Blackrock la mayor gestora de fondos de inversión del mundo y el primer accionista del Ibex 35 en España, con especial presencia en el sector financiero. Su consejero delegado, Larry Fink, es uno de los empresarios más poderosos y sus palabras suelen ser escuchadas por los ejecutivos de las mayores empresas del mundo. Cada año les escribe una carta en la que plantea cuáles deberían ser los objetivos de las empresas en las que participa. En la última, publicada en enero, les advertía que penalizaría a las empresas que no afrontasen el reto climático.
Sin embargo, este jueves ha reconocido que existe un choque entre estas llamadas a las inversiones verdes y a los compromisos fiduciarios que tiene con sus clientes, que le obligan a mejorar año a año el retorno de lo invertido en sus fondos. “Hay personas de la izquierda que piensan que deberíamos estar presionando al cambio pero no quiero acabar en la cárcel por no haber mejorado el retorno”, ha apuntado Fink en un foro organizado por Banco Santander donde han participado su presidenta, Ana Botín, y la ministra de Economía, Nadia Calviño.
En su ponencia, Fink ha insistido en su idea de que el cambio climático debe dirigir las estrategias de las empresas. El moderador ha sugerido una diferencia entre este discurso y algunas de las inversiones que realiza la gestora de fondos que dirige. “Hay grupos que piensan que no practicamos lo que predicamos”, ha reconocido, excusándose en esas normas fiduciarias para justificar su actuación. “Si decimos a todas las empresas que para mañana mismo hay que ser verdes, tendríamos una depresión en la economía”, ha apuntado. “La mejor manera de garantizar sostenibilidad es el crecimiento económico o no tendremos el lujo de invertir para proteger el medioambiente, es un viaje a largo plazo”, ha zanjado.
Blackrock es, precisamente, el primer accionista de Banco Santander, casi con un 5,5% de la entidad. Durante su análisis de la situación que vive actualmente la economía y el sector financiero, Flink ha coincidido con Botín en reclamar a las autoridades europeas a que terminen con la política de tipos de interés negativos. Flink ha asegurado que es “pesimista” a corto plazo por el impacto de estos tipos negativos. “No entiendo que en Europa los tipos de interés sean negativos y lo vayan a ser durante mucho tiempo, llega un momento en el que su efecto en la política monetaria es muy limitado”, ha apuntado. Una idea con la que ha coincidido la presidenta del Santander: “No es fácil, la política monetaria esta sujeta a limites y hay un momento en el que los tipos negativos tienen el efecto contrario”.
Botín se ha mostrado crítica con la regulación que tienen que hacer frente los bancos. “La regulación no ayuda a los bancos”, ha asegurado en su conversación con Fink, al que ha animado a invertir más en Santander. Así ha recuperado una reclamación de la presidenta del banco que viene de lejos, al defender que tendrían que existir las mismas normas para todas las empresas que ofrezcan servicios bancarios, ante la entrada de nuevos competidores, especialmente las tecnológicas. “Los nuevos competidores no se atienen a las mismas normas”, ha insistido. “Necesitamos también un mercado único en Europa, acabamos de sacar Openbank—su banco digital– pero en Alemania y Holanda no son las mismas normas que en España”, ha argumentado.
Botín ha sido la encargada de presentar la breve participación que ha tenido en el foro la ministra Calviño, a quien ha alabado asegurando que “es una excelente representante de España en el exterior” y que “ha defendido con ahínco” el programa del fondo de recuperación europeo. La presidenta del Santander ha solicitado, eso sí, un esfuerzo al Gobierno para que se mantengan las empresas. “Es esencial que las empresas sobrevivan, cuantas más lo hagan, más empleo habrá”.