Los 26.000 millones de euros ganados por los cinco principales bancos españoles en 2023 han sentado un nuevo récord de ganancias para un sector al que le ha beneficiado, y mucho, la subida de tipos de interés. Sobre todo porque las hipotecas han aumentado su precio de manera acelerada mientras que los depósitos no han sido remunerados a sus clientes por la banca al mismo ritmo. La diferencia entre uno y otro es lo que se conoce en banca como margen de clientes y explica en buena parte el crecimiento de las ganancias de un sector que niega los beneficios extraordinarios y habla de “normalización”.
Las cuentas de los bancos están plagadas de magnitudes y ratios que explican diversas cuestiones del negocio bancario. La del margen de clientes no tenía mucha relevancia durante los años en los que los tipos de interés estuvieron negativos, pero con el cambio en 2022 ha ganado en importancia para ver el ritmo en el que los bancos suben el coste de las hipotecas y lo que pagan a los clientes por sus depósitos. Aunque ambas magnitudes crecen, no lo hacen de la misma manera y eso ha llevado a un margen disparado durante los dos últimos años.
El negocio de la banca, a grandes rasgos, se basa en tomar el dinero de unos clientes en forma de depósitos y prestarlo a otros en forma de créditos. Por lo segundo, cobra. Y por lo primero, debería de remunerar si los tipos de interés crecen. Sin embargo, la banca ha cumplido con creces con lo segundo, pero no tanto en lo primero. Son distintas las razones que han esgrimido en el sector, pero se encuentran básicamente en que no tienen necesidades como para obtener liquidez en el mercado y, por tanto, tener que pagar por los depósitos.
Los datos constatan la gran diferencia que existe. Sirva de ejemplo el mayor banco de España, CaixaBank. En 2021, antes de la subida de tipos de interés y cuando el euríbor estaba en mínimo histórico, la entidad cobraba, de media, un 1,61% y pagaba un 0% por los depósitos. El margen era, por tanto de 1,61%. A cierre de 2023, cobraba un 4,47% por los créditos y pagaba un 0,89% por los depósitos. La diferencia, por tanto, se expandió hasta más del doble, 3,58%. La historia se repite de igual forma en Santander o BBVA y, en menor medida, en Sabadell y Bankinter.
La banca española remunera, en conjunto, menos a los clientes por sus depósitos que en otros países europeos. Esta es una tendencia que se ha ido constatando mes tras mes desde que comenzara a aumentar el euríbor por la guerra de Ucrania y la perspectiva de subida de tipos. Solo las pequeñas entidades, las filiales de banca digital de los grandes grupos o los bancos extranjeros han hecho ofertas más elevadas por tomar este dinero de los clientes.
No se esperan cambios en esta situación, menos ahora que se prevé para este año una rebaja de los tipos de interés tras dos años de subidas continuadas. “Los depósitos no son un recurso escaso en este momento”, explicaba en la presentación de resultados Onur Genç, consejero delegado de BBVA. “No tiene sentido pagar más por los depósitos en este contexto, no está sobre la mesa”, enfatizó el ejecutivo. Aunque menos rotundos, el resto de entidades han apuntado en esa dirección.
En cuanto a los créditos, los bancos han logrado aumentar sus ingresos pese a que han perdido volumen de préstamos gestionados. Los hogares han acelerado durante el pasado año la devolución anticipada de sus hipotecas, lo que hace que la cartera que tienen los bancos sea más pequeña, pero más rentable. El mal año en la concesión de nuevas hipotecas, a falta de conocer el detalle final en el conjunto del sector, no se ha apreciado en el balance de los bancos.
Las diferencias en estos márgenes son las que han llevado al sector bancario a obtener un crecimiento acelerado de los ingresos por intereses. Teniendo en cuenta solo el negocio en España, los cinco grandes bancos han ingresado por esta vía 27.000 millones, un 47% más que en el año anterior. En este mismo periodo, las comisiones han caído más de un 3%.
Los bancos reconocen que en este contexto los crecimientos ya no van a ser los mismos para este ejercicio. Sin embargo, esto no hace que los ejecutivos prevean un retroceso en los beneficios del sector para 2024. De hecho, todos coinciden en señalar que, presumiblemente, sus resultados serán idénticos o se situarán por encima. Por regulación de los mercados, las entidades evitan dar cálculos concretos de su previsión de beneficio para un año, pero sí dan pistas. “Si miras los datos que hemos avanzado, respecto al resultado te va a dar una cifra que empieza por un 1 y un 2”, decía Ana Botín, presidenta del Santander, apuntando a unas ganancias por encima de los 12.000 millones tras haber alcanzado en 2023 por primera vez los 11.000 millones. “El beneficio continuará creciendo”, expuso también Genç para el caso del BBVA.
Si bien los datos seguirán al alza, en el sector hay algunas señales que preocupan. Los ingresos han seguido subiendo durante el pasado año, pero se constata que existe una menor demanda de crédito. Este es uno de los efectos que busca la subida de tipos en periodos de alta inflación, enfriar la economía. Los bancos consideran que, para crecer en el medio plazo, necesitan aumentar su actividad y confían que la futura rebaja de tipos de interés, que ya se aprecia en el euríbor, ayude a incentivar de alguna manera la demanda de crédito por parte de la clientela.
1.400 millones para el impuesto al sector
De seguir todo como está planteado hasta el momento, obtendrán un mayor beneficio en 2024. La banca seguirá pagando el impuesto específico del sector. Este tributo se instauró en 2022 con vistas a gravar el crecimiento extraordinario de los beneficios de los bancos —también de las energéticas—, a finales del año pasado. El Real Decreto de medidas anticrisis prolongó su vigencia también durante este ejercicio. El sector ha lamentado este gravamen desde el primer momento y, aunque ha modulado el tono contra el Gobierno en las presentaciones de resultados de los últimos días, ha sido crítico con su mantenimiento.
“No tiene sentido hablar de beneficios extraordinarios”, planteó este viernes José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank. “La mejor manera de mejorar el impuesto es eliminarlo”, señaló sobre un hipotético cambio a la baja de este tributo en línea con el que se ha aprobado para las empresas energéticas. El sector planteó durante meses que la implantación del impuesto supondría un freno en la concesión de crédito por parte de los bancos, si bien esto se ha producido fundamentalmente por la subida de los tipos. El propio expresidente de Bankia reconocía que es “imposible saber en este momento cuánto ha afectado el impuesto”.
Con los resultados del pasado ejercicio de estos cinco bancos sobre la mesa, el Estado va a recibir 1.400 millones de euros por el impuesto al sector este 2024. A ello falta por añadir otras entidades que también están afectadas como Unicaja, Kutxabank o Abanca. El gravamen se aplica solo sobre la actividad en España, que generó 38.000 millones de euros en ingresos, un 25% más, y 11.400 millones de beneficio, un 47% más que en 2022.