pero van a pagar el bonus de objetivos de 2019, que en el caso de los jefes está por encima del 50% del salario fijo anual”. Añaden que el año pasado, en vísperas de este ajuste que se acaba de anunciar a la plantilla, la empresa realizó 80 nuevas contrataciones. Preguntada por este asunto, Haya Real Estate no ha querido hacer comentarios.
Haya recogía en sus cuentas de 2018, dentro del epígrafe de “sueldos y salarios”, un importe de 7,665 millones “correspondientes a la retribución variable máxima pendiente de pago a 31 de diciembre de 2018 (6.463 miles de euros a 31 de diciembre de 2017)”, vinculada “a la consecución de resultados y cumplimiento de objetivos por parte del personal de la Sociedad”.
En esas cuentas, últimas presentadas en el Registro Mercantil y consultadas a través de la plataforma Insight View, Haya Real Estate explicaba que “una sociedad vinculada al Socio Único”, la firma holandesa Promontoria Holding 62, “tiene establecido con parte de la plantilla de la Sociedad un plan de remuneración específico con el fin de retribuir en efectivo a las citadas personas por su permanencia en la Sociedad durante un determinado periodo de tiempo y, para algunas personas, por el cumplimiento de objetivos de desempeño a lo largo de un determinado tiempo”.
“La citada retribución está sujeta al cumplimiento de una determinada tasa interna de retorno mínima respecto de la inversión inicial realizada por los inversores, y está indexada a los citados retornos de efectivo, mediante porcentajes acordados con cada persona acogida al plan. El derecho a percibir la retribución descrita nace en el momento en que sea superada la tasa interna de retorno mínima y será vigente hasta un evento de salida de los inversores”.
Emisión de bonos
Cerberus lleva más de un año intentando desprenderse de Haya tras cancelar en 2018 su salida a Bolsa, una operación que se está viendo entorpecida por las cláusulas de blindaje que contempla una emisión de bonos de alto riesgo por importe de 475 millones con vencimiento en 2022 que realizó a finales de 2017 a través de una filial en Luxemburgo y que paga un interés anual superior al 5%.
La emisión incluye una cláusula que da a los bonistas la opción de exigir la recompra de los títulos en caso de cambio de control si el comprador endeudase a la firma por encima de un determinado umbral para ejecutar esa operación, como suele ser habitual en el mundo del capital riesgo.
A cierre de 2018, la plantilla de Haya era de 889 personas (el 53%, mujeres), de las que 16 eran miembros de la alta dirección y 117, “directivos y titulados”. La retribución de sus 16 altos directivos (doce hombres y cuatro mujeres) ese ejercicio fue de 2,26 millones de retribución fija y otros 1,165 de retribución variable, aunque estaban “pendientes de percibir” 1,15 millones. Un año antes (2017), la alta dirección recibió 2,456 millones de retribución fija y 1,295 millones de variable y tenía “pendientes de percibir” 2,506 millones.
Por su parte, los administradores tuvieron 1,27 millones de retribución fija y otros 1,764 millones de variable, y tenían “pendientes de percibir” 1,764 millones. Al no cotizar, Haya no individualiza la retribución de sus consejeros, entre los que está José María Aznar Botella, hijo del expresidente del Gobierno y asesor del fondo buitre en España. A principios de este mes, la empresa relevó al anterior presidente, Juan Hoyos Martínez de Irujo, que fue sustituido por Carlos Abad.
Haya registró en 2018 las primeras pérdidas desde su creación en 2013, con unos números rojos de cerca de 1,9 millones. Pero estas se multiplicaron en 2019. A falta de que se cierre ese ejercicio, en los nueve primeros meses del año pasado sus pérdidas fueron de 20,2 millones.
Haya ha planteado este recorte de empleo, que todavía se está negociando y que justifica por “causas organizativas, económicas, productivas o técnicas”, después de que renovara dos contratos de gestión de activos con la Sareb, si bien los nuevos reducen el volumen de servicios que se prestaban en el marco de los primeros, dada la nueva estrategia del 'banco malo' de realizar de forma directa algunos trabajos. Los despidos se plantean, asimismo, después de que el pasado año Haya se fusionara con Divarian, la firma que el fondo constituyó con BBVA cuando compró los activos inmobiliarios de este banco.
En virtud de este acuerdo, Haya incorporó todos los activos inmobiliarios de esta firma, pero también las capacidades operativas de administración y gestión inmobiliaria, incluyendo empleados y otros recursos. De esta forma, la plantilla de Haya Real Estate sumaba 1.039 trabajadores a septiembre de 2019.
La firma de Cerberus suma una cartera de activos bajo gestión por valor de 45.296 millones de euros. Además de para Sareb, la firma da servicio a BBVA, Bankia, Liberbank, Cajamar y varios fondos institucionales.