En el paraíso fiscal de Gibraltar no hay ningún hotel Meliá donde alojarse, pero sí existe desde hace veinte años una sociedad administrada por la familia Escarrer, dueños de la primera hotelera española, Meliá Hotels International. Esa firma gibraltareña, Yang Resorts Limited, gestiona inversiones valoradas en 26.915.873 dólares (unos 23,8 millones de euros), según sus últimas cuentas anuales, a las que ha tenido acceso eldiario.es
Las cuentas de Yang Resorts del ejercicio 2015 fueron firmadas el pasado 25 de enero en representación del consejo por dos de sus administradores, Gabriel Escarrer Juliá y su hijo Gabriel Escarrer Jaume. El primero, de 82 años, fundó Meliá, que todavía preside, con la apertura de un hotel en Palma de Mallorca en 1956 y ha pilotado la compañía hasta diciembre pasado. El segundo es el vicepresidente, consejero delegado y, desde diciembre, primer ejecutivo de la cadena hotelera, la única de este sector que cotiza en el Ibex 35.
Como informó eldiario.es el pasado fin de semana, los Escarrer, propietarios del 75% de Meliá, gestionan un entramado societario que conecta Luxemburgo con los paraísos fiscales de Curaçao (Antillas Holandesas), Panamá y Gibraltar.
La gibraltareña Yang Resorts es propietaria del 36,8% de una sociedad luxemburguesa de los Escarrer, Horus Trading, que a cierre de 2016 contabilizaba activos de 67.014.835,76 euros. El otro accionista es una firma de Curaçao, Farewell Corporation NV, que controla el 63,2%.
Farewell está administrada por una sociedad panameña, Akita Investments, que hasta el pasado 12 de octubre estuvo gestionada por testaferros radicados en Nassau, en el paraíso fiscal de Bahamas. Ese día, Akita pasó a ser administrada por toda la familia Escarrer al completo. Escarrer Juliá fue nombrado presidente; su esposa, Ana María Jaume Vanrell, vicepresidenta, y los seis hijos de ambos se convirtieron en consejeros: Gabriel, Sebastián, María Mercedes, Ana María, María Antonia (también secretaria) y María Magdalena Escarrer Jaume (consejera delegada).
Horus nombró al fundador de Meliá responsable de su “gestión ordinaria” el pasado 8 de mayo, unas semanas después de que, en una ceremonia presidida por los reyes de España, Gabriel Escarrer Juliá fuera nombrado “Embajador Honorario de la Marca España en reconocimiento a su labor pionera en la expansión internacional de la hotelería española”. Su hijo y actual ejecutivo de Meliá amenazó el pasado 24 de mayo con dejar de invertir en España si no le bajan los impuestos.
Con un valor bursátil de algo menos de 3.200 millones, más de 300 establecimientos en más de 40 países y 83.000 habitaciones, Meliá es la tercera compañía del sector en Europa y líder vacacional en el mundo. También es una de las pocas del Ibex que no ha firmado un “código de buenas prácticas” para grandes empresas que lanzó la Agencia Tributaria hace casi siete años. Gibraltar está considerado paraíso fiscal por la Hacienda española, al igual que Antillas Holandesas (Curaçao).
Décadas de existencia
Las sociedades de los Escarrer en Curaçao y Gibraltar se crearon en marzo de 1998 y la luxemburguesa Horus, en junio de ese año. Akita Investment se constituyó en Panamá en diciembre de 1988. Ese año Meliá desembarcó en Cuba, un mercado por el que siguió apostando en la década siguiente tras la aprobación, en 1996, de la ley Helms-Burton, pese a las persistentes amenazas de represalias comerciales por parte de Estados Unidos.
Cuba era y es un mercado estratégico para el grupo, que hoy es la hotelera española con más presencia en la isla en la que sólo el Gobierno puede conceder la explotación de los establecimientos. Actualmente explota allí 29 hoteles y tiene otros tres en construcción.
Fuentes de Meliá señalaron el pasado viernes que este entramado societario “incumbe al patrimonio familiar” de los Escarrer y aseguran que todas estas sociedades “están plenamente regularizadas y declaradas”.
Se trata de firmas diferentes a las que salieron a la luz en mayo de 2016, cuando Los Papeles de Panamá, publicados en España por El Confidencial y La Sexta, revelaron que los Escarrer habían mantenido sociedades opacas desde 1985 hasta 2012, cuando se acogieron a la amnistía fiscal de Mariano Rajoy, para cambiar divisas, hacer préstamos y pagos millonarios o vender acciones de la división internacional de Meliá.
Esa investigación sacó a la luz las sociedades opacas que mantenía para la familia el despacho Mossack Fonseca, que no fue el despacho que registró la panameña Akita, cuyo representante es otro conocido bufete del país centroamericano, Arias, Fábrega & Fábrega.