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Muere Alan Krueger, asesor económico de Clinton y de Obama durante la crisis

EFE

Nueva York —

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El economista Alan Krueger, que fue asesor de los expresidentes estadounidenses Bill Clinton (1993-2001) y Barack Obama (2009-2017), falleció este fin de semana a las 58 años de edad, según indicó en un comunicado este lunes la Universidad de Princeton, donde daba clase e investigaba.

“Alan era reconocido como un verdadero líder en su campo (Economía Política), reconocido y admirado tanto por la investigación como por su docencia”, aseguró la institución en el anuncio de su fallecimiento.

Krueger ejerció como uno de los principales asesores del demócrata Barack Obama durante la crisis financiera de 2008 y la recuperación posterior.

Entre 2009 y 2010, Krueger ejerció como subsecretario del Tesoro durante la peor recesión desde la Gran Depresión, a finales de la década de los 30 del siglo pasado.

Posteriormente, presidió entre 2011 y 2013 el Consejo de Asesores Económicos de la presidencia.

En la Administración de Clinton, Krueger fue el economista jefe del Departamento de Trabajo entre 1994 y 1995.

“Un miembro valorado de la comunidad de la Universidad de Princeton desde hace tres décadas, a Alan se le echará profundamente de menos por parte de sus estudiantes y compañeros”, según la Universidad de Princenton.

Según indicó el rotativo The New York Times, donde Krueger colaboraba habitualmente, el economista investigó la relación entre el salario mínimo y el desempleo, asegurando que establecer una cantidad no reducía el empleo de aquellos trabajadores con menor renta.

Recientemente, estudió también el papel de la epidemia de los opiáceos -emergencia nacional desde 2017- en la reducción del empleo entre los hombres.

Otro de sus estudios fue el aumento del precio de las entradas a los conciertos y descubrió que, entre 1997 y 2002, su coste aumentó un 61 % en tanto que la inflación fue solo del 13 %.

Krueger estableció que este incremento se debía a que, gracias al bajo coste de los reproductores de música, la demanda de música en vivo estaba en auge, por lo que la gente estaba dispuesta a pagar cantidades mayores para ver a artistas en directo.