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Liberbank afronta la fusión con Unicaja tras años de intensa conflictividad laboral: “La plantilla está deseando que haya otra dirección”

Unicaja y Liberbank llevan ya unos días estudiando, con sus respectivos asesores, las cuentas de las entidades para poder llegar a un acuerdo y formalizar una fusión que convertiría al banco en la quinta entidad del país. Liberbank llega a la negociación con un pasado reciente marcado por la conflictividad laboral que se ha traducido con tres sentencias de la Audiencia Nacional, dos de ellas ya en firme en el Supremo, contra recortes laborales y salariales en los últimos años. La sentencia más reciente se ha hecho pública hace unos días, tumba la bajada salarial impuesta para este ejercicio y los dos siguientes de manera unilateral tras no llegar a un acuerdo con los sindicatos.

El auto declara nula esta bajada salarial, de entre el 5% y el 8,75%, con la que la empresa quería recortar sus costes laborales aludiendo a una complicada situación financiera. La Audiencia Nacional advierte que la compañía no entregó para la negociación suficiente información que sustentase que existía esa urgencia económica que precisase de los recortes salariales, además de la movilidad de empleados. “La empresa no ha entregado la memoria explicativa de las causas que está llamada a proporcionar una información trascendente para conocer a los testigos que han aconsejado al empresario adoptar tan importantes recortes salariales y beneficios sociales”, apunta la sentencia dictada el 24 de septiembre.

“La no aportación de la documentación solicitada por la parte social durante el periodo de consultas constituye un relevante incumplimiento empresarial, de tal gravedad, que determina la nulidad de las medidas acordadas unilateralmente por la empresa tras la formalización del periodo de consultas”, añade el escrito. Además, se pone de relevancia que poco tiempo después de ejecutar estas medidas, anunció a la CNMV en sus cuentas del ejercicio 2019 que “ha demostrado ser uno de los bancos españoles con mayor crecimiento del crédito y los depósitos. El margen de intereses ha alcanzado un crecimiento del 3,2%, y el margen de explotación ha aumentado el 4%”. Es decir, aportó al mercado unos resultados positivos que contrastaban con los que se habían expuesto a la mesa de negociación con los sindicatos. Además, los representantes de los trabajadores criticaron que poco después se abonase un dividendo a los accionistas por una cantidad similar al ahorro que suponía el recorte salarial. La empresa ha presentado un recurso ante el Tribunal Supremo contra esta sentencia.

Pero esta última sentencia no es el único caso en el que la justicia ha tumbado un recorte laboral por parte de la compañía. En 2015 el Supremo confirmaba una sentencia previa de la Audiencia Nacional tumbando un plan de ajuste ejecutado en 2013 por la empresa tras un acuerdo con CCOO y UGT que no incluía al resto de sindicatos. En 2016 el Tribunal Supremo también confirmó otra sentencia contra otro plan anunciado un año antes por la compañía unilateralmente para sacar a 615 empleados. Pese a ser anulado, salieron más de 345 trabajadores. Son ya tres veces en las que la Audiencia Nacional ha echado abajo decisiones laborales de la compañía, en un sector que ha protagonizado en los últimos años numerosos ERE que han concluido generalmente con acuerdos entre empresa y sindicatos.

“Liberbank es el banco más judicializado de España, tanto por sus clientes como por sus empleados”, señala Marco Antuña, secretario general de Corriente Sindical de Izquierda, el sindicato asturiano mayoritario en Liberbank en las oficinas de El Principado, donde nació la entidad como heredera de Cajastur. “Este banco es una anomalía negativa en un sector que no destaca precisamente por su ética”, apunta Antuña, trabajador desde hace 30 años en el grupo y muy crítico con el equipo gestor de Liberbank, encabezado por su consejero delegado, Manuel Menéndez. Este medio se ha puesto en contacto con el banco, que no ha querido valorar la situación de conflictividad laboral de estos años y las posibles repercusiones que pueda tener en la negociación con Unicaja.

Esta confrontación ha repercutido de manera clara entre los trabajadores de Liberbank. Rafael García, secretario general de CCOO, sindicato mayoritario en el banco a nivel nacional, asegura que “la plantilla está agotada” y señala que hay una dirección “muy autoritaria”, que ejerce “muchas presiones desorbitadas” o pone “dificultades con la igualdad”. Además, apunta que a día de hoy hay trabajadores que no han cobrado las cantidades de su salario no abonadas por el recorte impuesto por la compañía en 2013 y tumbado por la justicia. A esto se suma, denuncia García, que los trabajadores están recibiendo presiones para elevar los objetivos de ventas de algunos productos y mejorar las cifras de cara a la negociación con Unicaja.

