Los movimientos de cientos de miles de euros llevan a los negacionistas alemanes de la COVID a los tribunales

Aldo Mas

Berlín —

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Tras el negacionismo pandémico hay una actividad que mueve cientos de miles de euros. Alemania, un país en el que han tenido lugar multitudinarias manifestaciones en contra de las medidas anti-propagación de la COVID-19 del Gobierno de la canciller Angela Merkel, cuenta con un claro ejemplo de este fenómeno.

El movimiento de los negacionistas germanos, aquí autoproclamados como Querdenker o “inconformistas”, ya ha sacado músculo financiero en alguna ocasión. Cuando el pasado mes de mayo, un camión con material para montar el escenario en una de sus manifestaciones se quemó, una llamada pública de socorro de los organizadores recogió en un día no menos 220.000 euros para arreglar los desperfectos.

Michael Ballweg es una de las voces más destacadas del movimiento negacionista alemán. Fundó a los Querdenker 711. La cifra en el nombre alude al prefijo de la región de Suttgart, ciudad del suroeste germano en la que nació este movimiento contra las medidas anti-COVID-19.

Desde allí, el movimiento se ha extendido al resto de Alemania, llegando a organizar en Berlín el pasado mes de agosto una manifestación con unos 20.000 participantes. Ralf Ludwig, otro prominente negacionista de los Querdenker de Leipzig , ha llamado a Ballweg “el gran héroe” del movimiento.

Pero el éxito de Ballweg no sólo ha consistido en movilizar a quienes niegan o quieren restar gravedad a la pandemia en manifestaciones en las que sistemáticamente se hace caso omiso a las medidas anti-COVID-19, como llevar mascarilla o respetar la distancia de seguridad. Por lo que cuentan los medios alemanes estos días, Ballweg está moviendo mucho dinero.

Hay quien estima que en menos de un año –Ballweg empezó a salir a la calle para negar la pandemia en abril– ha sido capaz de embolsarse cientos de miles de euros en concepto de regalos en forma de ingresos a su cuenta bancaria. La cuenta del banco de Ballweg ha sido un referente de los Querdenker 711 cuando se trataba de financiar movilizaciones negacionistas.

Más allá de Ballweg, oficialmente “los Querdenker no son una asociación, ni una ni empresa declarada ni una organización no gubernamental”, dice a Eldiario.es Giulia Silberberger. Esta berlinesa, responsable de una ONG que denuncia las teorías de la conspiración atribuyendo premios satíricos a las mejores conspiranoias llamados “Gorros de papel de aluminio dorado”, ha llevado a Ballweg a los tribunales.

Ella ha puesto una particular denuncia. Todo parte de que este otoño Ballweg escribió a través de su abogado a Silberberger una carta reivindicando para los Querdenker uno de sus premios satíricos, algo con lo que el negacionista en jefe aspiraba a ganar publicidad en el debate público teutón. Silberberger y su equipo legal negaron todo derecho de los Querdenker a ser premiados.

“Que se aclare la forma jurídica de los Querdenker

Ahora bien, han llevado igualmente el tema a los tribunales porque el escrito de Ballweg y su abogado constituye una oportunidad para aclarar qué forma jurídica tienen los Querdenker. “Vamos ante la Justicia porque queremos que se aclare la forma jurídica de los Querdenker”, dice Silberberger.

Ella cree que el líder negacionista, sin constituirse como empresa, habría podido cometer delitos fiscales, porque ha estado operando con su movimiento como si fuera una compañía. “Ballweg ha recibido cientos de miles de euros en su cuenta privada. Gestiona los Querdenker como franquicias en diferentes ciudades del país. Ha registrado como marca 'Querdenken'. Todo esto hace pensar que el movimiento en realidad puede estar llevando a cabo un negocio comercial”, explica la responsable de “Gorros de papel de aluminio dorado”.

Ilustraría también esta idea comercial a la que se refiere Silberberger que, a través de la página web de Querdenker 711, se puede acceder a una plataforma de venta de parafernalia del movimiento. Se pueden comprar sudaderas, camisetas, gorras, mochilas, banderas, entre oras cosas.

Por otro lado, quienes conocen el funcionamiento de las actividades de los Querdenker, describen a los manifestantes como personas dispuestas a pagar por participar en cada manifestación lo mismo que para un concierto de música pop.

“Los Querdenker seguramente no pensaron en las consecuencias que tenía recoger donaciones y regalos cómo han hecho, ahora la cuestión está en saber cómo se deben considerar jurídicamente esas aportaciones”, expone a Eldiario.es Chan-jo Jun, abogado que representa a la ONG de Silberberger en los tribunales. “Yo veo que lo que pudo fundarse como una asociación o una organización es, en términos legales y financieros, una compañía”, añade.

Otra denuncia en la Administración Fiscal

Al margen de la denuncia de Silberberger, la Red de Redacciones de Alemania (RND, por sus siglas alemanas), informaba hace unos días de que hay un caso abierto en la Administración Fiscal de Stuttgart contra los Querdenken.

Según la RND, hay otra denuncia sobre la organización del movimiento. Éste podrían acabar, también por esta vía, considerado como una compañía y obligar a Ballweg a pagar impuestos relativos al dinero que ha movido como líder negacionista pero que hasta ahora habría eludido.

Poco más se sabe de esta otra denuncia. De la que lleva Chan-jo Jun en nombre de Silberberger y sus “Gorros de papel de aluminio dorado”, se espera que haya resultados de aquí al próximo verano. Silberberger se muestra segura de que Ballweg acabará teniendo problemas con las autoridades. Para ella, es una cuestión de tiempo. No en vano, “de la Administración Fiscal de Alemania, se dice que persigue hasta los muertos”, recuerda.

Ante el frente judicial que se abre para Ballweg, el líder de los negacionistas de la pandemia se ha pronunciado a favor de una pausa invernal en las movilizaciones que tenía previstas el movimiento en los últimos días de diciembre. Bajo las condiciones del frío invierno alemán, Ballweg no se manifestará contra las medidas anti-COVID-19. Visto lo visto, tiene otras cosas en las que pensar.