Mario Conde, ¿fue político, banquero, las dos cosas?
Este gallego nacido en Tui (1948) sacó el número uno en la oposición de abogado del Estado y pronto entró a formar parte de la élite empresarial de la mano de Juan Abelló en la empresa Antibióticos. Dio lo que en la España de los 80 se conocía como “pelotazo” al venderla a una firma italiana. Poco después pasó a estar al frente del Banco Español de Crédito (Banesto) hasta su intervención en 1993. Aunque esa fue su última profesión (banquero), en el año 2000 se presentó a unas elecciones por CDS (el partido de Adolfo Suárez) con los que apenas recibió unos 23.000 votos. Posteriormente creó su propio partido, Sociedad Civil y Democracia con el que se presentó a unas elecciones gallegas en 2012 con similar resultado.
¿Por qué fue tan admirado?
Se hizo rico gracias al pelotazo en Antibióticos, era guapo, repeinado y arrogante. Un poco al estilo de José María Ruiz-Mateos, tejió a su alrededor una teoría de la conspiración sobre el poder corrupto como último culpable de sus delitos. Se hizo una figura pública y escribió tres libros. Sembró la sombra de la duda sobre su inocencia en un momento en el que la España democrática aún no estaba cuajada. Él, Jesús Gil y Ruiz-Mateos hicieron estrategias similares utilizando la política a su favor, con sus personalidades esperpénticas alimentando las dudas de los ciudadanos.
¿De qué fue condenado?
Conde fue condenado por la Audiencia Nacional en 1997 por el caso Argentia Trust en el que desaparecieron 600 millones de pesetas (3,6 millones de euros). Quedó probado que en 1990 mandó hacer una transferencia desde la caja del banco a una cuenta en las Islas Cayman. En el año 2000 se le condenó dentro del ya Caso Banesto por apropiación indebida por la operación Cementeras y por un delito continuado de estafa. Durante años, Conde aseguró que ese dinero había ido a parar a terceras personas relacionadas con el Gobierno por los pagos de unas supuestas comisiones a cambio de favores para facilitar la salida a bolsa.
¿No fue a la cárcel por quebrar el banco?
No exactamente. El banco tuvo que ser intervenido porque, efectivamente, la mala gestión le llevó a tener un agujero patrimonial de 600.000 millones de pesetas, pero las condenas no fueron por mala administración como a las que se están enfrentando algunos banqueros tras la crisis del año 2008. Conde metió la mano en la caja directamente y fue condenado por ello.
¿Devolvió el dinero?
El dinero que había robado Conde desapareció en un entramado de paraísos fiscales que, por supuesto, empezaba y se perdía con unas cuentas en Suiza. Conde aseguró durante años que el dinero se lo habían quedado unos comisionistas y escribió un libro titulado “El Sistema” para explicar su teoría de cómo el poder corrupto se quedaba con el dinero. Fue obligado a pagar unas multas pero que eran una pequeñísima parte de lo que desapareció.
¿Perdió dinero el Estado con Conde y Banesto?
Sí. Hubo que rescatar a la entidad y el Fondo de Garantía de Depósitos cubrió las pérdidas de los depositantes con 600 millones de euros. Sanear al banco costó otros 1.900 millones de euros al banco Santander que se quedó con la entidad y la integró definitivamente en el grupo en 2012.
¿Cuánto tiempo estuvo en la cárcel?
Ingresó en prisión preventiva un mes en diciembre de 1994 y entró y salió de la cárcel alternativamente, primero cumpliendo la condena por el caso Argentia (por la que fue condenado en 1997) y luego por el caso Banesto. La última sentencia que recibió Conde fue en 2002 por el Tribunal Supremo, que le aumentó la pena por el caso Banesto a 20 años de cárcel a cumplir en Álcala Meco. Entre 2002 y 2005 estuvo en prisión hasta conseguir en ese año el tercer grado. En total, algo más de cinco años.
¿El dinero de Suiza está relacionado con el caso Banesto?
Hay que esperar a ver qué demuestran los investigadores pero los hechos son los siguientes: Conde mandó sacar de la caja del Banco 3,6 millones de euros y enviarlos a unas cuentas suizas y paraísos fiscales. Ese dinero se perdió y nunca apareció. Si ha estado bien gestionado, 3,6 millones de euros de 1992 han multiplicado fácilmente tres o cuatro veces aquella cifra.
¿Por qué no se acogió a la amnistía fiscal?
Conde no se pudo acoger a la amnistía fiscal (que se sepa) porque el dinero ilícito no se podía regularizar. En cuanto lo hubiera intentado (si es que no lo hizo), hubieran saltado todas las alarmas. Pero a Mario Conde se le acumulan los problemas en España. Según la lista de morosos publicada por Hacienda en diciembre, Conde debe casi 10 millones de euros a Hacienda, lo que le impide poder hacer una vida “normal” por así decirlo ya que sobre él penden amenazas de embargos y ejecuciones. Así que, aunque según acreditan las informaciones mantenía un alto tren de vida y tenía varias propiedades, no estaba claro cuánto tiempo más se podría mantener antes de que el fisco le echara mano.
¿Y cómo traía el dinero?
Es mucho más fácil sacar el dinero de España que traerlo de nuevo, una de las principales razones por las que los que tienen dinero en negro lo mantienen durante décadas en sus refugios. Pero cuando la necesidad aprieta no queda otra. Ahora la nueva investigación judicial parte de la sospecha de que Conde creó un entramado de sociedades pantalla con testaferros (incluidos los braceros de sus fincas) para ir repatriando los ingresos mediante operaciones ficticias, como préstamos, ventas o transferencias entre sus sociedades. Con cantidades tan importantes y tan constantes, es muy difícil no llamar la atención.
¿Cómo pudo rehabilitar su imagen?
La duda que extendió con sus libros y sus discursos sobre el papel del Estado en el caso Banesto ha servido de excusa para muchos a la hora de difundir y publicar la opinión del exbanquero. Su última columna se publicó la semana pasada en lo que queda del diario La Gaceta y versaba sobre los paraísos fiscales y los agujeros del Estado.