La pérdida de poder adquisitivo en España es inferior al 'mordisco' en las otras grandes economías europeas

Daniel Yebra

11 de julio de 2023 16:29 h

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La pérdida de poder adquisitivo de los salarios en España es inferior al 'mordisco' en las otras grandes economías europeas. Exactamente, se queda tres veces por debajo del daño de las subidas de precios en el conjunto de la OCDE. Los últimos datos de la organización muestran que el golpe a los sueldos reales se ha reducido en nuestro país hasta el 1,2% desde el inicio de 2022 hasta el primer trimestre de 2023 por la mayor moderación de la inflación en los últimos meses.

En Italia, la capacidad de compra de los sueldos sufre un 7,3%. En Alemania, un 3,3%, en todos los casos en el mismo periodo, desde que Rusia decidió invadir Ucrania y exacerbó la crisis de precios. Y en Francia, un 1,8%. De media, el daño en todos los países de la OCDE es del 3,8%.

En España, donde en 2022 los salarios soportaron el mayor golpe de la organización que reúne a los países desarrollados, han cambiado dos cosas cruciales: los sueldos están aumentando más en lo que va de 2023 que durante el año pasado y la inflación se ha reducido mucho más rápido que en el resto de la UE, hasta caer por debajo del 2% en junio, según el IPC (Índice de Precios de Consumo).

Según Eurostat, el mes pasado, la subida de los precios experimentó en el conjunto de los países del euro una relajación de seis décimas y se situó en el 5,5%, respecto a junio de 2022, mientras que la tasa española cayó al 1,9%.

Eso sí, según la OCDE, el incremento de los salarios ha sido en España del 3,8% desde el arranque de 2022 hasta marzo de este año. La media de los países de la organización internacional es del 5,6% en el mismo periodo. La organización también recuerda que la tasa de paro en nuestro país es la mayor entre las economías desarrolladas.

Aumento de los salarios y bajada de la inflación

La asfixia de la crisis de precios se está aliviando poco a poco, lo que distintas instituciones y expertos (también el Ministerio de Asuntos Económicos) consideran que evitará que el gasto de los hogares desfallezca, pese a que está asediado también por los incrementos de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE), y su impacto en las hipotecas –por la subida del Euríbor– y en el resto de los préstamos.

El aumento de los salarios en los últimos meses se corresponde con el acuerdo firmado por sindicatos y patronal en mayo, con un marco de alzas de un 4% para 2023, un 3% para 2024 y otro 3% en 2025, y con una cláusula de revisión con incrementos de hasta el 1% adicional si la inflación queda por encima de estas cantidades.

El acuerdo salarial de mayo, que funciona de recomendación a nivel nacional, obvió el 8,4% de inflación media de 2022, ejercicio en el que hubo subidas salariales del apenas el 3%, según las distintas fuentes.

La mayor compensación durante el año pasado fueron las medidas del Gobierno, como el descuento a los carburantes, las bajadas de impuestos a la electricidad o el gas, la gratuidad del transporte público o el cheque de 200 euros para las rentas bajas, y el resto del escudo social (incremento del SMI, del IMV, vinculación de la revalorización de las pensiones al IPC...).

La caída de la inflación (o moderación de las subidas de precios, lo que no quiere decir que bajen sino que suben menos) es el otro factor que está apoyando la recuperación de poder adquisitivo, tras la sangría de esta crisis. Este freno del IPC se explica principalmente al abaratamiento de los carburantes, del gas o de la electricidad.

La reducción de precios está ocurriendo pese al fuerte encarecimiento de los alimentos, la principal preocupación actualmente, sobre todo porque la sufren más los más vulnerables, que dedican una mayor parte de sus ingresos a la cesta de la compra respecto a su gasto total de cada mes.