Nadie se sorprende de que el presidente de la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios, Ausbanc, esté durmiendo en la cárcel. Que Luis Pineda utilizaba técnicas más que dudosas a la hora de aproximarse a jueces, políticos y fiscales ha sido un secreto a voces durante dos décadas en Madrid. Causa sorpresa, eso sí, dos décadas de funcionamiento de esta organización sin que nadie diera el alto. Hasta que no se ha tocado a la familia real, Ausbanc había hecho y deshecho en España con la connivencia del aparato político, judicial, financiero y de los medios de comunicación. ¿Cómo ha sido posible?
Capítulo 1. ¿Dónde está el dinero? En los bancos
Obviando su pasado de extrema derecha, Pineda entró con buen pie en los círculos financieros españoles a principios de los noventa al plantar cara a Mario Conde. Su acción contra el equipo gestor de Banesto le abrió la puerta de los banqueros habituales que tenían entre ceja y ceja al advenedizo y engominado ejecutivo. Aunque la asociación llevaba trabajando desde 1984, fue con esta acción con la que subió de categoría y Pineda empezó a codearse con la gran banca.
En un artículo publicado en 2007, Iñigo de Barrón cuenta una anécdota que ilustra perfectamente la relación que se generó entre el ultraderechista Pineda y los superbanqueros del momento. “Emilio Botín, presidente del Santander, bajó las escaleras de la Audiencia Nacional con cierto aire despistado. Tenía delante una veintena de fotógrafos y periodistas esperándole. Había declarado ante el juez por las indemnizaciones millonarias pagadas a los exdirectivos José María Amusátegui y Ángel Corcóstegui. No era un trago fácil y parecía un poco apurado; pero, de repente, entre los periodistas alguien dio un paso adelante y se abrazó al presidente del banco”. El abrazador era Pineda, con el que Botín posó sonriente en múltiples ocasiones. Según El Confidencial, la Audiencia investiga ahora si Botín pagó a Ausbanc por retirar la denuncia en 1999 en el caso de cesiones de crédito.
De esta relación, casi de tú a tú, surgió una retroalimentación cada vez más perniciosa entre Ausbanc y los bancos. Pineda encontró la gallina de los huevos de oro con un modelo que combinaba el activismo de una asociación de consumidores con la potencia de un medio de comunicación. Aunque al lector medio no le suene, la publicación mensual de la asociación, Mercado de Dinero, tenía una difusión, según la OJD de 45.000 ejemplares el año pasado, aunque muchos de ellos fueran de entrega gratuita. Por comparar, la revista Tiempo (del grupo Zeta), que es semanal tiene una difusión de 20.000 ejemplares; Inversión (semanal) de casi 5.000 y Actualidad Económica (mensual) de 15.000 ejemplares.
Las sinergias de sus negocios podrían ser estudiadas en Escuelas de Negocios. La revista ponía el foco sobre diversas prácticas bancarias, captaba cada vez más usuarios y ponía demandas a las entidades. Para retirar las demandas (no todas, sino las que más interesaban a las entidades financieras), Ausbanc exigía dinero a los bancos. Y con el dinero seguía engrasando la maquinaria de las demandas y la difusión de su medios que, aunque fuera por el cauce gratuito, inflaban su influencia.
Capítulo 2. ¿Quién dijo miedo?
Cuesta creer que el primer banco de la zona del euro, Santander, o cualquiera de las otras poderosas entidades financieras españolas se plegaran a la supuesta extorsión de esta asociación. Varios factores justifican este miedo. Ante todo, las demandas de Pineda eran en gran parte efectivas y ganaba muchos juicios.
Una fuente bancaria lo tiene claro: “BBVA se negó a pagar el millón de euros que le tocaba. Le pusieron la demanda de las cláusulas suelo y palmó 100 millones. Le hubiera venido mucho mejor pagar el millón desde el principio”. “Es como un secuestro”, continúa la fuente, “pagas porque es el mal menor para tu familia”.
La ambivalencia entre el bien y el mal es otra tendencia en las últimas dos décadas de actividades de Ausbanc. Efectivamente, gracias a una de sus demandas, el Tribunal Supremo declaró nulas las cláusulas suelo; logró que se notificaran las comisiones en los cajeros antes de retirar el dinero; demandó a la cúpula del BBV precisamente por el caso de las cuentas opacas que estos días ha salpicado al exministro José Manuel Soria y un largo etcétera de actuaciones que le daban la pátina apropiada de legitimidad a su negocio.
Pero mientras conseguían beneficios que llegaban a todos los usuarios, mercadeaba con los bancos a los que demandaba siempre en su propio interés, tal y como refleja el auto de la Audiencia Nacional. Incluso servía como ariete de unas entidades contra otras.
También es importante entender que, tal y como apuntan algunos de los bancos que han vivido esta situación, ha habido una escalada en las técnicas utilizadas por la Asociación. Su relación con Manos Limpias es relativamente reciente y el pago directo por poner y quitar demandas, como en el caso de Unicaja, parece una práctica de los últimos años, según aseguran fuentes consultadas. Pineda se creció y, como nada ni nadie se le ponía por delante, fue elevando el tono de sus acciones.
