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DATOS
Más horas extra pagadas y muchas menos no pagadas. Son dos de los datos que se obtienen de la última Encuesta de Población Activa (EPA), correspondientes al periodo de julio a septiembre. Se trata del primer trimestre completo en el que está en vigor el registro de jornada obligatorio, que debía comenzar el 12 de mayo, y en el que se observan dos situaciones destacadas: al contrario de lo que suele suceder en verano, las horas extra pagadas aumentan ligeramente (2%) respecto al trimestre anterior y en el caso de las horas extraordinarias no pagadas se registra el mayor descenso (-23,7%) en un trimestre desde que el INE ofrece datos (comienzo de 2008).
Las horas extra son aquellas que se realizan sobre la duración máxima de la jornada ordinaria y el Estatuto de los Trabajadores establece que deben ser pagadas o compensadas con tiempo de descanso. Además, no pueden exceder las 80 horas al año, salvo contadas excepciones.
La EPA ofrece una de las principales referencias disponibles para medir las horas extra que se realizan en el país: aquellas que los trabajadores encuestados afirman que hacen a la semana, diferenciando si son pagadas –remuneradas o compensadas en descanso– o si sus empresas no se las compensan de ninguna forma y, por tanto, son ilegales. Entre las pagadas, también pueden existir horas extra ilegales si estas exceden el máximo permitido.
En España, los trabajadores realizan 5.393.700 horas a la semana, según los datos de la EPA del tercer trimestre del año, un 10,4% menos que entre abril y junio. Del total, los asalariados aseguran que una gran parte no son pagadas: el 41,2%. En número de horas, un total de 2.222.100 horas extra a la semana ilegales por las que no se compensa a los trabajadores.
Pese a ser muy elevado, este dato se ha reducido mucho en esta última EPA. La caída, del 23,7% respecto a los tres meses previos, es de hecho la más elevada en un trimestre de los datos que ofrece el INE y deja la cifra en mínimos desde 2010, cuando se registraron 2.212.900 horas extra no pagadas a la semana.
Respecto al número de trabajadores que afirma cumplir horas extra no pagadas, alcanza los 309.000 asalariados, solo un 1,8% del total. Ese porcentaje que tiene que hacer horas extra es también el más bajo desde 2010.
Aunque, en este caso, el descenso del número de afectados por las horas extra no pagadas en el tercer trimestre –que fue del 15,3% respecto a los tres meses precedentes– no sobresale frente a los terceros trimestres de años anteriores (-22,3% en 2018 y -13,3% en 2017, por ejemplo).
Durante la crisis las horas no pagadas llegaron a superar las remuneradas, sobre todo debido al descenso de las compensadas y el mantenimiento de las ilegales, pero desde 2017 esta tendencia se ha revertido.
En el tercer trimestre de 2019, las horas extra pagadas alcanzaron las 3.171.600 a la semana, lo que supuso un aumento del 2% respecto al trimestre anterior. El dato destaca porque en estos tres meses del verano no suele incrementarse el número de las horas remuneradas (solo ha ocurrido en dos ocasiones desde 2008). En los últimos años, por ejemplo, estas horas extra pagadas mermaron en el tercer trimestre del año un 5,6% en 2018, un 15,2% en 2017 y un 5,9% en 2016.
Uno de los principales interrogantes es si el gran descenso en las horas extra no pagadas y el inusual crecimiento de las pagadas se debe a la implantación del registro de jornada obligatorio. El volumen de horas extra depende también de muchas otras cuestiones, como si aumenta o disminuye la actividad en las empresas, qué sectores están más fuertes en cada momento y su propensión a tirar de estas horas que exceden la jornada del trabajador, etc.
Fuentes de la patronal CEOE considera que estos datos “no tienen relación con el registro horario” y ligan el descenso general de horas extraordinarias “al descenso de la actividad económica”.
En cambio, desde los sindicatos y en el Gobierno consideran que sí podría tener alguna vinculación, aunque son prudentes en precisar que esto se verificará más adelante, con los resultados de los próximos trimestres.
“Sí podría estar teniendo efecto. Que haya un descenso del volumen total de horas extra en el tercer trimestre no destaca, es algo que suele ocurrir. Lo que sí ha variado es la composición, repuntan ligeramente las pagadas y hay un descenso mayor de las horas no pagadas. El dato es bueno, en favor de las horas legales, pero aún no se puede decir con rotundidad que se deba al registro de jornada y que haya una tendencia en este sentido. Hay que esperar”, explica Luis Zarapuz, economista de CCOO.
En su opinión, hay que estar atentos al dato del cuarto trimestre: “Previsiblemente las horas aumentarán, como suele ocurrir, la clave es ver cuánto en comparación al cuarto trimestre del año pasado. Las horas extra no pagadas no van a desaparecer, pero si en unos meses tras el registro se reducen notablemente, con un millón o millón y medio de horas menos, sí se puede valorar que habrá tenido incidencia”.
Sobre la vinculación de estos resultados a la menor actividad económica, Luis Zarapuz recuerda que “la economía española todavía crece, aunque con menos intesidad”, pero en cualquier caso ese menor crecimiento no es tan acusado como la caída de horas extra. “Además, eso no explica por qué las horas pagadas crecen”, añade.
Fuentes del Ministerio de Trabajo consideran que “en efecto (el control horario) podría ser uno de los factores que hayan influido en el dato positivo”, pero añaden que todavía “es pronto para medir los efectos de la obligación de registro de jornada” y destacan que aún persisten muchas horas extra trabajadas no pagadas.
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