En Alemania, de la crisis económica generada por la COVID-19 se sale también con un paquete de ayudas para familias, empresas, municipios con deudas e inversiones de futuro por valor de 130.000 millones de euros. La 'gran coalición' de conservadores y socialdemócratas germanos lo tiene claro.
Por eso, los partidos gubernamentales teutones acordaban en la noche del miércoles unas medidas sin precedentes. Es un paquete de estímulo económico “histórico”, según lo ha calificado el Handelsblatt, el diario económico de referencia en el país de la canciller Angela Merkel.
La inédita situación económica generada por las medidas contra la propagación del SARS-CoV-2, el virus de la COVID-19, necesita soluciones de dimensiones nuevas. Muchas de esas medidas ya se han puesto en marcha. En Alemania, por ejemplo, el Gobierno de Merkel anunciaba en marzo que se endeudaría en 156.000 millones de euros además de levantar un Fondo de Estabilización para la economía de 600.000 millones de euros.
A nivel Europeo, el Banco Central Europeo (BCE) vive días de activismo nunca visto. Lo demuestra su reciente anuncio de compra de deuda por valor de 600.000 millones de euros, llevando así su programa de adquisiciones de deuda a 1,35 billones de euros. Sin embargo, aún no hay un programa de estímulo económico para toda Europa, una realidad ante la cual en Berlín se han desmarcado. Merkel y compañía han hecho de Alemania el primer país en dotarse de un gran plan de estímulo frente a las consecuencias de la pandemia.
“Se espera que haya también a nivel europeo un conjunto de medidas de inversión y de créditos para el estímulo económico. Pero incluso a nivel europeo hay limitaciones. Por eso el programa alemán es algo nacional. Actuar en el sistema fiscal es algo que corresponde a cada país”, dice a eldiario.es Martin Beznoska, analista del Instituto de la Economía Alemana, un centro de estudios económicos con sede el Colonia. Alude, entre otras cosas a las rebajas fiscales que incluye el plan de estimulo alemán.
Las medidas acordadas por Merkel y compañía fueron presentadas el miércoles bien entrada la noche, después de 21 horas de negociación. En principio, el plan se iba a presentar el martes al mediodía. Pero se necesitó de mucho más tiempo de deliberación para gestar el ya llamado aquí como “el mayor programa de estímulo de todos los tiempos” en Alemania, según los términos del ministro germano de Economía, el conservador Peter Altmaier.
El plan busca animar el consumo de las familias, las inversiones y el apoyo a los municipios con deudas, además de plantear ayudas fiscales para hogares y empresas. Así, cada familia recibirá 300 euros por niño, cantidad que se suma a las ayudas por hijo que ya reciben los hogares germanos. El consumo de las familias también se verá beneficiado por rebajas temporales de impuestos, pues el IVA bajará del 19% al 16%. En los sectores donde ese impuesto ya estaba reducido al 7%, quedará en un 5%.
Esta medida, por sí sola valorada en 20.000 millones de euros, tiene una acción limitada en el tiempo. Será valida desde el próximo mes de julio hasta diciembre. Según ha reconocido la propia Merkel, está destinada a aquellas personas que “más cuidado llevan a la hora de satisfacer su necesidades de gasto diario”.
Ayudas sólo a los coches “de futuro”
Más del doble de esos 20.000 millones de euros estarán destinado, según lo presentado por Merkel y compañía, para lo que aquí se presenta como “inversiones de futuro”. A saber, ayudas destinadas a la digitalización del país y a la promoción de la movilidad eléctrica.
Concretamente, se ha puesto sobre la mesa el apoyo con hasta 6.000 euros en la compra de coches eléctricos, la creación de más puntos de carga de baterías de vehículos eléctricos y ayudas por valor de 2.500 millones de euros a los transportes públicos de proximidad. También se rebajará el precio de la electricidad de fuentes de energías renovables.
“Queremos ofrecer un futuro a las próximas generaciones”, decía la canciller a cuenta de las medidas presentadas el miércoles tras la sesión maratoniana de negociaciones.
En ese futuro, la poderosa industria alemana del automóvil tendrá mucho que cambiar. Porque las autoridades en Berlín han dado la espalda a toda idea de animar con ayudas a la compra de vehículos con motor de combustión, ya sean de gasolina o diésel. Así, el plan de estimulo de Merkel y compañía no entraña un empujón para los tradicionales vehículos de éxito de fabricantes germanos como BMW, Daimler o Volkswagen.
“El paquete de estímulo no está tan bien como se esperaban en la industria del automóvil”, según editorializaba sobre esta cuestión el periodista Max Hägler en el diario Süddeutsche Zeitung, referente informativo en dos de las regiones donde más importancia tiene la industria del automóvil: Baviera y Baden-Wurtemberg. Los fabricantes de coches teutones tendrán que conformarse con los beneficios que entraña las bajada del impuesto al valor añadido.
De las negociaciones ha trascendido que en la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), partidos que componen la conservadora y mayoritaria parte de la 'gran coalición', se deseaba apoyar también a los coches con motor de combustión. Pero esta idea es algo que han sabido contener los socialdemócratas. Éstos tienen en el Gobierno a todo un ministro de Hacienda y vicecanciller, Olaf Scholz.
“El SPD se ha impuesto. La CDU/CSU quería una medida de ayuda en general a la compra de vehículos y esto lo ha evitado el SPD. En lugar de eso se han decidido las medidas de bajada del IVA”, dice Beznoska. A su entender, el ahorro que ha supuesto el no ayudar a los coches con motor de combustión se puede estimar en más de 50.000 millones de euros.
Un estimulo necesario frente a la recesión
Sea como fuere, lo que ahora preocupa en Alemania es si el estímulo económico logrará relanzar la economía. La previsión del Gobierno es que la contracción del PIB en este 2020 sea del 6,3%. Se tiene el convencimiento de que en 2021 el crecimiento volverá con fuerza a Alemania. Eso pasa por recoger los frutos del “histórico” plan de estimulo.
“El paquete de estímulo es necesario y supone un buen impulso para la economía. Porque las inversiones a nivel de futuro como la digitalización siempre serán algo que llevar a cabo, independientemente de la crisis. Para las empresas, las reducciones fiscales también tienen sentido y son algo positivo”, estima Beznoska, que se muestra más comedido sobre qué supondrá para el consumo el plan de la 'gran coalición' de Merkel. “Respecto a las medidas para incentivar la demanda, habrá que ver si tienen un efecto de verdad. Porque hasta que la gente no tenga confianza no va a empezar a consumir”, plantea este experto.
Del mismo modo, está por ver si Alemania se convierte ahora en un ejemplo para Europa y otros países europeos pendientes de estimular sus economías. “Puede que otros países tomen ejemplo si ven que la experiencia de Alemania es buena. Muchas medidas son interesantes para otros países, porque tienen problemas similares”, concluye el investigador del Instituto de la Economía Alemana.