Las pensiones contributivas subirán en 2023 un 8,5% con la fórmula de revalorización recogida en la ley de reforma de las pensiones en la que se tiene en cuenta, como referencia para determinar la subida de estas prestaciones, el IPC interanual promedio de doce meses (de diciembre del año anterior a noviembre del ejercicio en vigor).
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado este miércoles el dato definitivo del IPC de noviembre, y ha confirmado que se situó en el 6,8%, con lo que la media de diciembre 2021 a noviembre de 2022 arroja una inflación en este periodo del 8,46%. No obstante, el Gobierno tiene intención de redondearlo al 8,5% a la hora de revalorizar las pensiones.
Por su parte, las pensiones no contributivas mantendrán para el próximo ejercicio la subida del 15% que se les aplicó el pasado mes de julio en virtud de una enmienda pactada por el Gobierno con Bildu en el marco de la negociación presupuestaria.
Este mayor incremento abre una incógnita respecto al ingreso mínimo vital (IMV). La renta mínima estatal se revaloriza según las pensiones no contributivas, según establece la legislación que lo regula, pero desde el Ministerio de la Seguridad Social no han confirmado todavía si también se mantendrá el alza extraordinaria del 15% para el IMV.
En los Presupuestos está plasmado un incremento del ingreso mínimo del 8,5%, que era el que estaba presupuestado de inicio por el Ejecutivo para las pensiones no contributivas. Tras este nuevo acuerdo, habrá que esperar a la confirmación del Ministerio de José Luis Escrivá para conocer finalmente cuánto subirá el IMV.
De aplicarlo, el Gobierno podría incluir este mayor aumento del IMV en el paquete de medidas de alivio a la situación inflacionista que suceda al actual, cuya vigencia finaliza el 31 de diciembre.
Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2023, recientemente aprobados en el Congreso, no contemplaban la cifra concreta en que subirán las pensiones contributivas el próximo año porque se desconocía el dato de inflación al que está vinculada su revalorización, aunque el Gobierno calculaba que iba a estar en el 8,5%, décima arriba o abajo, como así ha sido finalmente.
La Seguridad Social calcula que cada décima de subida de las pensiones tiene un coste de unos 150 millones de euros, por lo que elevarlas un 8,5% implicará un gasto de aproximadamente 12.750 millones de euros.
El Banco de España, por su parte, estima que cada décima de incremento implica un coste de 180 millones de euros. Usando esas estimaciones, el coste de la subida de las pensiones en un 8,5% rondaría los 15.300 millones de euros.
Pensión máxima de 3.059,2 euros al mes
Con este incremento, la pensión máxima quedará situada en los 42.829,2 euros anuales el próximo año, por encima de los tres mil euros al mes. En concreto, en 3.059,2 euros al mes en 14 pagas.
Por su parte, las pensiones mínimas de jubilación –que dependen de la situación del beneficiario– quedarán como sigue:
- Para las personas jubiladas con 65 años o más, en los 10.405,1 euros anuales (743,2 euros al mes) si tiene cónyuge no a cargo; en 10.962,6 euros al año (783 euros al mes) si no tienen cónyuge; y en 13.526,7 euros anuales (966,2 euros al mes) en los casos con cónyuge a cargo.
- Para las personas jubiladas con menos de 65 años, en los 9.694,3 euros anuales (692,5 euros al mes) si tiene cónyuge no a cargo; en 10.256,3 euros al año (732,6 euros al mes) si no tienen cónyuge; y 12.682 euros al año (905,9 euros al mes) con cónyuge a cargo.