Uno de los grandes cambios estructurales de la economía de España en la salida de la crisis por la pandemia es la confirmación del sector exterior como un motor crucial que no solo depende del turismo. En un informe publicado este viernes, el Banco de España destaca el crecimiento del 50% de 2020 a 2022 de las ventas fuera de nuestro país de servicios no turísticos, tras hundirse un 20% por la COVID, gracias a la “competitividad” de las grandes empresas de consultoría, transporte o tecnología.
Estas exportaciones “se situaron cerca de un 20% [a cierre del año pasado] por encima del nivel de 2019, brecha sensiblemente superior a la de otros componentes de la demanda final [de la Contabilidad Nacional del INE]”, recalca la institución monetaria.
La clave de este 'boom' de las ventas de “servicios empresariales, de transporte y tecnológicos, dirigidos, sobre todo, al área del euro y a América del Norte”, según continúa el informe, es “la capacidad competitiva de las grandes empresas exportadoras en España, que suelen pertenecer a grupos [nacionales e internacionales]”, y que ostentan esa competitividad “por la tónica de moderación salarial mantenida en nuestro país”.
El Banco de España explica que “los costes laborales [los sueldos] suponen una fracción más elevada de la estructura de costes en los servicios que en las manufacturas [la industria]”. Por su parte, el Ministerio de Asuntos Económicos defiende que la bajada más rápida de la inflación que en el resto de la eurozona, sobre todo por la caída de los precios de la energía en los últimos meses, refuerza la competitividad.
El resultado es que las exportaciones de servicios no turísticos han constituido “un elemento de soporte de la actividad de primer orden, con una contribución al crecimiento del PIB de 0,9 puntos porcentuales en 2021 y de 1,8 enteros en 2022”. Y este mayor peso se ha notado en el mercado laboral, con la creación de puestos de trabajo relacionados con las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) y científicos. El empleo en estos sectores está aumentando a un ritmo del 25%, frente al 5% del resto de industrias. Y son trabajos mejor pagados frente a la media.
Por otra parte, el Banco de España considera que “el Plan de Recuperación, vinculado al programa europeo 'Next Generation EU', representa una oportunidad para potenciar los servicios de alto valor añadido asociados a la investigación y a las nuevas tecnologías, debido a su énfasis en el reto de la digitalización, siempre y cuando su diseño y aplicación sean adecuados”.
Servicios financieros, I+D, asesorías técnicas...
Más en detalle, “sobresalió el avance entre 2019 y 2022 de los servicios personales, culturales y gubernamentales, aunque su peso en el total es bastante reducido”, añade el Banco de España. “También fueron muy dinámicas las exportaciones de servicios financieros, seguros y fondos de pensiones, cuya expansión se apoya en los avances tecnológicos que facilitan la internacionalización de estos servicios y la actividad en el exterior de grupos multinacionales españoles”, prosigue.
Las exportaciones de derechos de la propiedad intelectual también aumentaron apreciablemente. Asimismo, tras la pandemia, ha continuado el crecimiento de las exportaciones de servicios empresariales, algunos con un valor añadido potencialmente elevado, ya que engloban I+D, servicios de asesoría legal y técnica y servicios profesionales.
Por su parte, la reactivación de los flujos comerciales y de turistas apoyó la recuperación de los servicios de mantenimiento, transformación y reparación de bienes sin traspaso de la propiedad y de transporte, en un contexto, además, de ascenso de los fletes y de los costes de transporte de pasajeros.
“En este último aspecto, los ingresos por transporte de pasajeros todavía tendrían margen de recorrido al alza, conforme se complete la normalización del turismo de larga distancia, en el que el gasto en transporte es más elevado, sobre todo en el procedente de Asia”, matiza la institución en su informe.
“Las exportaciones de servicios de telecomunicaciones, informática e información, que rebotaron fuertemente en los dos últimos años tras su descenso en 2020, siguieron aumentando, en un contexto en el que ha proseguido el proceso de digitalización de la economía española. En el otro extremo, las exportaciones de servicios de construcción todavía no han recuperado su nivel previo a la pandemia”, concluye.