Alemania se salta sus propios límites en la exportación de armas durante la pandemia
A la poderosa industria militar alemana no la para la COVID-19 ni las medidas implementadas contra la propagación de la pandémica enfermedad. Los frenos de los que parecía haberse dotado la 'gran coalición' que dirige la canciller Angela Merkel tampoco parecen parar de verdad a algunos cuestionables negocios armamentísticos germanos.
En teoría, los conservadores y socialdemócratas que forman parte del Gobierno alemán se habían puesto de acuerdo en su “contrato de coalición” de 2018 a la hora de impedir la venta de armas a países implicados en la Guerra Civil en Yemen. Implicados en ese conflicto civil, exponente de las muchas tensiones regionales que sufre Oriente Medio, están, entre otros, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Jordania y Baréin.
Todos esos países, en 2020 y aparentemente sin que nada importara la pandemia, cerraron con el beneplácito del Gobierno alemán operaciones millonarias con empresas armamentísticas germanas. Bien lo sabe el diputado del Bundestag Omid Nouripour, un político del partido ecologistas Los Verdes con el foco puesto en cuestiones internacionales.
Una petición suya de información al Gobierno en sede parlamentaria que trascendía en los primeros días de este año daba cuenta de cuán elevadas son las sumas de las que se ha beneficiado en 2020 la industria armamentística alemana.
Ésta última figura entre las mayores del mundo. Es la quinta en términos de ventas, con un 6% del mercado planetario, sólo por detrás de China, Francia, Rusia y Estados Unidos, según datos de 2019 del Instituto Internacional para la Investigación de la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas alemanas).
Se supone que Alemania, dado el compromiso alcanzado en 2018 por los integrantes de la 'gran coalición', iba a limitar las aprobaciones de los negocios de la empresas armamentísticas con los países que no fueran integrantes de la Unión Europea o de la OTAN.
Sin embargo, hacia la muy tensionada región de Oriente Medio, Alemania ha aprobado en 2020 nada menos que 1.160 millones de euros en ventas de material militar. “Se están haciendo entregas de gran tamaño en una región rica en conflictos”, ha apuntado a cuenta de los negocios armamentísticos alemanes el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung.
En esos 1.160 millones de euros se cuentan los 305,1 millones de euros en material militar vendidos a Qatar en 2020, los 51,3 millones de euros recibidos de los Emiratos Árabes Unidos a cambio de armamento o los 23,4 millones de euros de material militar vendido a Kuwait.
Por lo visto, el límite que se ha dado el Gobierno de Merkel a la hora de vender armas a países implicados en conflictos sólo parece afectar, de momento, a Arabia Saudí. Esta dictadura árabe es una de las prominentes partes implicadas en la guerra de Yemen.
En 2020, sólo Egipto representaba 752 millones de euros en armamento
Con esos números, según Omid Nouripour, el político ecologista cuya pregunta al Gobierno de Merkel ha sacado esos números a la luz, la 'gran coalicion' ha convertido en papel mojado la parte del contrato de gobierno que firmaron en su día conservadores y socialdemócratas alemanes a cuenta de los negocios armamentísticos.
“Con esto [los millones en ventas de material miliar en Oriente Medio], el papel del acuerdo de coalición es inválido”, ha dicho Nouripour en unas declaraciones recogidas por la emisora de radio pública germana Deutschland Funk.
No sólo el ejemplo de Yemen pone de relieve las carencias del Ejecutivo de Merkel a la hora de respetar sus ideas en materia de exportación armamentística. La guerra civil en Libia, sobre la cual la propia Merkel organizaba en Berlín hace un año una cumbre buscando la pacificación del conflicto, muestra la falta de miramientos de la industria armamentística teutona.
Egipto, una de las partes implicadas en esa guerra, hizo negocios armamentísticos con Alemania en 2020 por valor de 752 millones de euros. En Oriente Medio, el país del mariscal Abdefatah El-Sisi, que ya contaba con submarinos de la firma alemana Thyssenkrupp Marine Systems, es el que más se beneficiaba el año pasado del negocio armamentístico germano que ha sacado a la luz la actividad parlamentaria de Nouripour.
“Declaración de bancarrota moral del Gobierno”
Prueba de ello es, entre otras cosas, que el pasado mes de noviembre, el astillero alemán Lürssen recibiera luz verde para entregar a Egipto una decena de barcos militares. En bancada de la oposición en el Bundestag, esta operación ha sido calificada de “declaración de bancarrota moral del Gobierno”, según unos términos de Nouripour de los que se ha hecho eco el semanario Die Zeit.
También en la formación izquierdista Die Linke –igualmente situada en la oposición en el Bundestag–, los hay que han criticado esa venta destinada a reforzar la Marina egipcia. Un ejemplo es su diputada Sevim Dagdelen, quien ha calificado el contrato con Egipto de “nueva ruptura con el acuerdo de gobierno” en la 'gran coalición', según unas declaraciones también recogidas por Die Zeit.
Según las cuentas de la industria armamentística alemana del 2020 que han trascendido, el Gobierno de la canciller Angela Merkel autorizó la venta de armamento en todo el mundo por valor de unos 5.635 millones de euros. En 2019, la cantidad fue sensiblemente mayor, pues alcanzó una récord de 8.000 millones de euros.
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