El foro de Davos es la reunión por antonomasia de debate sobre la globalización económica. Gobiernos y empresas se encuentran durante unos días en la pequeña localidad suiza. Este año, ha vuelto a contar, tras nueve ediciones con un presidente español, Pedro Sánchez, que ha acudido acompañado por la ministra de Economía, Nadia Calviño. Ambos se han encontrado con directivos de las mayores tecnológicas del mundo, pero también ha habido fondos de inversión en la agenda de la responsable de Economía y Empresa.
Los fondos de inversión, en especial aquellos con intereses inmobiliarios, han sido activos contra ciertas medidas del Gobierno, como un eventual control de los precios del alquiler que al final no se produjo o la fiscalidad de las socimis. Varios de estos se lo hicieron ver a la propia Calviño en un encuentro con empresarios de la cámara de comercio de EEUU en España. En este contexto, la ministra se ha encontrado en Davos con banca de inversión como Goldman Sachs o JP Morgan, y con fondos, donde destaca el canadiense CPPIB, que gestiona el fondo de pensiones del país norteamericano.
Aunque menos conocido que otros grandes inversores presentes en España, ha sido especialmente activo en los últimos años con distintas operaciones tanto en el sector inmobiliario, como en otras industrias. Se trata de uno de los mayores inversores soberanos del mundo, con una cartera de más de 315.000 millones de euros en activos repartidos por todo el mundo, con participaciones millonarias en empresas como Alphabet, matriz de Google, Apple, Nestlé, Microsoft o Facebook..
En España sus intereses se reparten en sectores muy distintos como son el turismo, el inmobiliario, las telecomunicaciones, la energía o, incluso, el deporte. Las últimas operaciones realizadas en este país han sido dos acuerdos con BBVA por los que el fondo se hace cargo de 2.500 millones en crédito promotor y en préstamos dudosos o impagados.
Antiguo accionista de la inmobiliaria del Santander
No era la primera vez en la que este fondo se adentraba en el sector inmobiliario procedente de la banca. Fue uno de los accionistas, junto a Apollo y Adia, de Altamira, la inmobiliaria que gestiona los activos adjudicados del Banco Santander. Sin embargo, el 31 de diciembre la italiana DoBank anunció la compra de la participación de los tres fondos en la empresa –sumaban el 85%–.
Siguiendo en el sector inmobiliario, la empresa es también accionista de dos socimis cotizadas en España: Zaragoza Properties y Asturias Retail & Leissure. Ambas, controladas por el fondo británico Intu, son propietarias de dos centros comerciales, entre ellos el mayor de España, Puerto Venecia, y de Intu Asturias, en Oviedo.
El fondo está presente también en la Bolsa española, figurando como uno de los principales accionistas de la empresa de infraestructuras de telecomunicaciones Cellnex que cotiza en el Ibex 35, con algo más de 3% del capital. En el informe anual de la compañía a cierre del pasado ejercicio también figuraban participaciones pequeñas repartidas por buena parte de las empresas del selectivo bursátil.
También ejerce de fondo bajista –inversores que apuestan a que el valor de una acción caiga– en la promotora inmobiliaria Neinor, con el 0,71% del capital. Anteriormente, también figuró entre los fondos que apostaron a la caída de Dia, una de las empresas más afectadas por este tipo de especulación.
Fuera de la Bolsa, el fondo también invierte en capital privado. Destaca la adquisición en 2012 del 39% de las acciones de Dorna, la empresa con sede en Madrid que es propietaria del mundial de Moto GP, y el resto de competiciones de motociclismo vinculadas como Moto 2 o Moto 3. También es accionista de Hotelbeds, una plataforma de reservas de hoteles, afincada en Mallorca y que fue adquirida por CCIP y Cinven por más de 1.100 millones a TUI, su anterior propietaria.
Sus intereses aterrizan también en el sector energético. CPPIB adquirió el año pasado, junto con Allianz, un 20% de Nedgia, la distribuidora gasista de Naturgy por unos 1.500 millones. En esta misma industria es el socio de Enagás en la Compañía Operadora del Gas de Amazonas (Coga), en Perú. El fondo canadiense tiene el 49% y el resto está en manos de la compañía española.