Capítulo 3. ¿Eran tan listos que ganaban todas las demandas?
No las ganaban todas, aunque ellos para publicitarse aseguraban que sí. Pero lo cierto es que ganaban muchas y muy importantes. El poder judicial tampoco se queda libre de los coqueteos con Pineda. El País recoge cómo jueces y magistrados acudían asiduamente a los foros jurídicos de la entidad que patrocinaban los bancos. Un vistazo a la página de los eventos jurídicos de Ausbanc es suficiente para ver que el mundo judicial arropaba a Pineda. Importantes personalidades se desplazaban con todo pagado a sus congresos, sin rubor de ser fotografiados tras un rótulo de patrocinio de la entidad.
Capítulo 4. Algunos hombres buenos
Algunos bancos cortaron toda relación con Ausbanc. Otros se plantaron y volvieron a caer tras perder demandas. Bankinter se jacta de no haber caído nunca en la red de los Pineda, algo fácil de comprobar si se repasa la historia de publicidad de los medios del ahora detenido. BBVA se plantó y resistió a las presiones de la asociación, que le ha dedicado multitud de artículos críticos y fructíferas demandas. Varias fuentes aseguran que fue BBVA la que por fin denunció a la policía y arrancó la investigación, aunque desde la entidad no confirman este punto.
Las investigaciones en la Audiencia Nacional apuntan a que Novacaixagalicia también quiso romper con la entidad y que el resto de cajas de ahorros hicieron lo propio. Según El Confidencial, Miguel Blesa también se plantó con Caja Madrid. Pero Rato retomó la relación al precio de 600.000 euros anuales. José Ignacio Goirigolzarri bajó la cifra cuando llegó pero, según esa publicación, siguió pagando (recordemos que como entidad nacionalizada) hasta 150.000 euros anuales en supuesta publicidad.
Capitulo 5. ¿Y el Gobierno? ¿No hacía nada?
En el año 2005, Ausbanc fue expulsada del registro de Asociaciones de Usuarios por no defender los derechos de quienes decían representar: los consumidores. En el auto de Santiago Pedraz se observa cómo los delegados de Ausbanc en algunas comunidades autónomas se quedaban directamente con porcentajes de la publicidad o de los patrocinios captados por Pineda, algo que está fuera de lugar en la gestión de una asociación de consumidores. Se readmitió a la sociedad temporalmente pero de nuevo en 2014 se la volvió a expulsar, tal y como contamos en eldiario.es. El portavoz de Facua, Rubén Sánchez, escribió un libro explicando los pormenores de los métodos de Pineda, hace ya más de dos años.
Pero aunque la decisión de excluirlo como defensora de los consumidores se tomó a nivel estatal, a nivel regional hubo decisiones muy diferentes. En la época de Esperanza Aguirre, Madrid mantuvo a Ausbanc en el Consejo de Consumo y le dio hasta 300.000 euros en subvenciones de la Consejería de Empleo y Mujer, algo que no le permitía a nivel estatal su expulsión del registro. Además, en la época de Alberto Ruiz Gallardón, la mujer de Luis Pineda, María Teresa Cuadrado, (también detenida ahora) era la directora general de Consumo.
En la Generalitat de Catalunya se propuso a Luis Pineda como experto para hablar en la comisión de investigación de Catalunya Caixa. Una opinión, por tanto, que las comunidades autónomas estaban interesadas en escuchar.
Capítulo 6. Los medios lo denunciarían... ¿no?
En el artículo citado de Iñigo de Barrón de 2007 ya se explicaba la técnica por la que Ausbanc presionaba a los bancos para conseguir dinero. Incluso ya se había demostrado por vía judicial la financiación de uno de estos congresos jurídicos. Entre los periodistas económicos eran vox pópuli las dudosas técnicas que utilizaba Pineda. El uso de Ausbanc como fuente era muy escaso, aunque no había más remedio –tal y como también ha hecho este medio– que citarlos cuando ganaban alguna sentencia, como es el caso de la de las cláusulas suelo. En eldiario.es hemos informado de Ausbanc además para contar sus métodos poco claros como Asociación de Consumidores.
Pero otros medios no han tenido problema en tener a Luis Pineda como tertuliano habitual o llevarlo a multitud de programas en calidad de experto. Pineda era un habitual de El gato al agua (Intereconomía), que aún la semana pasada le permitía defenderse del “escarnio”, y de un singular programa Sin tapujos. Merece la pena echar un vistazo a este programa que dedicaron a BBVA.
También le invitaban televisiones públicas como Canal Sur a programas como Pido la palabra. Según publica El Confidencial, Pineda cobró 360.000 euros por varias galas promocionales. RNE, como contertulio de Carlos Herrera en Onda Cero o Antena 3. Además, muchos medios de papel le pedían columnas de opinión o le consultaban como experto.
Epílogo. Todos lo sabían
Medios de comunicación complacientes, políticos haciendo la vista gorda, jueces engrasados y bancos secuestrados eran la combinación perfecta para un negocio millonario que ha durado casi treinta años.