La Comisión Europea informó el lunes que ya ha entregado a Grecia la ayuda de emergencia de 7.160 millones de euros para que pague sus deudas más urgentes, lo que se ha llamado un crédito puente a la espera de que comience la negociación para el tercer rescate. Una vez más, se trata de un dinero que Atenas recibe con una mano y entrega con la otra, en su mayor parte con destino a las mismas instituciones que le prestan esos fondos.
La mayor parte –4.200 millones– es para el Banco Central Europeo, un pago fundamental sin el cual el BCE dejaría de prestar dinero a los bancos griegos. La segunda aportación es para el FMI, a quien Grecia dejó de pagar en junio. Hay también para pagar el dinero que Atenas debe a su banco central y por último una cantidad más pequeña de 360 millones para el fondo de rescates, en concreto para la cuenta que sirve de aval para las aportaciones de los países que no forman parte de la eurozona.