Este jueves los líderes de la UE vuelven a reunirse por videoconferencia. En principio, está previsto que den el visto bueno a lo acordado por sus ministros de Finanzas en el último Eurogrupo: un paquete de 540.000 millones de euros: 240.000 a través del mecanismo de rescate de la UE; 100.000 en el programa SURE para ayuda a los ERTEs y otros 200.000 con el BEI. Todo ello, se suma a los 870.000 millones movilizados por el BCE para evitar que la prima de riesgo de los países se dispare.
Pero falta por decidir el paso siguiente: el tamaño y el mecanismo del fondo de recuperación.
Italia se mantiene como el país más firme en la defensa de los eurobonos, de bonos de deuda mutualizada para la financiación de la reconstrucción de la UE cuando pase la crisis sanitaria. Enfrente, sobre todo, están Holanda, Alemania, Austria y Finlandia.
En una entrevista publicada por el Süddeutsche Zeitung, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, expresa la desconfianza de los italianos con la Unión Europea: “Surge en el momento en que nos sentimos abandonados precisamente por los países que se benefician de esta Unión”.
Conte recuerda, así, cómo Alemania prohibió las exportaciones de material médico: máscaras respiratorias, guantes y trajes protectores de manera generalizada.
“Mire el ejemplo de Holanda, cuyo dumping fiscal atrae a miles de multinacionales, que trasladan allí sus sedes, y obtienen un flujo de ingresos fiscales sustraídos de otros socios de la Unión Europea: 9.000 millones de euros cada año, según un análisis de Tax Justice Network”.
“La UE necesita toda su potencia de fuego” en su respuesta a la crisis económica generada por el coronavirus, prosigue Conte, “concretamente a través de la emisión de eurobonos”.
El primer ministro italiano señala a los países del norte de mirar más por sus propios intereses que los colectivos de la UE. Alemania tiene “una balanza comercial más alta que las reglas de la UE”, explica Conte, y con este excedente no actúa como una locomotora sino como un “freno para Europa”.
“Es indiscutible: Italia se quedó sola”, responde el primer ministro italiano. “Ursula von der Leyen también se disculpó por esto en nombre de la Unión Europea, en el Parlamento Europeo. Aprecié mucho el gesto”.
Conte también aborda la polémica de movilizar el fondo europeo de rescates, el MEDE, el instrumento empleado por la troika para prestar dinero durante la anterior crisis a cambio de recortes sociales y sacrificios económicos: “No hemos olvidado que a los griegos, en la última crisis financiera, se les pidió sacrificios inaceptables para obtener los créditos”.
Portugal también responde a Holanda
El primer ministro portugués, António Costa, quien está demostrando ser muy claro en esta crisis del coronavirus, que mantiene en caída libre la economía europea mientras se multiplican los contagios y los fallecimientos en todo el continente, también ha criticado duramente la actitud holandesa.
En una entrevista con la agencia Lusa hace unos días , decía Costa: “Más que una cuestión económica o financiera, es una cuestión política la que está encima de la mesa. Necesitamos saber si podemos seguir a 27 en la Unión Europea o a 19 [en la zona euro], o si hay alguien que quiere quedarse fuera”.
“Me refiero a los Países Bajos ”, subraya António Costa, quien afirma: “Este es el momento de la clarificación política en Europa”.
Hace unos días, Costa calificó de “repugnante” la actitud holandesa, y no ocultó su irritación ante declaraciones “repulsivas”, “sin sentido” y “totalmente inaceptables” con respecto a la crisis de coronavirus hechas por el ministro de finanzas holandés, Wopke Hoekstra. “Esa mezquindad recurrente amenaza el futuro de la UE”, dijo Costa. Hoekstra, en el Ecofin, pidió a la Comisión que “investigue” por qué algunos Estados miembros no tenían margen fiscal para afrontar la crisis del coronavirus.
“Personalmente, tal vez porque soy irritantemente optimista, me gustaría creer que Europa es incluso posible a 27, y que la zona euro es incluso posible a 19, pero para eso es necesario que todos tengan la capacidad política no ser rehenes de populismos electorales ”, dice António Costa.
Según el primer ministro, si en la crisis migratoria ya se dio cuenta “de que Europa no estaba a la altura de la tarea de responder a 27, con al menos cuatro países con los que no se podía contar, ahora se sabe que, tal vez, no se puede responder a un desafío de esta naturaleza a 19, porque hay al menos un país en la zona euro que se resiste a entender que el hecho de compartir una moneda común implica compartir un esfuerzo común”.
“Si, en vista de esto, no hay suficiente racionalidad para darnos cuenta de que realmente tenemos que responder juntos y no existe el coraje para resistir al populismo y si tienes miedo de las elecciones del próximo año, si comienzas a tener actitudes teniendo en cuenta los criterios electorales y no criterio responsables de todos los ciudadanos de la Unión Europea... Nos lleva a preguntarnos si podemos tener una zona euro con estos 19 Estados miembros, o si, de hecho, debemos tener otras formas de organización dentro de Europa”, subraya.
Y continúa: “El Consejo Europeo debe darse cuenta de que no podemos decir al mismo tiempo que afrontamos la mayor crisis desde la Segunda Guerra Mundial y reaccionar como si estuviéramos hablando de una inundación que ha afectado a un Estado miembro. Lo que está en juego es una crisis de dimensiones desconocidas, un shock absolutamente inesperado, externo y simétrico para todos los Estados miembros ”.