José María Gámiz, secretario general de UGT en Liberbank, va un paso más allá sobre la política laboral del grupo y señala al “modelo Sagardoy”, el bufete de abogados que representa habitualmente a Liberbank en estos conflictos, así como a otras empresas como Deliveroo, Coca-Cola Iberian Partners o al Gobierno de Mariano Rajoy en la reforma laboral de 2012. “No podemos tener un modelo de ERE o de ERTE prolongado durante el tiempo”, señala, apuntando que entre unos y otros recortes, “los trabajadores no cobran desde 2013 una nómina completa”.

Con este contexto de fondo, los sindicatos no ven con malos ojos que puedan fusionarse Liberbank y Unicaja. Al contrario. “La plantilla casi está deseando que venga otra entidad y que haya una nueva dirección”, apunta el líder de CCOO en el banco asturiano. Es una idea en la que coinciden también los otros representantes sindicales. “A estas alturas la plantilla quieren más a Unicaja”, apunta Antuña, de CSI. Entienden estos sindicatos que la entrada de otro equipo gestor puede suponer que se acabe con la “anomalía” de Liberbank en cuanto a la relación entre empresa y los representantes de los trabajadores.

Tal es la distancia que se vive actualmente en el interior de la entidad respecto a la gestión laboral que preguntados por si inquieta que se puedan producir despidos con motivo de la fusión, que García, de CCOO, apunta que la plantilla “ha vivido tanto que eso es lo que menos importa ahora”. “Hay mucho cansancio por el esfuerzo que se ha hecho y existe la esperanza de que haya un modelo de trabajo más afable con la plantilla, que esté más por el diálogo”, añade Gámiz de la UGT.

Un posible impacto en la negociación con Unicaja

La negociación entre Unicaja y Liberbank se encuentra actualmente en un punto conocido como due diligence donde cada entidad chequea a fondo las cuentas de la otra con el fin de derivar en el futuro canje de acciones que debería producirse en el acuerdo, es decir, qué porcentaje de la nueva entidad le corresponde a cada uno. En este proceso se analiza desde los resultados a los posibles deterioros o plusvalías que pueda tener cada banco. Y también será un factor a tener en cuenta la litigiosidad que tiene cada banco. Por ello, el conflicto abierto en el seno de Liberbank puede ser uno de los temas a tratar durante el proceso. No en vano, si el Supremo confirma la sentencia contra el recorte salarial de este año, podría verse obligado a afrontar el pago de estos salarios y los intereses de demora que se generen.

García, de CCOO, apunta que estas cantidades son 17 millones de euros al año, más los intereses que se puedan generar en caso de que se demore esta sentencia. “Han presentado el recurso para demorar el pago porque hay pocas posibilidades de que el Supremo pueda anular esta sentencia”, señala. “De esta forma, los datos en la negociación de la fusión son mejores”, advierte. Si en esta ocasión la negociación entre Unicaja y Liberbank llega a buen puerto –en 2018 fracasaron–, podría ser la nueva entidad la que tenga que asumir este coste.

Los sindicatos confían en que esta situación laboral se tenga en cuenta por parte del futurible socio de Liberbank. “En Unicaja seguro que esto lo saben y lo tendrán en cuenta”, apunta Marco Antuña. En esta línea, el líder de la UGT en Liberbank señala que el objetivo “no es frustrar la operación, sino que se contemple” esta situación que viven los trabajadores de Liberbank. Preguntado por si va a tener en cuenta estas circunstancias, la entidad andaluza ha optado por no valorar las negociaciones abiertas con Liberbank.

En una fusión bancaria, como se ha visto en los últimos años, uno de los objetivos empresariales es el ahorro de costes, que suele afectar al personal y a las oficinas. Sin embargo, en este caso, los sindicatos ven con tranquilidad el proceso. Primero, por la situación que arrastran estos años atrás de enfrentamientos con la cúpula del banco. Segundo, porque entienden que es una unión en la que no existen grandes solapamientos en las redes salvo en alguna provincia. “Es una fusión aceptable, veo a dos bancos complementarios y viables”, señala Gámiz, de la UGT. “Con Unicaja es donde menos duplicidades existe”, incide Rafael García, de CCOO.