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Las negociaciones de Merkel y Schulz retrasan la mejoría económica de Europa

Angela Merkel, junto a Martin Schulz, en una foto de archivo.

Aldo Mas

Alemania va camino de reeditar otra gran coalición. Los hay que dudan con razón de la conveniencia de un nuevo pacto entre los cristianodemócratas que lidera Angela Merkel y los socialdemócratas de Martin Schulz. Pero no son pocos los que observan con interés las posibilidades que abre una nueva alianza gubernamental entre conservadores y políticos de centro-izquierda en suelo germano.

Por su puesto, esto no ocurre con un importante sector del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). Abundan en esta formación quienes no quieren ver a Schulz gobernar sino llevar a cabo una más que necesaria renovación de su partido. Por motivos muy distintos, en las altas instancias económicas germanas se miran con cierto recelo las intenciones de Merkel y Schulz, quienes comenzaban el viernes a negociar un acuerdo de gobierno definitivo sobre la base de un documento conjunto presentado a mediados de mes.

Ese texto, según Eric Schweitzer, presidente de la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria de Alemania (DIHK, por sus siglas alemanas), constituye “una señal equivocada” al país y al mundo. Para él, que las partes negociadoras hayan “renunciado a un aumento de los impuestos para las empresas [alemanas] que compiten a escala mundial no es suficiente”. Cierto es que el SPD ha cedido en más de un punto ante la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Merkel y su hermanada Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera. Para sentarse a negociar, Schulz también ha renunciado, por ejemplo, a subir los impuestos a las rentas más altas.

En el apartado de la política de impuestos, las negociaciones no han dado lugar a una ruptura“, afirma a eldiario.es Anke Hassel, directora de investigaciones en el Instituto de Ciencias Económicas y Sociales, con sede en Düsseldorf. Esta institución, de inspiración socialdemócrata, es la organización dedicada al estudio de cuestiones económicas y sociales de la Federación Alemana de Sindicatos (DGB, por sus siglas alemanas), la principal central sindical teutona. Hassel lamenta que no haya planes de frenar la ”tendencia de concentración del patrimonio, en la que los ricos cada vez tienen más patrimonio y los pobres menos, algo que podría equilibrarse con impuestos a las empresas sobre el volumen de negocio, pero de esto no han querido hablar la CDU/CSU y el SPD.

En la DGB difieren de Schweitzer, el presidente de la DIHK. Estos sindicalistas ven el desarrollo de las negociaciones con buenos ojos. “Los sindicatos de la DGB tienen un gran interés en la rápida formación de un Gobierno capaz de gobernar y ven mejorías en los resultados de las negociaciones exploratorias”, comentan desde la central sindical. De esa negociación previa salió el documento que ahora sirve de base en el diálogo de Merkel, Schulz y sus representantes.

Esas mejoras incluyen, por ejemplo, medidas sacadas de la agenda del SPD como el fortalecimiento de los convenios de negociación colectiva, la introducción de una remuneración mínima para los aprendices o el restablecimiento de la paridad en la financiación de los seguros médicos. Ésta última obligará a igualar las contribuciones de empresa y trabajador al sistema alemán que da acceso a la asistencia sanitaria.

Mejoras en la política social

En las negociaciones hay temas que llevan a pensar en la futura mejora de las condiciones de trabajo, según lo que se lleva hablado hasta ahora, en particular, medidas como hacer que las personas que trabajan a tiempo parcial puedan pasar a trabajar jornadas completas“, señala Hassel. ”Esto es especialmente importante para las mujeres, que son quienes se ven obligadas a reducir sus jornadas de trabajo por motivos familiares, pero, después, lo tienen muy difícil para volver a trabajar en jornada completa y, por tanto, para contar con un mayor salario“, abunda la investigadora del Instituto de Ciencias Económicas y Sociales de Düsseldorf.

Uno de los sectores que podría salir particularmente beneficiado de la reedición de una gran coalición es el de la sanidad. “En este ámbito, CDU/CSU y SPD han reconocido que la remuneración de los trabajadores no es suficiente, como tampoco lo es la cantidad de trabajadores del sector”, sostiene Hassel. Por eso, en el preacuerdo alcanzado por CDU/CSU y el SPD figura la idea de crear 8.000 nuevos puestos de trabajo en ese sector.

La mejora de la calidad del trabajo y su remuneración en Alemania tienen visos de hacerse realidad siempre y cuando conservadores y socialdemócratas logren un nuevo acuerdo de Gobierno. “La evolución de los salarios en Alemania no ha llevado a incentivar el consumo durante mucho tiempo, por eso ahora son buenas todas las medidas que ofrezcan mayor poder adquisitivo”, subraya Hassel. A esta experta no se le escapa que trabajadores alemanes mejor pagados pueden contribuir a la mejora de las exportaciones de otros países europeos.

La gran coalición como plan de estimulo

Esa no es la única eventualidad asociada a la reedición de una gran coalición que puede sentar bien a los países de Europa donde hacen falta mejoras de orden socio-económico. El Ejecutivo que por lo visto tienen en mente Merkel y Schulz podrá sacar la chequera en materia de inversiones. Hasta 45.000 millones de euros tendrá a su disposición el nuevo Gobierno. Emplear esa cantidad en cuatro años no equivale a un 'plan de estimulo', “pero tampoco es algo insignificante”, afirma a eldiario.es Michael C. Burda, economista y profesor de la Universidad Humboldt de Berlín.

Aunque 45.000 millones no sea una cantidad dotada de un gran poder expansivo para la economía, seguramente sirva para dar un impulso, lo que servirá también para estimular la situación macroeconómica alemana, que se ha mantenido moderada hasta ahora“, agrega. Él ve en la intención de usar ese montante en inversiones destinadas a infraestructuras o en empleo público una oportunidad para ”corregir los desequilibrios económicos de Europa, algo que, de hecho, ya está ocurriendo“.

Si esta tendencia se confirma, la zona euro va a ganar en viabilidad, porque si se eterniza la situación generada tras la crisis de la deuda, con países hundidos y Alemania haciéndolo muy bien económicamente, eso lleva a desajustes extremos“, abunda este economista.

Para enmendar errores del pasado también están destinadas las ideas del presidente francés Emmanuel Macron. El jefe de Estado galo quiere crear, entre otras cosas, un superministro para el euro además de un presupuesto para la zona de la moneda única. Estas ideas ya han sido validadas por la todavía canciller en funciones Angela Merkel. Además, “alemanes y franceses están tan lejos en sus relaciones bilaterales que quieren llegar incluso a una armonización total a nivel fiscal y legislativo en derecho corporativo. Creo que lo harán, y luego dejarán la puerta abierta a que otros países, como España, para que se añadan a esa integración si lo desean”, analiza Burda.

No obstante, para que se produzcan estos avances, Merkel y Schulz tienen que llegar a un acuerdo que saque a la lideresa conservadora de su actual condición de jefa 'interina' del Gobierno. Como tal, Merkel no puede hacer política de verdad. Se estima que la pausa negociadora alemana durará hasta próximo mes de abril. Europa aún tiene que esperar.

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