“Mileurista”. Puede que sea una de las palabras que más ha cambiado de significado en tan poco tiempo. En la burbuja, antes de 2008, se convirtió en sinónimo de precariedad. En la cara de un mercado laboral que condenaba a los jóvenes a salarios bajos, pese al contexto de pujanza económica, y que les impedía emprender proyectos vitales. Pero llegó la Gran Recesión, una crisis implacable que disparó las tasas de paro y provocó una intensa devaluación salarial. Tras ella, incluso pasado lo peor durante los primeros compases de la recuperación a partir de 2014, llegar a mileurista pasó a ser un objetivo. Una aspiración para miles de personas, jóvenes y no tanto, a las que quedaba muy lejos un sueldo con cuatro cifras. Hoy, en 2022, ser mileurista ha pasado a ser la retribución legal más baja para una jornada completa gracias al último aumento del salario mínimo.
El Gobierno ha pactado este miércoles con los sindicatos, y sin los empresarios, situar el salario mínimo interprofesional (SMI) en los 1.000 euros brutos al mes en 14 pagadas este año. 14.000 euros al año, que se aplicarán con efecto retroactivo desde el 1 de enero. Se trata de trabajadores a tiempo completo, mientras que para aquellas personas con contratos a tiempo parcial se calcula la cantidad proporcional a las horas trabajadas. Para cuatro horas de trabajo al día, por ejemplo, el salario mínimo sería de 500 euros brutos al mes.
Se trata de un aumento del 3,6% respecto a los 965 euros de salario mínimo aprobados en 2021. Este llega en un momento de inflación alta, que se espera que sea pasajera y disminuya en los próximos meses, pero que en enero se situó en el 6% interanual. El alza del SMI se suma a fuertes incrementos en los últimos años, de más de un 30% durante los mandatos de Pedro Sánchez. Cuando llegó a la Moncloa el salario mínimo estaba situado en los 736 euros al mes.
Además hay dos colectivos especiales, con gran incidencia del SMI, y para los que se decreta una referencia particular. Las empleadas del hogar que trabajan por horas como externas, para las que el salario mínimo sube también un 3,6% y se sitúa en 7,82 euros brutos la hora. También los eventuales y temporeros cuyos servicios en una misma empresa no excedan de 120 días, cuyo suelo salarial alcanza este año los 47,36 euros por jornada legal.
Casi dos millones de personas alcanzadas
La medida impactará de manera directa a todas aquellas personas cuyos salarios se sitúen por debajo de este nivel, los 14.000 euros al año. Según un estudio del gabinete económico de CCOO, el incremento del SMI beneficiará de manera directa “en torno a 1.809.000 personas asalariadas, de las cuales 1.518.000 trabajan a tiempo completo y 290.000 trabajan a tiempo parcial”. El año pasado, el alcance del salario mínimo era de 1,5 millones de personas, por lo que el nuevo aumento supone un salto de unos 300.000 trabajadores más bajo el paraguas del SMI.
El líder de UGT, Pepe Álvarez, destacaba este jueves la victoria “simbólica” que supone alcanzar la frontera de los 1.000 euros gracias al SMI. Con este suelo salarial, el resto de salarios próximos se puede beneficiar de cierto efecto empuje hacia una mejora retributiva. Álvarez destacó que el SMI impactará por primera vez en muchas más personas de las que debería, ya que recordó que los empresarios y sindicatos pactaron que todos los convenios colectivos alcanzaran un suelo salarial de 1.000 euros en 2020, “pero no se ha cumplido”. Ahora, será un imperativo legal, todas las empresas tendrán que adaptar las nóminas para cumplir con el SMI.
“Hay 187 convenios que están con salarios por debajo de este mínimo, que afecta a unas 900.000 personas, a las que hay que sumar otros 800.000 trabajadores y trabajadoras sin convenio”, cifra el sindicato UGT. En total, 1,7 millones de trabajadores, según sus cálculos.
¿Quiénes son estos casi dos millones de personas alcanzadas? CCOO analiza los datos de la EPA de 2019 a tiempo completo para desglosar los colectivos de trabajadores más beneficiados. Entre ellos, hay un importante impacto en los más jóvenes. “Casi un tercio de los menores de 24 años se verá beneficiado por la subida”, subrayaba Unai Sordo, secretario general de CCOO.
Por sectores, hay una mayor incidencia del SMI en el sector de la agricultura, con un alcance del 40,5% de las personas asalariadas en este sector, según CCOO. En el sindicato y el Ministerio de Trabajo recuerdan que, pese a que el aumento del SMI tiene una repercusión importante en el sector agrario, los últimos años han mostrado que el empleo sigue en aumento con fuerza y han rechazado las lecturas catastrofistas de destrucción masiva de empleo que hacen algunas voces, como el PP.
“La siguiente mayor incidencia se observa en el sector servicios con un 11,5% del total de asalariados en este sector”, que en términos absolutos supone la gran mayoría de las personas alcanzadas: 1,2 millones de personas.
Si atendemos al tipo de contrato, los trabajadores a los que más alcanza la subida son aquellos temporales, con menores remuneraciones en general que los fijos. “Casi el 20% de los asalariados con contrato temporal se beneficiará de la subida frente al 8,2% de los contratados indefinidos”, indican en CCOO. No obstante, del total de trabajadores alcanzados, hay más con contrato indefinido (58%) que con contratos temporales (42%).
Impacto de género de subir los salarios más bajos
Otra de las conclusiones principales pasa por que el SMI impacta sobre todo en las mujeres, que tienen salarios más bajos que los hombres. “Del total de beneficiarios de la subida a tiempo completo, el 55% son mujeres y el 45% hombres. La incidencia sobre el total de mujeres que trabajan a tiempo completo es del 14,1% y del 8,5% entre los hombres, siendo el 10,9% la incidencia global en ambos sexos”, recoge el estudio.
La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, destacaba este jueves precisamente el componente de género que tiene el aumento del salario mínimo, al que achaca la reducción de la brecha de género sostenida en los últimos años, especialmente tras el gran aumento del 22% aprobado en 2019 cuando se redujo la brecha más que en toda la década anterior.
Así, el perfil modelo de la persona beneficiada por la subida del SMI sería la de una trabajadora joven, con contrato temporal, en la agricultura o el sector servicios.
El incremento del salario mínimo recupera, como cada año, las alarmas sobre una posible destrucción de empleo por la medida. Los estudios al respecto del Banco de España y de la AIReF resuelven que, de haber efectos negativos, estos son bastante limitados. La vicepresidenta Díaz acusó de “ciencia ficción” a aquellos que siguen hablando de pérdidas masivas de puestos de trabajo a la luz de los datos de empleo en España y reiteró el compromiso del Gobierno de alcanzar esta legislatura un SMI del 60% del salario medio, como recomienda la Carta Social Europea. Para 2023 queda la meta de fijar cuál es esa nueva referencia.