El banquero y aspirante a filósofo Jaime Botín ha trasladado a España y disuelto su sociedad Cherokee Bay Ltd, la firma radicada hasta hace unos meses en el paraíso fiscal de Guernsey que formaba parte del entramado societario con el que el multimillonario y máximo accionista de Bankinter defraudó, según la Fiscalía de Madrid, 1.014.298 euros a la Hacienda española con la adquisición de un avión privado en el año 2012.
Esa operación, cuya existencia avanzó eldiario.es en 2014, propició una denuncia del Ministerio Público por delito fiscal en 2017 que derivó en uno de los procedimientos judiciales a los que ha hecho frente en los últimos años el banquero.
El hermano del fallecido Emilio Botín, que el mes pasado vio como el Tribunal Supremo confirmaba una multa de 300.000 euros por ocultar en Suiza su participación en Bankinter, lograba este lunes esquivar de nuevo el banquillo por “cuestiones procesales” en el juicio por el presunto contrabando de un Picasso interceptado en Córcega agosto de 2015 cuando viajaba para su venta en Suiza a bordo de su yate Adix, pese a la prohibición expresa de la Audiencia Nacional y el Gobierno español.
La embarcación, que en las últimas semanas ha estado fondeada en la Polinesia francesa, según contaba hace unos días La Información, estaba a nombre, precisamente, de la sociedad Cherokee Bay. Pero esta firma ya es historia.
El pasado 20 de diciembre, Cherokee Bay hizo oficial su traslado a la Calle Antonio Maura de Madrid para convertirse en una sociedad de responsabilidad limitada en España, Cherokee Bay, SL, por expreso deseo de su propietario, Jaime Botín. “La compañía desea trasladarse a España ya que es allí donde tiene su residencia su beneficiario último y él desea llevar todos sus activos de vuelta a la jurisdicción fiscal española”, indica el acta de migración a la que ha tenido acceso eldiario.es
Posteriormente, en febrero de este año, y tal y como avanzó La Celosía, se materializó el traslado con la constitución de esa sociedad española, dedicada a la “adquisición, arrendamiento, operación y explotación comercial de medios de transporte, propios o ajenos, como aeronaves, vehículos, embarcaciones, incluyendo especialmente la realización de actividades de transporte y navegación aérea, en cualquiera de las modalidades legalmente permitidas”.
Sin embargo, la sociedad ha tenido una vida muy breve en España, de poco más de tres meses, porque, según el Registro Mercantil, a finales de mayo, el propio Botín decretó la extinción voluntaria de Cherokee Bay SL, “dejando de ser sujeto de derechos y obligaciones”. Para ello, nombró liquidadores a dos personas de su máxima confianza, Rocío Utrera y Ricardo Egea, ambos imputados en el procedimiento por ese presunto delito fiscal relacionado con la compra de su jet privado.
Este caso estuvo a punto de cerrarse a finales de 2017. Entonces, el banquero, de 83 años, alcanzó un acuerdo con la Fiscalía y la Abogacía del Estado para aceptar una pena de 9 meses de cárcel (que implicaba no entrar en prisión) y abonar una multa de medio millón y la devolución de la cantidad defraudada, correspondiente al 10% del importe de la venta del impuesto de matriculación de la aeronave. Pero el enfado de Botín por la publicación de su condena en la prensa dinamitó el pacto.
En Guernsey, Cherokee Bay tenía como administrador al suizo Paul Saurel, testaferro de muchas de las empresas de la familia Botín. Estuvo inicialmente domiciliada en otro paraíso fiscal, Jersey, hasta que se trasladó a ese otro destino offshore en 2009, tal y como desveló eldiario.es cuando destapó la existencia de esta empresa en 2014.