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Las jornadas muy largas son el factor laboral más letal para los trabajadores

Laura Olías

17 de septiembre de 2021 14:44 h

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En un contexto de pandemia mundial, en el que la salud ha pasado a primer término en la batalla para contener un virus que está segando millones de vidas, no está de más recordar que para miles de personas su trabajo supone su sentencia de muerte. Cada día. “Es chocante ver cómo tantas personas mueren literalmente a causa de su trabajo”, ha subrayado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. La organización de la ONU ha presentado este viernes su estudio más completo hasta la fecha en esta materia, conjunto con la OIT, que calcula que casi dos millones de muertes en un año a nivel mundial por causas laborales. El factor más letal detectado son las largas jornadas de trabajo.

Se trata de una investigación amplia, de la que ambos organismos ya ofrecieron un adelanto hace unos meses, cuando publicaron los datos precisamente de las muertes debidas a largas jornadas laborales: 745.000 en un año. Ahora, las agencias internacionales comparten el estudio completo, con una mirada más amplia que incluye más causas laborales que provocan el fallecimiento de miles de personas.

“Las enfermedades y los traumatismos relacionados con el trabajo provocaron la muerte de 1,9 millones de personas en 2016, según las primeras estimaciones conjuntas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT)”, apunta el estudio de las entidades de Naciones Unidas.

Según la investigación 'Estimaciones conjuntas de la OMS y la OIT sobre la carga de morbilidad y traumatismos relacionados con el trabajo, 2000-2016: informe de seguimiento mundial', la mayoría de las muertes relacionadas con el trabajo se debieron, en último término, a enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Pero el origen de estas patologías hay que buscarlo en el trabajo, en algunos de los 19 factores de riesgo laboral que analiza el estudio.

Los investigadores tienen en cuenta esta casi veintena de riesgos del trabajo, entre los que las largas jornadas de trabajo son el factor más mortal. Como se apuntaba, las agencias calculan que las jornadas laborales de 55 o más horas semanales provocaron 745.000 defunciones por accidentes cerebrovasculares y cardiopatías isquémicas en 2016.

Le sigue en peligrosidad la exposición en el lugar de trabajo a la contaminación del aire (partículas en suspensión, gases y humos), que provocó por su parte 450.000 muertes, según el estudio.

Estos y otros riesgos a los que las personas trabajadoras se vieron expuestas se tradujeron en las siguientes enfermedades, que acabaron en muertes: enfermedad pulmonar obstructiva crónica (que provocó 450.000 muertes), el accidente cerebrovascular (400.000 muertes) y la cardiopatía isquémica (350.000 muertes). Los traumatismos laborales causaron “el 19% de las muertes (360.000 muertes)”, apunta el informe.

“Un número desproporcionadamente elevado de muertes relacionadas con el trabajo se produce entre trabajadores de Asia meridional y el Pacífico occidental, así como en hombres y en personas mayores de 54 años”, subrayan la OMS y la OIT.

Las muertes por largas jornadas van en aumento

La OMS y la OIT destacan que, en total, las muertes relacionadas con el trabajo por población se redujeron en un 14% entre 2000 y 2016. Según el informe, esto puede deberse a la introducción de mejoras en materia de salud y seguridad en el lugar de trabajo.

Sin embargo, no todas las muertes laborales se reducen. Las muertes por cardiopatías y accidentes cerebrovasculares asociados a la exposición a largas jornadas laborales aumentaron un 41% y un 19% respectivamente en ese periodo analizado. “Esto refleja una tendencia creciente respecto de este factor de riesgo ocupacional relativamente nuevo y psicosocial”, advierten los investigadores, que indican que es posible que el número de muertes laborales detectado sea inferior al real a causa de factores de riesgo no detectados.

“Muertes prematuras evitables”

“Estos casi dos millones de muertes prematuras son evitables”, ha destacado Maria Neira, directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS. “Nuestro informe es una llamada de atención a los países y las empresas para que mejoren y protejan la salud y la seguridad de los trabajadores cumpliendo sus compromisos de proporcionar una cobertura universal de servicios de salud y seguridad en el trabajo”, ha exigido también el director de la OMS.

Las agencias internacionales subrayan la importancia del estudio, que pone bajo el poco los riesgos laborales y, además, recomienda medidas preventivas para hacerles frente. “Cada factor de riesgo tiene un conjunto único de acciones preventivas, que se describen en el informe de seguimiento para orientar a los gobiernos, en consulta con los empresarios y los trabajadores”; destacan la OMS y la OIT.

Por ejemplo, para la prevención de la exposición a largas jornadas laborales se recomienda un acuerdo sobre los límites máximos saludables del tiempo de trabajo. El “derecho a desconectar” del trabajo es un debate que cobra fuerza en Europa, ante la sobrecarga de trabajo de los trabajadores, que ha empeorado con el teletrabajo. Eurofound publicaba recientemente un estudio con recetas para facilitar esa desconexión, como hacer reuniones más cortas y que los jefes “den ejemplo” en las plantillas.

“Estas estimaciones proporcionan información importante sobre la carga de morbilidad relacionada con el trabajo, y esta información puede ayudar a configurar políticas y prácticas para crear lugares de trabajo más saludables y seguros”, ha subrayado por su parte Guy Ryder, director general de la OIT.

Los organismos han recordado además que los efectos de la pandemia de COVID-19 añadirán otra dimensión más a esta lista de riesgos laborales, que deberá ser reflejada en futuras estimaciones.